domingo, junio 24, 2007

Escritora invitada: Etnairis Rivera--reseña Marioantonio Rosa


El beso
El curso de este afán es el de un beso
que ha dado tantas vueltas,

aquí el amor ahora,
allá el desamor más adelante,

afán gustoso que en la piel estalla
y ordena el rumbo cada día,


afán de ave que emigra

y busca el viento que le acomode.

Un beso desata lluvias, levanta aromas antiguos en el ombligo
donde los poetas recuentan la vida.


Un beso amanece pegado al cuerpo durante meses,
hasta que parte el hilo y se despeña.


Un beso renace de su ceniza

y funda flor en otro templo.



The Kiss

The course of this desire is that of a kiss
that has taken many turns,

now,
here: love, later,
there: unlove;


sweet desire that explodes in the skin

and orders the course every day;


the desire of a bird to migrate

and search the wind that suits it.


A kiss unfastens rains, arouses ancient aromas
in the navel
where the poets recount life.

A kiss is, at dawn, burnt on the body over months,

until it splits the thread and throws itself.


A kiss is reborn of its ash

and founds flowers on another temple.


Etnairis Rivera
poeta puertorriqueña





Etnairis Rivera, poeta:
La visitacion del mar y una palabra de libertad



por Marioantonio Rosa
poeta y crítico literario puertorriqueño

Siempre he pensado que la poesia y el mar tienen el mas hermoso e intimo de los lenguajes destinados a la esencia del ser humano. El oleaje y la marea conforman el primer escenario donde puede nacer la complejidad de las palabras. Pablo Neruda, por ejemplo, supo en su gran poemario El mar y las campanas desbocar destinos solemnes desde el eco del campanario justamente hasta el mas alto horizonte que el oceano invencible ofrece a la mirada del hombre. George Gordon, mas conocido como Lord Byron en su diario de viaje a Grecia dialogaba con el mar, indagando sus rutas, la destinada al poeta y la que se pierde sin el deseo de encontrar un destinatario. El mar fue un amante tan intenso para Alfonsina Storni, que lo uso como divan hacia una muerte silenciosa, bajo marea y luna oceanica. Julia de Burgos, caminante en esa Cuba de mares autenticos dio a su amado nombre de mar, una manera infinita de amar sin cristales terrenales, sin tiempo, sin orilla de toque. Asi mismo no puedo dejar en el silencio al gran Agustin Lara quien afirma que el “el mar tiene como todos los colosos caprichos admirables, deja escapar en su color una tormenta de esmeraldas y en cambio permite que sus olas acaricien las palmeras, asi es el mar”.Octavio Paz, figura el mar como la palabra mas perfecta que se pueda escribir. El mar tiene lengua de cancion, de reino amoroso, de sexo multicolor y sonoro, pero tambien naufragio, perdida, o soledad desde la misma vida. Pensemos en un momento en la brillante novela de Ernest Hemingway El Viejo y el mar, donde el pescador con sus manos ajadas por la lucha, insomne consigo mismo, cansado, afronta sin azar cercano un mar alto, rudo, contumaz, inmisericorde que le ofrece una despiadada grey de tiburones hambrientos. Luego de cruzar el paralelo del miedo, habla con el mar, lo confronta, suda su coraje mientras las aletas asesinas machacan una y otra vez su patera noble, muerta en senales de ataque. Vemos entonces cuan grandioso en mosaicos, convergencias, delirios o escapes puede ser el mar, magnifico para la vida y el poema.

Etnairis Rivera, una de las principales voces poeticas de nuestra literatura puertorriquena contemporanea, llega de una larga visita desde el mar. La encontramos en una sinfonia vertida en dos luminosas estelas: El mar encarcelado de Vieques, ya liberado al fin gracias la la voluntad de un pueblo y sus heroes que dejaron en la arena no solo el recuerdo de la pisada victoriosa, sino la nueva frontera de la libertad y desde luego el mar sudoroso en amor, contemplacion, vagaje de alma, equipaje de alma.

Su nueva entrega poetica Return to the Sea edicion bilingüe de Erica Mena bajo el sello editorial de Arrowsmith en la Universidad de Boston nos presenta en excelencia ese dialogo que, en personalisima iluminacion, el mar ofrece a la poeta en todas sus formas. El libro comienza con un poema de identidad atlantica y que nos anuncia la voz inconfundible que nos visita y nos invita a la contemplacion. En, Salgo al mar cuando escribo ese mar se nos presenta como un dulce agresor que ofrece a la poeta el acuamarina de captura, desde ahí, comienza la purificacion, el abandono de la sombra, el renacimiento. En esa agresion bajo la inmensidad del mar, escribe, denuncia, echa a la nada sus furias, sale victoriosa:

Salgo al mar y me renuevo
Purifico mis algas batidas por las furias

Y retono,
Con un pajaro en mi hombro.

(Salgo al mar cuando escribo)

Una vez ocurre el arrobamiento, el libro entra en esa marea amarga de un mar marcado en el insomnio de un mar prisionero. Intervenidos, editado por El Instituto de Cultura Puertorriquena (2003), es un cantico a Vieques. La Isla Nena, el paraiso perdido en las manos de la intervencion extrana, inhospita. El saqueo de la paz, por las bombas, las balas, la herrumbe de un veneno callado en los caminos, dispuesto a matar y exterminar. El poemario conmueve en la perspectiva en que la poeta presenta esa lucha, ese dia a dia frente a los tanques, la indiferencia del imperio cuya unica sed la complementa el control, la expansion, el descarado incendio que llega en actualidad hasta las almas de miles de mujeres y ninos en Iraq, donde la muerte se sienta a escoger a sus nuevos acompanantes, y no pregunta nombres. Todo el poemario siempre recuerda una esperanza, una estrella segura. Tambien describe el asomo de la tierra dulce pero comprimida por una guerra que no les pertenece:

La Tierra es desvastada en la zanja de estos tiempos
La cara aindiada, la de nuestra herida,
Es escombro y rancho
Sin piso, ni azada ni pan.

(Intervenidos, poema VI)

La poeta se apodera del cansancio iniciado por la intervencion siniestra. La poeta, se cansa junto a la voz del pueblo en lucha, y sin embargo suena, llama a Vieques Isla-Atlatida, la que puede estar hundida en los bocados del humo, los misiles, los mapas cuya geografia trasluce sangre, pero resurge mas alla de la palabra, y la vitalidad del universo:

Esta isla Atlantida, vital mini-universo
Este fragmento de volcan aislado
Condenado a una muerte disfrazada
Es antifaz que solo el poeta devela y lleva
Su ultimo secreto hacia el adios…

(Intervenidos, poema X)

El portal de este poemario es la cruzada del dolor y la gran resolucion de la paz y libertad, Vieques, tierra redentora, pristina, de aire liberado. Vieques, enorno de la palabra, desde sus dias cautivos, hasta esa noche, cuando el ultimo soldado abandono su puesto en la torre de vigilancia, y la voz unica de un pueblo invadio caminos, paramos, kilometros que estuvieron amarrados con fatiga militar. La belleza de Intervenidos radica en que es un memorial del dolor y la esperanza, y su contribucion en las letras puertorriquenas ya tiene sitio y luz propia.

Pero tenemos otro mar. Oleje contemplador, lejano del tacto cotidiano, abrasador, sencillo y lleno de musica. El viaje de los besos no solo brinda la mirada al camino interior recorrido, sino tambien la comunion contundente con la naturaleza, sino tambien con el amado, amado que se hace elemento mar. Los poemas transitan entre la ternura, las visitas de la ausencia, la luminosidad, la vision de una soledad como desatadora de esperanzas y futuro. En el poema El deleite, se nos habla de una conjuncion espiritual con la piel y el vuelo de la vida. La poeta repasa su memoria, sus suspiros con el alma, lo tomado, lo vivido, lo que la define y la hace proxima a un fresco nacimiento del ser.

Todo este poemario se brinda como un testimonio entre la vida, la esperanza, los dias nublados, el vuelo de la libertad, y el corazon de los viajes. Etnairis Rivera nos hace caminantes de su espejo interior, de su mar personal, y nos invita a refrescarnos con las diversas estaciones donde el alma se hace nuestra companera y complice, con sensualidad, seduccion, a veces nos busca en la mirada la ultima historia de silencio, o prefiere jugar bellamanete con las imágenes plasmadas, buscando sonoridad y magia dentro del oleaje de un mar que llega a tierra y nos canta, nos abraza, nos llama POESIA, y hacemos la palabra.

En este libro, intimisimo, no acostumbro brindar poemas para guiar al lector a una comunion con el texto a vivirse, creo que el peso y brillantez de El Viaje de los besos, le dara al que lo lea una manera de encontrase con el mar, y a pesar de la lejania este reino azul al que Vicente Huidobro consideraba deslumbrante para pecar hacia el, o Pedro Salinas nunca termino de contemplarlo, ya el lector sabra darle su soberania, y junto a la poeta hacerlo mar unico, en tiempo y forma. Dejo estos versos como provocacion a hacerlo:

El Mar Interior todo lo mira
Cuando se mira a si mismo.

Su resplandor de gozo, de sol caribe,
Ribera del ser,

El mas amado beso, mi mar,
Tan real, se mueve y me toca.

Su cuerpo invencible, aquí,
Su aura, ahora,

Penetra un sonido poderoso
Que en mi interior, todo lo mira.

(Mar Interior, El Viaje de los besos)


San Juan, 15 de junio 2007

3 comentarios:

Miguel A. Ayala dijo...

Saludos Ana María.

La actividad quedó bien bonita.
Entiendo que en el futuro la van a llevar a otros espacios. Te cuidas mucho y que tengas un lindo día. Abrazo, Miguel
P.D. Rajé.

Ana María Fuster Lavin dijo...

Hola Miguel, ´siempre eres bien recibido en la ciudad silente.. Mantenme informada sobre las próximas presentaciones de Etnairis, soy solidaria con ella, por reciprocar todo lo que ella me ha brindado de solidaridad, cariño de amiga y apoyo, además es una poeta extraordinaria.
También agradezco al querido amigo y poeta Marioantonio Rosa por compartirnos la presentación que preparó para este poemario.
Un abrazo

Alexei Tellerias dijo...

¡Ay Etnairis! Tuve el privilegio y la exquisita oportunidad de conocerla de su propia voz vía un amigo en común acá en Santo Domingo, en una de las tantas actividades culturales que murieron de inanición. Coincido contigo, Ana María, en que ella es una poetisa extraordinaria y una mujer con una personalidad que atrae. Un abrazo desde Santo Domingo y la esperanza de que volvamos a compartir en un recital como el de Falafel.