Yo.
Exilio.
Soledad.
Ritual de adioses.
Despedida consumada
escucho un llanto subterráneo
mientras peregrino desnuda de recuerdos
de nombres incrustados en la mugre de las uñas
como la sed de todas las aguas empozadas en la sangre
el eco de tantas voces como corazones perdidos sin dueño ni destino.
E
X
O
R
C
I
S
M
O
D
E
S O M
B R A S
Y
L A B
E R I N T
O S
Mis pisadas se alejan del vértigo oscuro de los errores reciclados.
Aquí, allá, lacto la última sombra antes de reparirme virgen
purificándome las yagas de las traiciones, ninguneos,
bebiendo el salitre de los cadáveres vagabundos.
nos tomamos de la mano por eso del instinto
deambulamos sin noches, sin días
nunca dormimos, caminamos
arrullados del silencio
tan solo silencio
sin ritual
cuerpos
Nada.
Yo.
Ana Maria Fuster Lavin
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