jueves, diciembre 07, 2017

Insomnios, oscuridad, aniversarios y otras reflexiones a las 5:30am


Insomnios, oscuridad, aniversarios y otras reflexiones a las 5:30am
(escrito el 29 de  noviembre de 2017 5:30am San Juan de Puerto Rico)


Son las 5:30 am. Hoy se cumple un año de haber sido operada por cáncer de tiroides.  A las 5:30am me recogió mi amiga Maldes para llevarme al Pavía. Una extirpación radical de las tiroides y perdida de dos paratiroideas (con un bajón de calcio que por poco la palmo), seis días de hospital, laboratorios, medicamentos, pasé por tratamiento radiactivo con yodo, tuve momentos (varios meses) de tristeza, dolor, preocupación, también de mucha fortaleza y positivismo.  A las 5:30am allí ya estaban la amada Tina Casanova y Sigfredo, ella también iba a ser operada.
Sin embargo, son 71 días de la visita del huracán María que nos devastó, la isla, los hogares, los sistemas eléctricos, de telecomunicaciones… Miseria y corrupción, escombros y cinismos, abandono y crueldad. Noches de oscuridad, solo esperando el amanecer para vernos la piel.  Entonces, no tuve tanto miedo con el positivo a cáncer, como esta incertidumbre isleña que vivimos, cada vez más pobres, más abandonados, más solos…
Y es que hace un año no me sentí nunca sola ni abandonada cuando lloraba en la oficina del doctor, porque el diagnóstico da mucho yuyu. Tuve siempre a mi hijo (siempre tan brillante tierno y honesto), su amor eterno, a mi Cleopatra esperando para sus bichicariños.  Gracias de corazón a María de Lourdes Javier (mi hermanita Maldes) que me  llevó al hospital en la madrugada y se quedó todo el día allí y visitas diarias, a Sigfredo y Tina (mis ángeles guardianes, de luz, hicieron tanto por mí, Tina operada también allí y se escapó para visitarme), las visitas de mis compas de oficina Heidi, Marissa, Francisco y Mabel, mi hermano de la vida Barry, y los cariños de mi hermano mayor José Manuel, también mi cuñada Delly, mis colegas hermanos del aquelarre Jocelyn Pimentel y José H. Cáez (mi amado compadre), al solidario Luis (Laro) Rodríguez que me fue a visitar sin conocerme…. y a mi hermana Marieli Calderón que me rescató el día del alta, que me ha rescatado en tantas ocasiones.  Los mensajes de texto o wasap esos días de Alexéi Tellerías, Carlos Roberto, Mario Alegre, Iva Yates, Leticia Ruiz, Alberto Martínez, Alinaluz Santiago, Ricardo Rodríguez, Héctor Monclova, Marioantonio Rosa, David Caleb y Pabsi Livmar, Ángel Mussenden, y tantos seres luminosos que saben quiénes son…
Los apoyos solidarios de hermosas amigas y sus testimonios (como Zamaris Rodriguez, Eli Cuevas y Lynette Mabel Pérez) que me ayudaron a entender los cambios de mi cuerpo, lo que sentimos, y que no nos dice el endocrino.  Agradezco igual a mi cirujano Dr. García Talavera, que se preocupó por mí, por que estuviera bien física y mentalmente. A la anónima roomate, porque en su locura me ayudó a escribir divertimentos y micros para salir del tedio hospitalario.  Mis padres llamaban desde España casi todos los días preocupados, racionales y amorosos… Y al final la visita en mi apartamento de Ángel Isián y Melvin Rodríguez con tres pizzas y muchas querencias. ;o
Tanto que agradecer también a muchos de ustedes, que a las 5:30 am o a cualquier hora, me leen, me comentan, me apoyan, me dan su cariño, aunque sea una carta tan exageradamente larga como esta; porque saben que los amo y apoyo, y yo siento la empatía de ustedes, y eso me da energías querenciales para seguir adelante.
Coño y estamos aquí en un año de cumplir 50, de publicar mi novela Mariposas Negras (mi 11mo hijo apalabrado) en el que muchos sucesos, curiosamente ocurren a las 5:30am (no tan curioso, porque me despierto usualmente a esa hora casi siempre, y menos curioso es porque a esa hora salió de su casa Santiago Nassar, el día que todos en el pueblo (menos él), sabían que iba a morir, de tantas sombras y algunas luces. Un año de vencerle al cáncer, de comenzar a sentirme mejor, de pronto publicar tres poemarios inéditos y ediciones aniversario de algunos de mis libros, de saber que tengo mucha gente hermosa que me da palabras de aliento y empatía, que estamos vivos y luchas, pero también pronto a 3 meses del huracán María, de sufrir tres meses del más burdo de los “algaretes” corruptos  y de incertidumbre, que lo que le ocurre a nuestra isla me asusta más que cuando recibí el diagnóstico positivo a cáncer, pero estoy viva, y nuestro país está vivo, mientras hay vida, podemos salir de la caverna, cada uno, luchamos solos, salimos solos, pero así nos toca invitar a salir a los demás…  
Son las 5:30am y pienso en que mis amigos Nelson Rivera y Tato Santiago (a quienes adoro y admiro) es posible que aún no tengan luz, o que mi amada Carmen Rabell esté en tratamiento de quimioterapia y esté igual sin luz.  Y que tampoco tengan luz la mayoría de nuestra isla. Y siento rabia, y no me conformo y no me callo. No nos callemos no nos conformemos. No es justo, no es humano que sigan intentando mantenernos en una oscura caverna.
Estas son unas reflexiones insomniadas a un año de sacarme el cáncer del cuerpo, quisiera que en un año, pudiéramos escribir que sacamos el cáncer de Puerto Rico, que podemos distinguir entre las sombras y la realidad, que estamos luchando con dignidad, con empatía, vamos a brindar techo, comida, luz, conciencia, valor. ¿Será posible?  Al fin de cuentas, estamos vivos y, a pesar de los escombros y de las mentiras, podemos salir de la caverna, por nuestra cuenta, vamos, sin esperar por los demás… No se rindan
Ya lo dejo porque son más de las 5:30am


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