RETRATO A JULIA DE BURGOS
a Julia de Burgos, abrazados, en "la tristeza sin fin de ser poeta"
Míranos aquí, Julia,
con esta tristeza que bendice los panes y las soledades,...
con tus pasos en esa esquina donde no regresaste,
el beso perdido en la nieve y el rompeolas,
y tu saltamontes dorado en el verano de tu risa
a pesar de la herida hecha de laderas contra tu alma,
a pesar de los nombres que se quemaron en tu sombra,
mírate y míranos descalzos en tu palabra,
desnudos por la necesidad de tu visita, malos transeúntes,
que te escribimos e imitamos sin conocerte en los abismos,
sin mirarte a los ojos, ojos de alas en todos los ríos,
volando hacia otro corto amor que zozobraba,
barco de ceniza en un rostro bello a las lágrimas
oración decapitada del milagro,
Escúchanos, Julia,
escucha a esta patria atrapada de cegueras,
patria sin salida, papeles dulces del odio,
tú, que tanto llenaste con tu palabra esta bandera inconclusa,
marchaste invencible con tu lancero de voces,
y se hizo para ti la mansedumbre en el día despejado,
la frescura de ola sobre todo tu cansancio,
y en nuestro cansancio, te hiciste cegadora,
escucha Julia, este triste tambor de tus elegidos,
este cantar y cantar que nos nace de tu brújula,
esa nieve de espejismos donde te pierdes y te pierdes,
pura de azogue y duermevela, hija de infinitos,
fuga sedienta que nos despierta,
Julia, no me acerco a tus manos,
no se cómo abrir el costado del ángel que te pierde,
si toco tu canción, todo va muriendo a lo cercano,
y ocurre ese único dolor de tu universo,
míranos Julia, hablando bajo tu lumbre,
a pesar de tanta lluvia,
tanto infierno,
y tu ausencia.
Marioantonio Rosa.© 2014
a Julia de Burgos, abrazados, en "la tristeza sin fin de ser poeta"
Míranos aquí, Julia,
con esta tristeza que bendice los panes y las soledades,...
con tus pasos en esa esquina donde no regresaste,
el beso perdido en la nieve y el rompeolas,
y tu saltamontes dorado en el verano de tu risa
a pesar de la herida hecha de laderas contra tu alma,
a pesar de los nombres que se quemaron en tu sombra,
mírate y míranos descalzos en tu palabra,
desnudos por la necesidad de tu visita, malos transeúntes,
que te escribimos e imitamos sin conocerte en los abismos,
sin mirarte a los ojos, ojos de alas en todos los ríos,
volando hacia otro corto amor que zozobraba,
barco de ceniza en un rostro bello a las lágrimas
oración decapitada del milagro,
Escúchanos, Julia,
escucha a esta patria atrapada de cegueras,
patria sin salida, papeles dulces del odio,
tú, que tanto llenaste con tu palabra esta bandera inconclusa,
marchaste invencible con tu lancero de voces,
y se hizo para ti la mansedumbre en el día despejado,
la frescura de ola sobre todo tu cansancio,
y en nuestro cansancio, te hiciste cegadora,
escucha Julia, este triste tambor de tus elegidos,
este cantar y cantar que nos nace de tu brújula,
esa nieve de espejismos donde te pierdes y te pierdes,
pura de azogue y duermevela, hija de infinitos,
fuga sedienta que nos despierta,
Julia, no me acerco a tus manos,
no se cómo abrir el costado del ángel que te pierde,
si toco tu canción, todo va muriendo a lo cercano,
y ocurre ese único dolor de tu universo,
míranos Julia, hablando bajo tu lumbre,
a pesar de tanta lluvia,
tanto infierno,
y tu ausencia.
Marioantonio Rosa.© 2014