viernes, noviembre 23, 2007

El enamorado


El enamorado

Todos los días paso por su trabajo. Es tan hermosa a través de la vitrina, y tan abnegada a su trabajo... Su piel, sus ojos, su cabello tienen una belleza inmaculada, como virgen renacentista. Ayer me miró, estoy seguro, pero yo, tan tímido, aceleré el paso hacia mi casa. En la noche me masturbé lentamente pensando en sus labios, no me arrepiento. Soy un hombre después de todo, carajo. Valor, que a las mujeres les gusta así. Le tengo que declarar mis sinceros sentimientos; ahora mismo voy a verla.

"Perdona mi atrevimiento, ¿puedo hablarte? ¿quizás tomarte de la mano y confersarte mis secretos? Te sonará extraño, pero estoy locamente enorado de ti. ¿no me miras como otras veces cuando paso por aquí? ¿Acaso se acerca alguién?"

--¿No ve que está interrumpiendo una conversación privada?--le dije al guardia de seguridad que llegaba macana en mano.

--Oiga, suelte ese maniquí, depravado de mierda.

ana maría fuster
de
Bocetos de una ciudad silente
ed. Isla Negra, 2007

4 comentarios:

Anónimo dijo...

buen boceto de la realidad que todo lo virtualiza hasta la ilusoria posibilidad de amor artificial,con buena ironía de comedia tu escrito...
cariños

Ana dijo...

Qué buenoooooo...con eso de que dicen que el amor es ciego, jjajjja. Me gustó mucho.

Ana María Fuster Lavin dijo...

cuentera, llegas a las orillas de mi ciudad, gracias y es que apesar de los amantes de carne y hueso, ambos pueden ser artificiales, como el silencio como la soledad, es el juego de las apariencias...

Ana María Fuster Lavin dijo...

ana... tocaya
ja ja y muy muy ciego
gracias