Notas sobre el abuso sexual contra adolescentes, a
propósito de Mariposas negras de Ana María Fuster Lavín
Mariposas negras nos obliga a visualizar y confrontar temas difíciles con los que lidian
muchos jóvenes adolescentes en la actualidad, como la violencia de género y la
sexual, así como abre un espacio para la discusión y comprensión de la
orientación sexual.
En particular, el abuso sexual contra los adolescentes es mucho más común de lo que se piensa. Se da en todos los estratos sociales, y en casi todas las sociedades alrededor del mundo. Incluso se ha dado entre Jefes de Estado y personajes poderosos.
Sufrir violencia
sexual durante la adolescencia es una de las experiencias más traumáticas y dolorosas
que pueden vivir los jóvenes. Las estadísticas demuestran que
precisamente la adolescencia es la edad de mayor riesgo. De acuerdo con
el Departamento de Salud, la violencia sexual es un problema de salud pública
que afecta física, emocional y socialmente la salud integral de la persona, su
sistema de apoyo y su comunidad, a corto y a largo plazo.
Las consecuencias
en las víctimas son terribles. Las secuelas de salud física, condiciones
de salud mental, ausentismo, disminución de productividad y costo social de la
violencia son de gran magnitud. Sin embargo es un problema prevenible mediante
el aumento de factores de protección (educación, ofrecimiento de apoyo, promoción
de recursos disponibles, investigación, capacitación y alianzas
multisectoriales) y la disminución de factores de riesgo (inequidad de género,
violencia familiar, problemas de salud mental y tolerancia social a la
violencia). Por sus consecuencias e implicaciones en la salud física y mental
de las víctimas, se estima que la agresión sexual es el crimen más costoso para
el Estado. Aparte de las consecuencias físicas, tales como heridas, embarazos
no deseados, enfermedades de transmisión sexual y disfunciones sexuales, en los
jóvenes que han sido víctimas de agresión sexual permean condiciones de salud
mental como depresión, miedos, baja autoestima, trastornos, estrés
postraumático, e ideas autodestructivas, incluyendo el suicidio. Esto
puede tronchar y desfigurar la vida de muchas de las víctimas, y afectarlas
hasta la adultez.
En el 2014 la
Policía de Puerto Rico informó un total de 1,718 querellas de agresión sexual
(incluyendo los delitos de violación, sodomía, agresión sexual conyugal, actos
lascivos e incesto). La mayor parte de las acusaciones son por actos lascivos,
seguido de violación y violación técnica. En el periodo de 2013-2014 las
salas de emergencia de la isla reportaron haber atendido 757 casos de agresión
sexual (86% de registros recibidos de toda la isla). Aunque esta es una
cantidad alarmante, el Departamento de Salud entiende que la violencia sexual
es uno de los crímenes menos reportados, esto debido a la naturaleza de los
hechos, las implicaciones y el estigma que tienen estos eventos.
Veamos algunos
datos que hacen que la violencia sexual contra los jóvenes sea una verdadera
pesadilla.
·
La violación
es un problema de la juventud porque la mayoría de las agresiones son contra
niñas/os y adolescentes. En Puerto Rico, el 57.6% de los casos son de menores
de 14 años.
- Puerto Rico ocupa la posición
número 17 en las tasas de maltrato de menores al compararlo con otras
jurisdicciones de Estados Unidos.
- Un 22% de las sobrevivientes
son menores de 12 años. En Puerto Rico el 40.5% es menor de 13 años.
De hecho, en comparación con los otros grupos de edad, la tasa más alta de
abuso sexual (6.6%) se observó en el grupo de 12 a 14 años de edad.
- El 92% de los casos la víctima
conocía a su agresor(a). Más de una tercera parte (35%) de la totalidad de
los casos el agresor es un familiar de la víctima.
- Para el año 2010 se reportó que
en EE. UU. ocurrieron 1, 270,000 violaciones a mujeres. El 42.2% son
agredidas sexualmente antes de los 18 años.
- La tasa de violencia sexual
reportada en Puerto Rico por la Policía es de 56 víctimas por cada 100,000
habitantes. Es decir, cinco víctimas diarias.
- Las heridas físicas no
genitales ocurren aproximadamente en el 40% de las violaciones; el 3%
requiere hospitalización.
- Entre los síntomas a largo
plazo en las sobrevivientes se ha identificado: dolor de cabeza crónico,
fatiga, perturbación del sueño, desórdenes alimentarios, disfunción
sexual, intentos suicidas y aumenta en el riesgo de uso de sustancias
controladas.
- Las sobrevivientes de agresión
sexual conyugal o de violación en una cita, están más propensas a
presentar cuadros de depresión, fobia social y otros problemas
psicológicos hasta 15 años después de la agresión si no se le ofrecen
servicios de ayuda.
Lcdo. José Luis Ramírez de León.
leído en la presentación de Mariposas Negras en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, noviembre de 2016
leído en la presentación de Mariposas Negras en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Aguadilla, noviembre de 2016
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