viernes, abril 04, 2008

Días de nieve: crónica. Syracuse, parte 4




Point of contact:
Memorias de una escritora puertorriqueña bajo la de nieve



Parte 1

No quisiera ser como ese señor. Pedro se tomaba una taza de café aromático pero algo insípido. En Puerto Rico, estamos acostumbrados a tomarlo bien cargao, en Puerto Rico estamos acostumbrados a tantas cosas. Y fijate, ese señor que no quiero ser con su corbata y bigote blanco, podría ser el nieto de James Joyce y ver aquí y decirme ha leído mis obras y que me admira, a lo que yo le contestaría y yo pensaba que me gustaría ser como vos. Sin embargo, el señor que no queremos ser, seguía sentado con sus papeles ropa de banquero tomando su café aguao. Yo disfrutaba la nevada primaveral a través de la ventana de cristal escuchando las historias de Pedro Cuperman (escritor argentino, profesor de Syracuse, curador de cuadros, editor, cinéfilo, que además conoció a Borges, Buñuel y Cortázar…), y cómo no querer vivir las mil experiencias de este señor…



Todos queremos ser y no ser. Tomarnos el café en la justa medida de cómo nos gusta, despertarnos de la misma forma. Intentamos hacer lo que estimamos pertinente para nosotros, intentando que los demás no nos pongan el pie por el camino y nos raspemos la rodilla. Pero, estoy aquí y no allá, en estos días puedo “ser”. Actitud carterística, al menos mía, cuando estás lejos de tu país, en una habitación de hotel; a veces siquiera sabes qué hacer con tanta libertad, aquí son tres días condicionados a lo que pueda suceder. Y créanme eso se agradece.



Después de cambios de aeropuerto, de tantos anónimos que vienen y van, ser y no ser como otros. Unos felices, otros estresados y los demás son muchos más. Logré llegar a Syracuse, al norte del estado de Nueva York. Llegué y Tere me estaba esperando, mientras Pedro esperaba a Tonia que llegaba en otro vuelo. El cielo estaba cargado, como si las nueves guardaran un secreto inmenso, mientras el termómetro marcaba 29° F (había dejado la noche anterior a Puerto Rico en 80°F). Llegaron Tonia y Pedro y sentí el calor de la cofradía de quienes recién conoces, pero reconoces hace tiempo a través de los calendarios bifurcados de la palabra.



Esa noche era la presentación de Corresponding Voices, una publicación de Point of Contact http://www.pointcontact.org/ La lectura en la galería fue una experiencia inolvidable, entre el corre y corre de Tere y Pedro, un lleno a capacidad, leí junto a Tonia Leon, Cristopher Kennedy, una exótica y guapa profesora india leyó a los poetas paquistaníes. Descorchamos otro libro y el español caribeño se leyó en dual language; mi parte constó de cuatro poemas (en el libro están las versiones originales de mis poemas en español y su traducción, extraordinaria, al inglés) de lo íntimo a lo social al erotismo, hubo risas, suspiros y calenturas; Coleen (una encantadora artista completa, poeta, cantante…) recitó en inglés mis poemas, logramos una mágica conexión en la lectura. Algunas voces de la publicación:



I have gounged out eyes.
I have strangled the necks of dreams… Faiz Ahmed Faiz

How to respond to a scream
which ceaselessly esacapes
from that book? Tonia Leon

Finally it is sunrise,
the captive digs up his verses,
there are not death after last death. Ana María Fuster
(trad. Pedro Cuperman y Libertad Garzón)

Today I had the sense of myself as a cloud of steam, floating amorphously above a smokestack. The air around me was bitter cold… Christopher Kennedy

“The story is still so dark
That no one can see her tears.” Zeeshan Sahil.

Luego de la lectura, la consabida tertulia entre bohemia y convencionalismos, vino y multiculturales seres llenos de esa luz que la poesía toca, aunque sea por unas horas… Conversé con amantes de la palabra y curiosos, con Libertad, Sofía, Nancy, Pedro Cuperman, y Tere ya respiraba; después de tanto trabajo para que el recital quedará como quedó, extraordinario, no se esperaba menos. Nos fumamos un cigarrillo humeando por el frío y la nicotina, sonriendo ambas por la misma y por tantas razones individuales como colectivas. Tere Paniagua es una mujer impresionante en su calidad humana y creativa, ella es una periodista, editora y escritora puertorriqueña radicada con sus tres hijos hace seis años en Syracuse. Ella es uno de esos ángeles maravillosos que la vida te regala, así como la terrible angelita guardiana, Ileana Cidoncha, quién nos presentó en el verano boricua de tostones y carne frita medalleando.




continuará


ana maria fuster

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