Ana María Fuster Lavín
y la Literatura Gótica
Recientemente con motivo de la filmación de una edición del programa En
la Punta de la Lengua sobre el gótico en Puerto Rico, que produce y dirige la extraordinaria Caridad Sorondo; el
escritor, guionista y editor Melvin Rodríguez Rodríguez (junto al escritor
Ángel Isián, acaban de publicar la antología No cierres los ojos, Ed. Eikon), me
envió unas preguntas a modo de entrevista dirigidas a estudiar mi visión personal de lo
gótico, qué significa para mí y cómo sitúo mi obra y creación literaria dentro
del género.
Melvin Rodríguez Rodriguez (MRR): ¿qué significa para ti el gótico?
Ana María Fuster Lavín (AMF): Comencemos estableciendo un paralelismo entre mi
estilo de trabajar la narrativa con el propio origen de la literatura gótica,
en el siglo 17: una respuesta a la ilustración, revelarse contra el dominio de
lo debe ser o se supone que sea, cuando la razón (de quien posee el poder)
tiene que dominar la vida y nuestras acciones. Así la novela gótica explora la personalidad,
los sentimientos y sus complejidades. Ese
mundo interior que también rige nuestras vidas.
El género gótico me ayuda a expresar y desnudar quiénes somos realmente
más allá del maquillaje, del carnaval social, de la pose intelectual. También
ayuda a denunciar, desde el dolor o la voz de la persona abusada,
incomprendida, marginada o, en ocasiones, del propio victimario cuando es
víctima de un plan mayor. El gótico lo veo como la unión de uno ante lo
otro, el afuera y adentro de nosotros, de la narrativa como lo real y tangible
y la poesía como la emoción; por eso catalogo la narrativa gótica como un drama sicológico. Estos ambientes nocturnos,
nos llevan a nuestra esencia, a quiénes somos, cuando estamos solos en la noche,
en los sueños o en el insomnio y meditamos. A mí me ayuda a denunciar el
sometimiento al que ha estado subyugada la mujer a través de los siglos, las
miserias del pobre, del hijo no deseado y otros tantos. Como esos otros seres considerados
monstruos por diferentes como la criatura de Frankenstein, o desde la rabia de
perder al ser amado como Drácula, los tormentos personales como los personajes
de Poe o las mujeres de las novelas de las hermanas Bronte, esas mujeres casi
esclavizadas por el hombre en Jane Eyre o en Cumbres Borrascosas. Muchas
mujeres han desarrollado el género gótico por eso mismo le da voz a los
silentes, le da voz a los que no queremos ver o dar voz.
MRR: ¿Cuáles
obras góticas tuvieron un impacto en tu desarrollo como escritora?
AMF: Las lecturas lo son todo, claro,
junto a nuestras experiencias de vida. Digamos que fui una niña muy tímida y
fantasiosa, y con una obsesión por leer. Mis abuelos, de adolescentes, lo
perdieron todo y casi hasta la vida durante la Guerra Civil Española, fueron
autodidactas y para ellos la salvación o supervivencia a la dictadura era
fajarse a trabajar, pero también el arte, el arte como salvación del espíritu y
de la paz propia y del círculo familiar. Allí, en España, de pequeña, pasaba
todos los veranos con ellos y retomaba algunos libros, desde pequeña me marcó el Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, lo leía una y otra vez desde
los 9 años; también una versión gráfica de Frankestein
de Mary Shelley que luego leí entero. Drácula de Bramstoker y su belleza de
sentimientos entre diarios y cartas, Cumbres borrascosas y Jane Eyre de las
hermanas Bronte y un tomo completo de los cuentos de los hermanos Grimm en sus
versiones originales, que son bastante terroríficos. Estas lecturas y otras
aquí en Puerto Rico que me robaba de la habitación de mis hermanos mayores y
las historias de mi padre que es siquiatra. En secundaria también me
apasionaron obras de teatro como los Soles
Truncos y un Nino azul para esa
sombra de René Marqués que para mí ambas son totalmente góticas, y hasta
muchos personajes del real maravilloso del Gabo. Y Poe, siempre Poe, su Caída
de la casa Usher. Me mataban de niña las adaptaciones cinematográficas de
los cuentos de Poe con Vincent Price y las películas de vampiros y su
teatralidad, pura pasión… El cine siempre ha sido muy importante para mí. Ya en la universidad, descubrí a Alexandra
Pizarnik con quien llevo el romance más longevo; cómo ella transmite todo su depresivo
y brillante mundo interior, en su poesía, diarios y hasta en su versión de la Condesa Sangrienta. Sencillamente wao. Stephen
King también me marcó, en especials sus primeras novelas y las escritas en la
primera mitad de los años noventa; su uso de los niños y adolescentes, sus
poderes, y sus escritores atormentados o perseguidos. Y por supuesto, Horacio
Quiroga y su Almohadón de Plumas y otros cuentos de Amor Locura y Muerte. Más reciente también autoras actuales como
Marta Aponte y sus Vampiresas o Sexto sueño. También leo libros de
sicología, antropología, historia del canibalismo, de asesinos en serie. De libros leídos hace menos tiempo, también me
marcó el Ensayo sobre la ceguera de
Saramago, en un momento muy complicado de mi vida, que aunque alguien le
parezca raro que lo mencione como influencia gótica, para mí lo es, por el
terror de la oscuridad y la ceguera del alma, de la sociedad que termina siendo física, quedarse
verdaderamente ciegos, uso de forma sutil. En mi última novela Mariposas
negras, presento unos personajes llamados los Sin Ojos, que tienen que ver con
esa ceguera de lo que no podemos entender o a los seres que no queremos
reconocer, esas verdades antipáticas, de eso se trata también la literatura
gótica.
MRR: ¿Cómo te inspira a adoptar esta estética literaria?
AMF: Vuelvo a retomar que el artista y el escritor, es
producto de sus lecturas, de su personalidad y sus gustos y placeres. Hija de siquiatra y madre apasionada por la
cultura (estudio leyes, pintura, música en Salamanca) siempre tuve interés en
las enfermedades mentales, los desórdenes de personalidad y qué los provoca,
también el dolor ante el abuso, el maltrato y las injusticias. Para mí el
vehículo perfecto para mi forma de sentir la creación literaria y moldear la
palabra es el estilo gótico, el drama sicológico, la poesía. Esta es
la estética que mayormente empleo para construir ese mundo de mis cuentos y
novelas, donde los sucesos y lo que está sintiendo el personaje son igualmente
importantes, incluso más lo segundo. Puedo ser muy cruda en las descripciones,
pero sin dejar de estar pendiente a cada palabra que empleo, sus matices y el
ritmo; la belleza que embriagan lentamente como beber sorbo a sorbo una botella
de vino durante una larga noche de amor, en vez de darse 5 shots de tequila en
media hora o un quicky de 2 minutos. Así el gótico va seduciendo en cada
palabra y cada sentimiento, así lo vivo cuando escrito y leo. También trabajo el humor negro como hice en
algún capítulo de (In)somnio y de Mariposas Negras, y ya descaradamente en
Carnaval de Sangre.
MRR: ¿Cómo
trabajas los temas del gótico en Puerto Rico?
AMF: Seres atormentados, soledad, terror, violencia,
desesperación, fantasmas, muertos, traiciones, atropellos, por supuesto que
Puerto Rico es un banquete para estos temas. Y uno puede adaptar cualquier género
o estilo o motivo artístico al ambiente donde uno se desarrolla y observa, los
géneros evolucionan como la sociedad misma, aunque la sociedad a veces no
parece evolucionar tanto. Además el gótico se ha trabajado en la isla desde los
orígenes de nuestra literatura. Está Póstumo
el Transmigrado de Alejandro Tapia y Rivera, de las Leyendas de Coll y Toste (recuerdo muchas Leyendas de Becker que
eran góticas, pero estamos ahora en PR). Mucho sobre gótico en Puerto Rico
también conocen y recogen en algunos de sus trabajos Roberto Ramos Perea,
Lilliana Ramos Collazo, Alberto Martínez y Marta Aponte que es una de las
mejores escritoras que encima ha trabajado muy bien el género. Violeta López
Suria, Rosario Ferre. Unido a que mucha gente ve a sus muertos y habla con
ellos, es parte de nuestra cultura, sumado a las religiones cristianas, al
espiritismo, la santería... Entonces, en realidad no es un género ajeno a
Puerto rico. Afortunadamente Melvin Rodríguez y Ángel Isian que acaban de publicar la
excelente antología No cierres los ojos
como una muestra de cómo hay actualmente muchos exponentes del terror, horror y
gótico.
MRR: ¿Por qué la narración epistolar?
AMF: Incorporar cartas y diarios, también es usual en la
literatura gótica, solo leer Drácula
de Bramstoker, o el Increíble caso de Dr.
Jeckill y Mr. Hide, y otros. Y es una forma de expresarle al otro no solo
algo que ocurrió sino qué sentimos, meditamos, nuestros amores y temores, de
una más personal que la narración tradicional… de eso se tratan los diarios que
muchos escribimos, las cartas, recuerdo lo importante que fue en mi vida el
carteo con mi abuela, escribes sobre lo que uno ve las cosas que te ocurren
pero también, lo que uno siente, hasta los correos electrónicos con mi madre
desde España… a veces por escrito transmitimos misterios y bellezas del corazón
que oralmente no expresamos, porque no sabemos cómo o no nos atrevemos. A mí me
pasa, que me sé expresar mucho más de forma escrita que oral. Como ahora con
los correos electrónicos y los corazoncitos le envías miles a la jeva, pero no
le dices te amo cuando la ves.
MRR:¿Por qué concibes a Santurce como un escenario
gótico?
AMF: Santurce para mí son los castillos lúgubres y abandonados de la
literatura clásica gótica, incluyendo su iglesia en Miramar, los edificios
abandonados. Fue una zona de mucho movimiento económico y vital, y luego se fue
convirtiendo en un barrio abandonado. Ojalá se pueda rescatar. Vivo en Santurce
desde 1989 y caminando por las ciudades voy ubicando mis historias, sus
abandonos que no son solo los físicos sino también los seres humanos abandonados
en las calles y estructuras de Santurce. Entonces mis espacios góticos son el
siquiátrico y Santurce. Lugares oscuros
, abandonados, o que invitan al drama sicológico, la introspección y las
pesadillas. Así como su contraste entre el día y la noche santurcinos, son la
vida y la muerte en la literatura.
MRR: Háblanos
de tu nueva novela Mariposas negras. De qué se trata.
AMF: Es una novela que trabaja el abuso sexual y maltrato
de menores, el bullying, el amor entre adolescentes, la equidad de género, pues
el amor no cambia seas hetero, lesbiana, gay, bisexual, además con sus toques
paranormales y góticos. No la contaré más bien deseo invitarlos a leer, Mariana
es una adolescente atormentada, pero con una hermosa sensibilidad, vive con una
madre alcohólica, que también ha tenido una terrible adolescencia con su madre
fanática religiosa. Mariana está enamorada de su mejor amiga Laura, el padre de
Laura ha abusado sexualmente de Mariana, pero ocurren una serie de asesinatos,
ires y venires en el tiempo, el efecto mariposa y misterios, también amor y
belleza. Nada es lo que parece ser, ni
siquiera el propio origen de Mariana y de Laura… y sus debeladores diarios
donde el horror y el amor son uno mismo sentimiento. Ese horror sicológico que
no es mayor, que la triste realidad de los miles de menores de edad y mujeres
que son abusados sexualmente, violados y golpeados impunemente, a veces hasta
la muerte, solo lean durante solo una semana al año los periódicos y podrán ver
que la novela tiene unas bases sólidas realistas. Así en la vida como en los
sueños como en el amor y el terror.
Muy agradecida con Melvin Rodríguez Rodríguez y
Caridad Sorondo por permitirme autoanalizarme brevemente como escritora gótica.
¡Qué vivan los libros!