miércoles, septiembre 04, 2019

En el reino de la brevedad 2: Ganado

Ganado*



En el diminuto pueblo de Olivera amanecieron diecisiete vacas muertas. Tres días después, otras veintiocho yacían sin vida, acostadas en desorden cerca del rancho de los toros. La noticia se propagó como canción de verano y algunos aseguraban que se trataba de un asesino en serie. El comisario opinó que podía ser un ataque terrorista. Para no echar aceite a ningún fuego y poner fin a la histeria colectiva, el alcalde decidió proclamar que las vacas murieron de amor porque había muy pocos toros para aparearse. Conmovidos, los habitantes de otras comarcas enviaron sus ejemplares para evitar que siguieran muriendo las pobres reses enamoradas. Al final del primer mes, la cantidad de toros superaba por una treintena el total de vacas vivas y satisfechas.
Entonces aparecieron los primeros quince toros acostados en desorden sobre la pradera. Estaban todos muertos.

Awilda Cáez
Caguas, Puerto Rico
*Ganadora del 3er Premio, Certamen Nacional de Microcuentos

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