sábado, enero 19, 2008

La ciudad como musa, por Mario Alegre

La ciudad como musa

Ana María Fuster encuentra en las calles santurcinas los inquietantes murmullos que le dictan los relatos que integran su libro más reciente.

archivo

Por Mario Alegre Barrios / malegre@elnuevodia.com

La escritura no es sólo un camino para las sombras de antaño; es también un puente que cruza el precipicio hasta el más allá, como una embarcación que lleva memorias que fueron registradas por los nuestros...

Iván Illich

“Sin duda, soy una mejor lectora y siento que eso influye en mi escritura... somos una suma de lo que leemos y de lo que vivimos”

Ana María Fuster


De tanto caminar las calles del cangrejo, Ana María Fuster aprendió a mirarlas un poco como él, moviéndose hacia atrás, mientras sus ojos permanecen fijos en algún punto de ese entorno urbano que para ella se ha convertido en pretexto y contexto de los textos que dan sustancia a Bocetos de una ciudad silente, su libro de relatos publicado por Isla Negra que será presentado hoy -a partir de las 7 de la noche- en el Chateau Rouge de la avenida Muñoz Rivera, en Río Piedras.

Todo comenzó quizás hace veinte años, cuando Ana María se mudó de Cupey a Miramar y descubrió que su nuevo barrio podía ser recorrido a pie, sin que el ruido del automóvil le impidiese escuchar los murmullos de las calles y sus historias dormidas hasta entonces en el silencio.

“A través de los años comencé a acumular pequeños relatos cuyo vinculo fundamental es la ciudad misma”, explica Ana María mientras -con la mirada elusiva- hojea inquieta las páginas de su nuevo libro. “Nunca se me había ocurrido que esas historias podrían convertirse en libro y me había conformado con publicar algunas de ellas en la columna mensual que tenía en Claridad, hasta que me percaté de que tenía mucho material. Eso fue hace cerca de dos años y entonces trabajé para darles un orden. Los relatos son como pequeños rompecabezas del mundo santurcino... en ese sentido es un libro muy urbano. Dicen que todas las ciudades se parecen, pero eso no es cierto”.

Con una obra -en poesía y en prosa- marcada hasta ahora por una intensidad visceral, los textos que dan sustancia a Bocetos de una ciudad silente revelan un rostro de Ana María poco conocido para los lectores: el humor. Este rasgo tiene en ocasiones ribetes de un cinismo agudo, como una suerte de salvavidas, “para no ahogarme en la ciudad”, explica la escritora. “Con el tiempo me he dado cuenta de que, más allá de su aparente trivialidad, el humor nos salva de lo trágica que en ocasiones puede ser la realidad. Hay que mirar la vida a través de ese lente, el lente del humor... es necesario reirse de todo, incluso de las desgracias”.

Si bien reconoce que esa cara no es la que ha mostrado en sus libros publicados hasta antes de Bocetos..., Ana María asegura que no es una persona de naturaleza “trágica” ya que se hubiese “ahogado” hace tiempo. “He sobrevivido, soy fuerte y lo ‘trágico’ en mí lo he drenado a través de mis libros anteriores”, explica. “Ahora he querido enseñar otra faceta que también es muy mía y que, quienes me conocen bien -como mis familiares, mis compañeros de trabajo y mi pandilla de amigos-, saben que así es. Creo que soy una mujer divertida y con este libro intento una manera crítica de ver la vida mediante el humor”.

Al cabo de casi ocho años desde la publicación de su primer libro -que fue en prosa- y con una trayectoria literaria en la que se ha proyectado de manera más notable como poeta, Ana María considera que su desarrollo hacia la madurez se ha manifestado en la elaboración de textos y versos dominados por una simpleza más elocuente. “Y también por la experimentación en la que he incursionado... y creo que por ser menos ‘trágica’, si es que alguna vez lo he sido”, dispara. “Sin duda, soy una mejor lectora y siento que eso influye en mi escritura... somos una suma de lo que leemos y de lo que vivimos. En este momento de mi vida he comenzado a escribir una novela y estoy convencida de que es mucho más arduo que el cuento o la poesía”.

-¿Con cuál de todos tus libros sientes más afinidad?

-Creo que con los que estoy escribiendo ahora, pero también con Bocetos... me siento muy contenta con este trabajo por la manera cómo fluyó, sin pensar en la artesanía o en si iba a gustar o no. En verdad que no me preocupo en pensar qué opinará cualquier lector de esos relatos. Eso ya no me preocupa... ahora sólo me concentro en hacer un trabajo de calidad que me satisfaga”.

http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/cultura/noticias/la_ciudad_como_musa/348466


4 comentarios:

Miguel A. Ayala dijo...

Lamento mucho no haber podido asistir. De todo corazón espero que todo haya salido a pedir de boca.
Te cuidas y que tengas buen día.
Abrazo,
Miguel.

Ana María Fuster Lavin dijo...

Miguel no te apures, eres un gran amigo, un abrazo

Romy dijo...

excelente entrevista, y felicidades por este nuevo hijo literario...
un abrazo para ti

Ana María Fuster Lavin dijo...

romy, amiga... gracias!!!! Estoy muy emocionada con este hijo "bocetero"
un abrazo grande