Emplazamiento
No le pidas a mi boca que vaya en contra de su naturaleza. ¿De qué me sirve el silencio? Tú, en cambio te diluyes en el abismo que hay en medio de nuestra cama. Ese hueco negro donde el tiempo corre en paralelos. Allí te pierdes y no escuchas lo que te hablan mis uñas. Eres sordo al hambre de los labios, sí en plural. Callaste el olor, ya no es mermelada lo que sale de los poros. A la boca, a mi boca, no le sirven las mordazas de piel.
Anelis Hernández
No le pidas a mi boca que vaya en contra de su naturaleza. ¿De qué me sirve el silencio? Tú, en cambio te diluyes en el abismo que hay en medio de nuestra cama. Ese hueco negro donde el tiempo corre en paralelos. Allí te pierdes y no escuchas lo que te hablan mis uñas. Eres sordo al hambre de los labios, sí en plural. Callaste el olor, ya no es mermelada lo que sale de los poros. A la boca, a mi boca, no le sirven las mordazas de piel.
Anelis Hernández
narradora puertorriqueña
1 comentario:
Muy bonito tu cuento de 100 cuentos.
Saludos.
Berta
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