jueves, junio 01, 2006

Aroma a rutina


Aroma a rutina

Lunes, martes, miércoles… ¡Odio esta vida!, gruñía todos los días. El marido, los niños y hasta los vecinos la tenían harta. “Los mandaría a toditos a la mierda”, sentenció. Cuando llegó a su casa en la tarde, estaba desierta; un nauseabundo olor la arropaba.
Sonrió…


Ana María Fuster


adaptación de Zuleyka en Verdades Caprichosas, para Edición Mínima, Revista Sotano 00931, y publicado en Claridad, pág. 30 en noviembre de 2004

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Las locuras de la rutina, no podemos vivir con o sin ella. Balance... eso es lo importante, y dejar la puerta abierta para la espontaneidad.

:)

Ana María Fuster Lavin dijo...

Ja ja, si amiguita, la rutina es una parte inevitable, pero que irónicamente nos divierte y nos brinda historias, y esa espontaneidad... otro abrazo

Anónimo dijo...

Sí!!!! Yo también sonreí...
Blanca

Ana María Fuster Lavin dijo...

Gracias Blanca, sí, nos tenemos que reír de las rutinas... para no enloquecer sin remedio... un abrazo a Claudia