La escritora Ana María Fuster
Lavin es uno de los nuevos talentos de la literatura nacional. (Foto
suministrada)
Escribir
para existir
publicado el 5 de Agosto de
2017
Por
Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Publicar
un libro es sentir la vida.
Así
Ana María Fuster Lavin describe su misión y responsabilidad como escritora.
“Mariposas Negras” es su más
reciente creación literaria. (Foto suministrada)
En
estos días la autora celebra la publicación de la segunda edición de su novela
“Mariposas Negras”, su más reciente creación literaria, que un sector de la
crítica, como el dominicano Ángel Tellerías, ha descrito como “clave de lo
gótico urbano caribeño”.
“Ahora
en agosto, mi editor Carlos Roberto Gómez, de Isla Negra, donde tengo más de la
mitad de mi obra, me informa que llega la segunda edición”, señala contenta
sobre la obra que profesores de los recintos de Carolina, Humacao, Mayagüez y
Aguadilla de la Universidad de Puerto Rico han asignado a sus estudiantes.
“Mi
aspiración es hacer lo mejor y a la verdad que cuando termino un libro puedo
estar en ese proceso de dos años de depuración, editar y corregir hasta que el
lenguaje y el personaje logren transmitir la historia, como es el caso de esta
pobre chica y la historia de sus sensaciones”.
“Mariposas
Negras” es la historia de “Mariana”, personaje que vive y sobrevive inmersa en
una madeja de maltrato y acoso, entre signos góticos y paranormales. Es
literatura de terror que apela a gente joven, incluso a la llamada generación
de los ‘milenials’.
“Es
tan terrible lo del abuso de menores. A través de lo gótico, que es una forma de
ver no solo lo que ocurre, sino lo que siente el personaje. Es un puente entre
la palabra y lo que le ocurre”.
El
personaje al que originalmente impartió aliento en un breve relato de tres
páginas clamó su espacio en una novela de ficción con elementos de la vida
real. Lo más que tiene “Mariana” de Ana María es su hipersensibilidad y su
creencia de que, a pesar de lo terrible que le sucede, hay salvación a través
del amor y la palabra.
“Verdades Caprichosas”,
“Réquiem”, “El Libro de las Sombras” y “Leyendas de Misterios” son algunos de
los títulos de la autoría de Ana María Fuster Lavin. (Foto suministrada)
“Con
las desgracias que le ocurren a esta chica, uno piensa que a través de las
palabras y el amor puede salvarse de las tinieblas del ‘bullying’, del maltrato
sexual y sicológico; del estar enamorada de su mejor amiga y tener miedo. La
novela sí tiene de mí cosas que me han ocurrido, como el tema de la violación
que en mi caso no fue ningún familiar ni el papá de la amiga, como a Mariana.
Sacar cosas de la vida ayuda a liberarte”.
Contrario
a no pocos autores, Ana María Fuster Lavin no depende de la crítica porque
escribir es “una necesidad urgente tal como sentir, comer y respirar”.
“No
escribo pensando en una crítica, pero también entiendo que en nuestro País hay
muy pocos medios para la crítica literaria y es una pena para uno mismo porque
la crítica ayuda a aflorar lo que está ocurriendo en el País. Lo que nos salva
es el Internet para difundir las obras”.
La
vocación de Ana María por la literatura se originó en su niñez. Era muy tímida
y soñaba con ser fotógrafa, inspirada por la poesía que revelan las personas y
los edificios abandonados.
Los
veranos en España su abuela le narraba historias sobre los horrores de la
Guerra Civil y leía mucho, mucho. La pasión por leer y las historias de terror
que le contaba a las vecinitas que cuidaba forjaron, poco a poco, la reconocida
escritora que hoy es y que, al presente, ha publicado alrededor de una docena
de libros en que cultiva géneros como la poesía, la novela, el ensayo y los
micro cuentos.
“Recuerdo
que sustraje del cuarto de mis hermanos mayores “Crónica de una Muerte
Anunciada” y la desesperación en el pueblo con el pobre Santiago, que todo el
mundo sabía que iba a morir, menos él. Y en “El Coronel no tiene quien le
escriba”, cuando la esposa le pregunta al final qué van a comer y responde
tierra, porque solo tenían mierda para comer. Así empecé a escribir”.
Sus
primeras creaciones son cuentos inéditos, pero ya en cuarto año tuvo como
profesor al poeta José Luis Vega, de la Generación del 70 y quien la
familiarizó con la obra de Ana Lydia Vega, Magali García Ramis y la orientó a
cursar un grado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico.
Fuster Lavin afirma que en
Puerto Rico se lee más de lo que se cree. (Foto suministrada)
La
autora de “Verdades Caprichosas”, “Réquiem”, “El Libro de las Sombras” y
“Leyendas de Misterios” opina que en Puerto Rico hay una cultura de la lectura
o patrocinio de la literatura sólida, aunque son escasas las librerías.
“Se
lee más de lo que se cree. El problema de las librerías no es solo porque no se
lea, sino porque atravesamos una crisis asfixiante en la que sostener cualquier
negocio en Puerto Rico es muy difícil. El mundo del libro no es un ‘fast food’.
Requiere de otras cosas. Se consiguen libros por Internet porque se consiguen
más baratos. Creo que el problema de las librerías tiene que ver con la crisis
económica más allá de si se lee o no se lee”, señala Ana María al reconocer que
hay deficiencias serias en el Departamento de Educación para fomentar tanto la
lectura como la creación literaria.
En
los próximos meses Ana María Fuster Lavin publicará varios poemarios, uno para
adultos con Isla Negra y otro orientado a los lectores jóvenes con Ediciones
Agua Dulce, además de continuar con sus conversatorios alrededor del País.
“Hay
que leer y leer mucho porque eso nos abre los ojos de la sensibilidad. Escribir
también porque es el puente entre todo lo que uno piensa y los demás. También
no nos debemos quedar sentados en las casas. Hay que salir a protestar porque
nos están aplastando nuestra cultura y nuestros derechos”.
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