lunes, junio 19, 2006

Fortunas y desfortunas de un macho: visiones de Kafka desde el paraiso I


Kafka perdido en el paraíso y sin horóscopo

Algo amargo, crujiente, pero sabroso… Almorzar solo no es tan malo, puedes disfrutar bajo la un árbol, ver a todos ir y venir, tampoco hay cacheteros a la vista esos de dame una probaíta… Bueno, quizás sólo echo de menos las conversaciones, ahora nadie me escucha, ni las tres chicas que se reían con mis historias en aquel banquito, es curioso ahora me ignoran o huyen. ¿Por qué? Será porque quizás he cambiado un poco desde el día que conocí los demonios del paraíso…

Todo sucedió muy rápido, hasta el momento en que comencé a asfixiarme. Tres whiskeys en las rocas, luego a la cama y la rubia estaba tan mojada, que comencé a cabalgarla sin riendas, tan fuerte que hubiese ganado en el hipódromo, desgraciada cuando comenzaba a venirme sentí que me ahorcaban.

Tres demonios apretaban a mi cuello, sentí miedo, también tenía que liberar la leche, pues comenzaban a dolerme los huevos. Tenía que salir de allí, debí suponer que esa mujer me podía traer problemas, al menos logré escapar de esa cama antes de que uno de los demonios se transformara en Lorena Bobbit, otro en espíritu chocarrero, o en el Chemo y mi pana ese si es feo, o peor, ¿y si me posee? ¿Y si me transforma en el chupacabras?

Ese día se equivocaron los astros y hasta la trayectoria de la luna en cuarto menguante. Y mi sombra ya no lo es, pero el maldito horóscopo se equivocó, decía que las estrellas proyectaban momentos íntimos y tranquilos para disfrutar de la compañía y el amor de un ser querido. Ese día ni Walter Mercado, mucho menos Rukmini, podían predecir lo que me sucedería. Hasta mi cuerpo ha cambiado… ¡quién lo diría, era una mami linda, sandunguera, que culipandeaba mi corazoncito desde que comencé a trabajar en el tribunal, aquella abogada era una Barbie alta, con cinturita de agarrar lengua de camaleón, su pelo tan largo, está como pa´que me preñe el alma, y yo flaco, prieto y tan sólo conserje, en fin sí que estaba buena la condená, pero como macho portorricensis no me di cuenta de que era sospechoso que esa rubita de mirada de gringa y con pedigrí social se fijara en mí, ¿y por qué no? Obvia la contestación.

Si estudiamos con calma y ecuanimidad el comienzo de nuestra relación, antes de ocurrir el suceso de erotismo satánico, del exorcista boricua, parecía todo ingenuamente amistoso, una cosa llevó a la otra, la carne es débil y me dejé llevar. Luego de meditarlo, quizás todo fue un plan para el control ambiental, también tenemos que tomar en cuenta que fui un maldito morón, y que pequé por una simple bellaquera clandestina. Debí sospecharlo desde que comenzaron a surgir iguanas gigantes en el estacionamiento, o hasta el instante en que pude huir de las sábanas de la rubia soñada, a ella también le gustaban las iguanas, me habló de éstas hasta cuando me servía el segundo trago y después cuando tomó unas pastillas antes de lamer suavemente mis atributos, pero si es que ya estaba claro desde que el carrito de su hijo comenzó a moverse solito y chocar contra mis zapatos, no pensé, papo, mueve el culo del sillón y pies pa que los quiero… soy un macho humildemente clásico, hasta que vi sus encajes rojos sólo pensé en desencajarlos y es que las hormonas son más fuertes que la prudencia…

En fin, que todo iba predestinado a mi muerte o posesión demoníaca, o quien sabe que otro capricho del amor, de los espíritus o de esa mujer, que me había contado que su ex marido, le había echado un fufú y yo tan pendiente a quien sabe qué, aseguré que eran pendejaditas. Aquí estoy contándoles mi desgracias justo un mes después de huir de esos tres demonios… Al menos estoy vivo, pero mi vida cambió.

Ese es mi problema ahora que nadie me escucha, y he comenzado a sentir un placer casi orgiástico por los insectos y cualquier otro hierbajo, quizás fueron los tres demonios que casi me ahorcan el día que me tiré a la puta aquella, tan chulita que era, tan amiguita de chismes, tan sandunguera de bailes. Ese polvo íncubo me costó la mujer, el trabajo, las amistades, al menos mejoró mi alimentación.

Esto está rico y crujiente, es saludable y natural, sólo me fastidia que es que aquellas tres chicas, que eran mis panitas, digan la palabra iguana cada vez que me ven y me ignoren, acelerando el paso. Ellas se lo pierden, los insectos están sabrosos.


Ana María Fuster


**Cuadro--Amantes-de Sudjai Chaipan

15 comentarios:

Ana María Fuster Lavin dijo...

Madam, querida amiga, TE DEDICO ESTE RELATO, en realidad este cuento fue una inspiración de tus historias de Cuca, Torquemada, los exorcismos laborales (que también sufre Peregrino), ja ja, pero no tengo tu chispa divertida, esto en una combinación con que el parque donde está mi trabajo está lleno de iguanas, de las que llaman Gallinas de Palo....
Un abrazo desde el circo laboral de la Rama Judicial...

Anónimo dijo...

Recórcholis.. me encantó, pero fue como una película de humor negro.
un abrazo Ana Maria, voy a vistar el blog de Madam.
besos
Blanca

Abdiel Echevarría Cabán dijo...

jum... recuerdo cuentos de esas iguanas... dónde habrá sido????
Por cierto Felicidades por tus premios, tarde, pero seguras mis felicitaciones, he estado desconctado, esto es una exepción, por el momento sigo desconectado.

Un abrazo,
Abdiel

PEREGRINO dijo...

Rayus...a lo que puede desencadenar las ganas de tener sexo. Si yo llegara a ese punto, preferiria ser otro animal. Quizas un perro. Esta genial este cuento. Me encanto esa manera de escribir donde el narrador, esta contando su historia luego de la tragedia. Te felicito.

Un brindis por el desenlace del sexo...

PD. Ya se que cuando alguna chica decida hablarme de Iguanas mientras tomamos un trago, cogerle miedo por lo que me hara....jajajaja.

Miguel A. Ayala dijo...

Me gusto mucho el cuento. El desarrollo de la narración te quedó ágil y me mantuvo a la espectativa todo el camino. Gracias por compartirlo. Que tengas buen día a tus órdenes, Miguel.

Baco dijo...

Me parece que tengo que repetir la palabra expresion...
Genial!!!
No se si reirme, excitarme o salir corriendo.
Me ha gustado muchisimo.

Un beso entre leones.

MaLena Ezcurra dijo...

Ana María, llevo un tiempo releyendo y saboreando lentamente tus textos, de verdad siento un inmenso placer, de poder contar en el mundo de los blog con una verdadera artista.

A tus pies.

Ana María Fuster Lavin dijo...

Blanca, mis cariños siempre y a tu madre, sí, te va a gustar mucho el blog de madam.. ¿película? Este cuento sería difícil de clasificar si lo llevas al cine, ja ja ja.

Abdiel, hermanito, un besote, gracias por dar la visita... imagino que estarás trabajando mucho. Tienes razón, el cuentito, aunque inspirado en las anécdotas laborales de Madam, su fundamento tiene cimientos en las múltiples historias de iguanas del Tribunal... y la fobia de mi amiga y jefa con ellas... a ver cuándo nos vemos...

Así es Madam, ocho horas en nuestros circos particulares nos brindan el antipsicótico de la palabra... un abrazo

Ay Peregrino, muy divertido tu comentario, pero algunos machus necesitarian un escarmiento así, mira que les oigo decir unas barbaridades, a esa abogada rubia de ojos claros en que está inspirado el personaje de la diosa vengadora, no la veo hace meses en el tribunal, pero los macharranes de aquí se la comían con la mirada, bueno y con los comentarios que hacían... un abrazo mi amigo..

Miguel, gracias, siempre siempre, por tus apoyos, críticas y solidaridad!!!!!!

Baco, pues tú también me hiciste reír con tu comentario!!!! Muchas gracias y un abrazote. ¿recibiste mi carta sobre tus microcuentos?

Malena, es un honor también recibir tu visita. Gracias por tus palabras, se sienten como un lindo apretón de manos y una sonrisa. Me obligas a seguir escribiendo... mi cariño y un abrazo desde el Caribe.

Ana María Fuster Lavin dijo...

Gons, la palabra convoca y las almas se unen en el culto a los sentidos, la mente abierta así como los brazos... Tus palabras se sienten y las agradezco, eres muy generoso, también te envío un beso desde esta ciudad silente en el Caribe...

Andrés, gracias por regresar!!! por entender la morbosidad posible en el sentido del humor... y es que la fauna laboral nos provee tantos mundos entrelazados entre la realidad, la fantasía, y las pesadillas... saludos y un abrazo fuerte!!!

Coral dijo...

Me encanto, no esta fuera de realidad de algunos chicos, jajaja

Un Saludo.

Tapa-Amarilla dijo...

Hola Ana Maria! Gracias por pasar por mi blog, ya leo estas historias surreales que encajan perfectamente con la realidad.
Un Abrazo y aqui tienes otra lectora mas!

Ana María Fuster Lavin dijo...

Coral querida, y sí... saludos cariñosos para ti también...

Tapa amarilla, es que deambulamos por una vereda muy estrechita entre la realidad y la surrealidad...
Tú también me tienes como otra lectora... un abrazo

Anónimo dijo...

Hola a todos los lectores de este relato. Soy una estudiante que tiene ciertas dudas sobre el relato. Quisiera que alguien me de una breve explicacion del mismo. Ya que no se por que come insectos? El tiene sida o alguna enfermedad sexual? Estoy confundida. Gracias

Anónimo dijo...

No entiendo!!!

Ana María Fuster Lavin dijo...

Primero a nuestr@ anónim@ favorito, jaja, ahora te cambiaste el sexo, sabía que eso sucedería, gracias por divertirme con tuscomentarios, porque la envidia es peor que la locura, la segunda se cura si pones de tu parte, te lo recomiendo. La primera, no tienes remedio... Me parece que eres una persona mezquina y vergonzosa, porque aun cuando mi cuento es kafkiano y de humor negro (nada que ver con el sida ni cosas venereas), burlarse --sólo por desprestigiar mi obra-- de las personas que padecen alguna enfermedad refleja tu calidad humana.