lunes, junio 09, 2008

Esta Vaina es Grande!!! Crónica de un periodista dominicano en la FIL 2008

Delegación puertorriqueña aplaude la gastronomía de Carlos Roberto Gómez, y la presentación que realiza Zuleika Pagán del libro de José Manuel Martínez Maldonado



Alexei Tellerías y Ana María Fuster en bohemias con mangú!



"Cogiendo brega: crónica de mis días y los puertorriqueños de Isla Negra en la XI Feria Internacional del Libro"

por Alexei Tellerías

Durante quince días, mi media islita se convirtió en un hervidero cultural. Miles de personas, ora por el hambre de literatura o por otros tipos de hambres menos metafóricas, se dieron cita a la XI versión de la Feria Internacional del Libro Santo Domingo, que -para más señales- estaba dedicada a la Asociación de Estados del Caribe (esa cuenca tan hermosa y tan maravillosa que nos hermana y nos hace tan iguales a pesar de ser "una suma de soledades", como dijo un escritor haitiano).

Para uno, que tiene años esperando que llegue abril sólo con el interés de que lleguen los días y empiece la feria, el proceso se vuelve una ansiedad deliciosa: después de todo, ya se ha ido creando un ambiente de "discreta hermandad" entre escritores, lectores y amantes de la cultura en general que, año tras año, cruzan las distancias para reencontrarse, luego de haber creado y fortalecido dicha relación.

En mi caso, que llevo dándole cobertura directa a la Feria desde el 2006, los e-mails empezaron a aumentar conforme se acercaba este cuarto mes del año, con la otra salvedad de que sería la primera en la que me vería vinculado más directamente, como coordinador del Pabellón Juvenil. Uno de estos fue de "alguien" a quien los hilos del destino me unieron en la edición pasada como conferencistas, aunque al final ella no pudo participar. Me refiero a Ana María Fuster y al equipo de Isla Negra Editores (Carlos Roberto Gómez siempre ha contado conmigo desde el Listín, y a él le agradezco el haber tenido acceso de primera mano a la "delegación informal de Puerto Rico")


(Zuleika Pagán firmando su libro en la nocturnidad quisquellana)

Pero volvamos al asunto. El equipo de Isla Negra vendría a partir del miércoles 30, justo mientras (según el programa) yo me encontraría cantando dentro de mi pabellón en el concierto "El Caribe en una Canción". Ya para ese entonces, la XI Feria, que homenajeaba con su realización al historiador dominicano Emilio Rodriguez Demorizi, iba por la "curvita de la Paraguay" hacia su término... que luego fue extendido por cinco días más (the horror!). Así que vayamos hacia atrás en una suerte de máquina del tiempo emocional.

Lunes 21 de abril. Una noche calurosa, aunque el aire del Teatro Nacional enfría a las mil maravillas. Apertura formal de la XI Feria. Un video se muestra, resumiendo la edición anterior. "Pero pervivo, revivo, sobrevivo, vivo, y soy... acepto otras muertes", la figura de Ana leyendo, paño rojo en la cabeza es vista por los cientos de asistentes a este acto, que encabezó el presidente Leonel Fernández. Frente a nosotros, los coordinadores, 15 días de pela. Y de la más fuerte.

Conferencias magistrales, charlas, conversatorios, presentaciones artísticas y literarias, puestas en circulación de una cantidad infinita de libros y textos... nadie quiso quedarse fuera de "la más grande fiesta de la cultura en República Dominicana y el Caribe" (ya dije que nos gustan los nombres pomposos). El pabellón juvenil era un hervidero de gente cada vez que hacíamos el "Es tu tiempo, lánzate", espacio donde abríamos el micrófono a todo aquel que quisiera saciar su hambre de fama Warholiana.

La noche siguiente a la llegada de los "islanegristas", busqué en mi gmail el correo de Ana con el itinerario. Debían encontrarse a esa hora en la sala temporal "100 años de soledad", de la Cinemateca... corrí con mucha prisa hacia allá, no fuera a ser cosa que la actividad hubiese terminado y me los perdiera. Por suerte, el destino obró en mi favor y la acostumbrada tertulia "post actividad" me los reservó en el pasillo.

Abrazo de más de un año de espera, saludos, presentaciones. Es genial encontrarse de vuelta con gente que ya ha establecido una relación virtual durante todo un año.

Isla Negra continuó haciendo de las suyas durante su participación en la Feria. Todavía hay algunos que están relamiéndose la boca de lo bueno que quedó el arroz chino (chofan, ombe) que preparó Carlos Roberto en el pabellón de Libro Cocina. Allá estuvieron todos, mientras José Maldonado presentaba su libro "Este difícil oficio de amarte". Recuerdo que el se definió como anarquista... y yo pensé que la rebeldía no conoce edad ni tiempo.

(paréntesis para hablar de aquel encuentro "fortuito" de nosotros todos en "S Bar", que culminó en el parque Duarte. Creo que el limosnero todavía está esperando a Carlos Roberto)

Y todo este relato nos lleva, pues, al día que está marcado en mi corazón con fuego: la Dirección General de la Feria del Libro pautó -tal vez a solicitud informal mía- la presentación de las obras "Bocetos de una Ciudad Silente" de Ana María Fuster y "Ankh", de Zuleika Pagán. Las presentaciones corrieron por cuenta de Basilio Belliard y Daniel Torres, la primera y Taty Hernández la segunda. Que bien. Todo en familia.

Tanto Zu como Ana impactaron al público que (por la lluvia o por el interés literario) se concitó en el pabellón, cuyos 3 colores del exterior lo hacían parecer un partido político (tijera propia). El calor no fue óbice para que disfrutásemos de los performances de ambas escritoras y hermanas antillanas con sus respectivos libros. Miss Fuster, en "El predicador se retira", causó furor al llevarse la mano a los bolsillos y lanzar papeletas de dólares al aire...

Furor que se calmó al descubrir que eran de papel.

Las actividades no culminaron allí, aunque sí al menos para mí junto con Isla Negra. Al menos nos volvimos a ver en un recital caribeño en Autores Dominicanos (grande, Valentín!) para luego continuar la rumba en El Conuco (Juan Freddy se encargó de enseñarnos que los escritores también bailan... aunque sé de alguien por ahí que también tenía ínfulas pedagógicas ese día)

Ya esa noche sabíamos que la feria se extendía cuatro días más, pero muchos de los expositores se iban en esos días. Igual mi "crew" de Isla Negra. Así que le sacamos el mayor provecho posible a la noche, a pesar de "todo" (Ana María, Zule y Juanmanuel entienden el chiste)

Termino aquí mi crónica de aquellos días con un dejo de nostalgia, esperando ansiosamente que el próximo año llegue, sólo para volver al hervidero de gente... es una lucha, pero a nosotros nos encanta.

Alexei Tellerías

Alexéi Tellerías (Santo Domingo, 1981). Periodista y activista de utopías. Escribe formalmente desde los 17 años, aunque hay algunas pruebas que demuestran lo contrario. Sus primeros poemas fueron publicados en la desaparecida revista digital preurbano.com. Ha sido antologado en la compilación "Desde el interior sin cargos... de conciencia" (2003) por la revista La Vaina. Desde 2005 administra el blog "Catarsis Diaria" (www.catarsisdiaria.wordpress.com)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

son amistades deliciosas las que hacemos entre escritores, ¿verdad, ana maría?

un beso,

santi

Ana María Fuster Lavin dijo...

Ay, Amor... así es, hay amistades hermosas, solidarias, de aprendizaje, pero hay que tener el cuero muy muy duro, porque hay un lado bastante difícil de algunos "otros"
besos amigo santi