
La apalabrada fama de una escritora desconocida
Los fantasmas aplauden una cabellera ensortijada entre las palabras, su presencia feromonada sobre una cebra emburlece las otredades desde cualquier mesa, desde la barra, o una esquina humeada. Su rostro frente al micrófono es fácilmente reconocible en los manuscritos deshojados, de cualquier editorial pretenciosamente desconocida. Ellos lo saben, pero siguen palmeando emborrachados de ignorancia y hormonas. No despiertan aunque el despertador desgarre la sangre, no hay palabras, sólo nombres y apellidos, pero yo tampoco la conocí, quizás ella, tal vez yo, danzaba entre los muertos.
Ana María Fuster
cuadro-Niña que cae, de Lucía Maya
1 comentario:
Esto está bien strange kind of cool, Son dos escritoras o una? Es como si uno estuviese en un open mic y después de par de tragos no entiendes nada más que la jienda, y los demás siempre aplauden a la persona de moda no matter what.
Me tripeó.
No hay más botellas de esas llenas de poesía?
the dreamer
Pd. Puedo invitarte un día a Café Seda?
the dreamer
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