miércoles, febrero 23, 2022

soy la sombra de mi cuerpo coagulado

 Nanas para la no-muerte


soy sarcófago anochecido


isla desierta, saturada

        con tu mirada ciega

                        y nuestra sangre:


soy la sombra de mi cuerpo coagulado


                sobre un tarot de vapor

barajeo mis nanas, niña mía,

como serenata en duelo

mi vientre eclipsa una necrópolis

para arrullarnos


truena la luna

        se torna rosácea.


¿habrá tormenta?


soy tormenta

 y tú, la no-muerte…


Ana María Fuster Lavín

(foto y poema)

Necrópolis

[Retorno a la ciudad de sombras]

Pronto,  edición  bilingüe



Mordiendo las raíces del silencio

 Las hijas del grito 1


Mordemos las raíces del silencio hasta que la tierra retoñe desde nosotras, como el poema a la voz de la palabra.


Ana María Fuster Lavín

Breves historias del silencio

2023

martes, febrero 22, 2022

Epílogo para restaurar la humanidad-1 AMFL

 Las palabras


      Ellas habitan mi cuerpo. Caminamos juntas alrededor de nuestras raíces. Igual que los árboles mueren de pie, nosotras renacemos del papel.

Ana María Fuster Lavín

Breves historias del silencio

2023 (microcuentos)

viernes, febrero 18, 2022

Escribir...



Escribir es recuperar o intentar reconstruir lo que podemos o debemos ser, o lo que aspiramos a ser; en especial, libres, creativos, empáticos. Los libros son viajes de estación en estación, son las etapas de la vida real o imaginaria, del ayer, el presente y un incierto futuro. Ni modo, escribo porque es mi mayor pasión y refugio de la infancia y la juventud era y es leer. Ir formando palabra con palabra, un rompecabezas que al terminar cada cuento, poema, novela nos deja maravillados ante un mural de revelaciones, un caos sensorial que mágicamente toma sentido y nos explica tantas cosas… Escribo también, porque oralmente la torpe timidez juega al escondite con mi voz y se refugia en las manos. Escribir (al menos para mí) no es para falsos reconocimientos o aplausos, sino un culto a la esencia. Escribir/leer sirve para descontaminarnos y denunciar ese ruido y maldad que demasiadas veces impera en la adultez. Pareciera que con los años nuestro espíritu se llenara de un humo miope que borra u oculta el aprendizaje de la felicidad. Escribo para liberar la sensibilidad y volar lejos, jamaquear apatías, golpear necedades y abrazar silencios (aunque el miedo me impida salir de mi casa); también para agarrarnos de las manos, aunque sea una peli de terror o una agria experiencia, pero nos tenemos, juntos deshilvanar los dolores, miedos, obsesiones hasta liberarnos de estos. Escribir/leer para ser felices aun en el morbo de esta distopía. Escribo para denunciar el maltrato de menores, escribo desde el feminismo porque es la verdadera justicia, leo/escribo porque que la imaginación es infinita y, repito, nos ayuda a ser libres. Esta es felicidad juega con el misterio, con lo desconocido, con lo que nos imaginamos que es o debe ser; esta felicidad es aprender a ser buenos amigos, buenos ciudadanos del mundo o al menos, mucho más solidarios; escribir para amar a otros y a uno mismo –y alejarnos de muchos otros innecesarios--, escribir como limpiarse las rodillas después de caerse para levantarse una y otra vez, todas las veces que sea necesario. Solo eso, escribo hoy como un grito desde el cautiverio. Pero ansiando ese grito fuerte colectivo que rompa las murallas físicas y sociales.

Ana Maria Fuster Lavín 

Febrero 2021

Muro azul silencio... Mundos paralelos




Mundos paralelos


suéñame

existe un mundo paralelo

donde en cada pisada de la memoria

ese rompecabezas del pasado

descamina nuestros miedos y sus espejos


te sueño

hay jaulas en el abismo

que secuestran girasoles,

pero mis versos y manos son antídotos

a la apatía y a su asfixiante cárcel


despiértame

reconozco tu brújula

como la espalda arqueada

de los gatos y las palabras,

que entre brincos y trabalenguas

revelan un mapa al insomnio


te despierto

ascendemos juntos

las colinas de nuestras voces

los valles y cuevas corpóreas

hasta sumergirnos en la libertad

del fuego que expulsa

nuestro exceso de equipaje


camíname

lentamente zigzagueante

como los pliegues de la carne

—ombligos, gemidos, uñas, sudor—

sienten el temblor de nuestros sexos

vertidos sobre nuestras lenguas


te camino

mis manos impacientes

delinean el crimen de las sábanas

tus muslos desesperados siembran

tus fragilidades y anhelos en mi piel

y el mundo ya no es paralelo


sino un mismo mural

de versos afluentes

                   evaporándose

antes de que amanezca el suspiro

                   y nuestros mundos se bifurquen


Ana Maria Fuster Lavín

Muro azul silencio

2022 (pronto)