miércoles, diciembre 21, 2016

a propósito de Mariposas negras de Ana María Fuster Lavín, por el licenciado José Luis Ramírez de León


Notas sobre el abuso sexual contra adolescentes, a propósito de Mariposas negras de Ana María Fuster Lavín

 


Mariposas negras nos obliga a visualizar y confrontar temas difíciles con los que lidian muchos jóvenes adolescentes en la actualidad, como la violencia de género y la sexual, así como abre un espacio para la discusión y comprensión de la orientación sexual. 

En particular, el abuso sexual contra los adolescentes es mucho más común de lo que se piensa.  Se da en todos los estratos sociales, y en casi todas las sociedades alrededor del mundo.  Incluso se ha dado entre Jefes de Estado y personajes poderosos. 


Sufrir violencia sexual durante la adolescencia es una de las experiencias más traumáticas y dolorosas que pueden vivir los jóvenes.  Las estadísticas demuestran que precisamente la adolescencia es la edad de mayor riesgo.  De acuerdo con el Departamento de Salud, la violencia sexual es un problema de salud pública que afecta física, emocional y socialmente la salud integral de la persona, su sistema de apoyo y su comunidad, a corto y a largo plazo.  

Las consecuencias en las víctimas son terribles.  Las secuelas de salud física, condiciones de salud mental, ausentismo, disminución de productividad y costo social de la violencia son de gran magnitud. Sin embargo es un problema prevenible mediante el aumento de factores de protección (educación, ofrecimiento de apoyo, promoción de recursos disponibles, investigación, capacitación y alianzas multisectoriales) y la disminución de factores de riesgo (inequidad de género, violencia familiar, problemas de salud mental y tolerancia social a la violencia). Por sus consecuencias e implicaciones en la salud física y mental de las víctimas, se estima que la agresión sexual es el crimen más costoso para el Estado. Aparte de las consecuencias físicas, tales como heridas, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual y disfunciones sexuales, en los jóvenes que han sido víctimas de agresión sexual permean condiciones de salud mental como depresión, miedos, baja autoestima, trastornos, estrés postraumático, e ideas autodestructivas, incluyendo el suicidio.  Esto puede tronchar y desfigurar la vida de muchas de las víctimas, y afectarlas hasta la adultez. 

 
En el 2014 la Policía de Puerto Rico informó un total de 1,718 querellas de agresión sexual (incluyendo los delitos de violación, sodomía, agresión sexual conyugal, actos lascivos e incesto). La mayor parte de las acusaciones son por actos lascivos, seguido de violación y violación técnica.  En el periodo de 2013-2014 las salas de emergencia de la isla reportaron haber atendido 757 casos de agresión sexual (86% de registros recibidos de toda la isla).  Aunque esta es una cantidad alarmante, el Departamento de Salud entiende que la violencia sexual es uno de los crímenes menos reportados, esto debido a la naturaleza de los hechos, las implicaciones y el estigma que tienen estos eventos.  

Veamos algunos datos que hacen que la violencia sexual contra los jóvenes sea una verdadera pesadilla.

 
·         La violación es un problema de la juventud porque la mayoría de las agresiones son contra niñas/os y adolescentes. En Puerto Rico, el 57.6% de los casos son de menores de 14 años.  

  • Puerto Rico ocupa la posición número 17 en las tasas de maltrato de menores al compararlo con otras jurisdicciones de Estados Unidos. 
  • Un 22% de las sobrevivientes son menores de 12 años. En Puerto Rico el 40.5% es menor de 13 años.  De hecho, en comparación con los otros grupos de edad, la tasa más alta de abuso sexual (6.6%) se observó en el grupo de 12 a 14 años de edad.
  • El 92% de los casos la víctima conocía a su agresor(a). Más de una tercera parte (35%) de la totalidad de los casos el agresor es un familiar de la víctima.
  • Para el año 2010 se reportó que en EE. UU. ocurrieron 1, 270,000 violaciones a mujeres.  El 42.2% son agredidas sexualmente antes de los 18 años.
  • La tasa de violencia sexual reportada en Puerto Rico por la Policía es de 56 víctimas por cada 100,000 habitantes. Es decir, cinco víctimas diarias.
  • Las heridas físicas no genitales ocurren aproximadamente en el 40% de las violaciones; el 3% requiere hospitalización.
  • Entre los síntomas a largo plazo en las sobrevivientes se ha identificado: dolor de cabeza crónico, fatiga, perturbación del sueño, desórdenes alimentarios, disfunción sexual, intentos suicidas y aumenta en el riesgo de uso de sustancias controladas.
  • Las sobrevivientes de agresión sexual conyugal o de violación en una cita, están más propensas a presentar cuadros de depresión, fobia social y otros problemas psicológicos hasta 15 años después de la agresión si no se le ofrecen servicios de ayuda.
Es importante la discusión de estos temas, de manera que nuestros jóvenes conozcan e internalicen que el abuso sexual y la violencia de género es inaceptable e incluso es un delito.  Y como abogado, es importante que nuestros jóvenes conozcan que no están solos, y que tienen remedios y herramientas legales para defenderse de los ataques sexuales.

 Por último, como lector, puedo decir que la nueva obra de la Ana María Fuster, aparte de mostrar su dominio en la narrativa del arte gótico urbano, es un gran thriller psicológico con un final inesperado, que nos invita a acariciar la esperanza, hasta resurgir en un nuevo presente, ese que aspiramos a crear a partir de la comprensión de nuestra humanidad.


Lcdo. José Luis Ramírez de León.

leído en la presentación de Mariposas Negras en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, noviembre de 2016
 

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