miércoles, abril 18, 2007

Un día cualquiera, parte 10-- la Madam




Uno de mis pecados capitales favoritos

por la Madam
desde algún lugar de Puerto Rico

No me atrevo a abrir los ojos. Escucho ese sonido similar a las máquinas del casino. Aguanto la respiración. A mi no me espera el jackpot monetario. Tampoco el premio gordo. Tal vez si juego esos números en la lotería o el hipódromo me brinden alguna ganancia.

Hoy comienza la etapa de arrepentimiento oral. Día de flagelación en penitencia por los atraques gastronómicos de la semana. Para mi desgracia tengo una conciencia dietética con memoria selectiva. Se llama Matutina. Todas las tardes y fines de semana se va de vacaciones. Lo peor del caso es que regresa con vocación de narradora vengativa. No hacen falta enemigos cuando se tiene un espejo, una balanza y a Matutina.

Me había quitado toda la ropa. Nada de reloj o pantallas. Bastaba una sola onza para abonar a un cambio numérico. En un segundo de valor, abrí los ojos. Allí estaban. Los números de la bestia no son los tres seis. Acepté mi destino semanal. Hoy, como todos los lunes, comeré yerba al igual que las reses.

Madam
cronista puertorriqueña

¡Ha regresado la Madam al contraataque!
Visita su blog
Confesiones de la Madam
http://lamadam.blogspot.com/

* Pintura, La carta—de Fernando Botero

10 comentarios:

La-Roc dijo...

La Madam siempre tiene una forma única de decir [escribir] las cosas...

Qué bueno tenerla de regreso!

Me sentí identificada con el escrito.... buaaaaaaa los números de la bestia... :(

Yolanda Arroyo Pizarro dijo...

Ahhh, pero que ingenio el de esta muchacha!!!! Muy bueno. Todas nos identificamos.

Profedeciencias dijo...

quede asombrada con la crónica me parecia en algunas partes imaginando actuando así, en los momentos de angustia o ansiedad ay!!!!!!
Ana un gustovolver a tu sitio donde eres la ventan de otros escritores fantásticos se agradece el espacio que le reglalas a la gente para poder publicar todavía sigue la oferta sé que me ausentdo hace mucho tiempo peor más vale tarde que nuca cierto????

Anónimo dijo...

Ana María gracias por publicar mis loqueras. Un abrazo mi hermana. :)

Hada Morena: Gracias bonita por siempre leer. Uf. El peso, las caderas y nalgas es el tormento de todas las latinas. ¡Nalgas unidas jamás serán vencidas!

Yolanda Arroyo: Gracias por leerme en la casa de Ana María. Sí. Esa relación de amor y odio con nuestro cuerpo es terrible. :) Un abrazo.

Alexia: Me halagan tus palabras. Ese es mi ritual mañanero. Pesarme. Todos los días. :) Saludos.

no apta para la humanidad dijo...

Lo que me encanta de este escrito es la forma tan ingeniosa y pícara de recontar algo que es parte de la cotidianidad de muchas mujeres. La forma de describir el momento de pesarse, las comparaciones, las imágenes, las palabras que se emplean sin nombrar directamente la acción...es simplemente fantástico.
Genial, como nos acostumbra la gran Madam!!
un abrazote

y una nota alcalce...el arrepentimiento oral es inevitable, pero antes de llegar a esa etapa...cuánto uno se disfruta el pecado, jaja

JCB dijo...

Short, Sweet, Straight to the point-- genial!

MentesSueltas dijo...

Hermoso, me alegra tu regreso.

Dejo un abrazo desde Buenos Aires.

MentesSueltas

Ana María Fuster Lavin dijo...

Madam, por la amistad inmensa que nos une, mi respeto a tu talento con la palabra, las confidencias, las cerves y el colesterol, brindo!!! Esta es tu casa también...
Gracias por compartir tu palabra y sentido del humor aquí!!!

Ana dijo...

Madam eres genial!
Que vivan nuestras curvas de aguacate, nuestros maravillosos cuerpos de mujer portando sueños, vida y poesía!

Un súper abrazo!
Voy a pesarme :O

Anónimo dijo...

No apta: Gracias por tus elogios. Soy una pecadora sin arrepentimiento del gozo. Lo que me da culpa es el peso. Jajajaja

JCB: Gracias! Me gustan las cosas short and sweet. :)

Mentes sueltas: Me alegro que lo disfrutes. Saludos.

Ana María: Hermanita en colesterol y estrógeno, gracias por publicar mis curiosidades. Hay que reírse porque lo que queda es llorar. Un beso. :)

Ana: Uuu eso me gusta, las curvas de aguacate. (suntuoso y decadante) Si una es latina hay que aprender a querer las caderas de langosta. :) Un abrazo brujil.