miércoles, febrero 13, 2008

Rey Andújar nos da Cándela (Alfaguara eds.)




“Candela es lo tierno pero también lo sucio que hay en cada uno de nosotros”
Rey Andújar hace un viaje fugaz desde Puerto Rico para presentar en Santo Domingo su nueva novela, una historia cargada de fuerza en la que el autor vierte buena parte de sí mismo

Por Redacción/Arte / El Caribe
Domingo 10 de febrero del 2008 actualizado a las 12:31 AM



Rey Andújar tiene el raro talento de llenar una sala para la presentación de un libro. Fue lo que hizo el miércoles pasado en Casa de Teatro al poner a circular su nueva novela: Candela.

Con una fuerza de seducción poco común entre los escritores, este narrador dominicano concitó en un mismo lugar a un público homogéneo -y en ocasiones antagónico- de escritores, músicos, artistas plásticos, periodistas y lectores que abarrotaron el teatro de la guarida cultural que dirige Freddy Ginebra.
Sea por sus méritos literarios o por su capacidad de convocatoria, lo cierto es que Rey Andújar ha logrado colocar una atención inusitada sobre su libro. Eso nadie se lo puede negar. Ahora, como un padre satisfecho por los primeros pasos de un hijo, el autor de El hombre triángulo nos revela algunas de las claves de su nueva novela. Candela está llena de prostitutas, dementes, mancos, asesinas, desarraigadas, pobres, hipócritas, vendidas. ¿Ellos son una minoría generalmente ignorada en este país, una mayoría que nadie quiere ver, una parte escondida que todos tenemos?
Hasta ahora nadie me ha hecho el comentario que tú haces. La gente que se me acerca por lo general me ha dicho que la primera impresión que tienen cuando leen la novela es sobre la sexualidad de los personajes; la ambigüedad sexual, la promiscuidad sexual, etc. Sin embargo, esos personajes lo que están es graves, tienen problemas de desarrollo mental muy graves.

Vivimos en un país donde suturar una herida es una odisea, entonces imagínate tratar a una persona que no tenga los recursos a nivel mental.

Eso, en el plano realista. Por el lado más romántico del asunto, son gente que entiende que el hecho de vivir en una isla en las condiciones en que viven los amarra al fracaso.

Para decírtelo de una manera más llana, sino se joden ellos mismos, lo va a joder el huracán que viene. Pero de alguna forma ellos saben que todo va a terminar en fracaso. Supongo que esta historia no podía acontecer en un momento que no fuera durante el paso de un ciclón.
No. Como me dijo alguien en estos días, el huracán es como un apocalipsis y una génesis al mismo tiempo.

Es como una oportunidad para volver a rearmar el muñeco. Entonces, tú te das cuenta al final de la novela que el muñeco siempre termina desmembrándose otra vez.

Por más oportunidades que nos den, el ser humano generalmente tiende a destruir lo que se le presenta. Está demostrado que nosotros como sociedad no hemos aprendido de nuestros errores, seguimos tropezando con la misma piedra, no solamente en el aspecto social y politico, sino en todos los ámbitos. Nosotros como dominicanos no hemos aprendido de nuestros errores pasados. Y ese huracán lo que viene a simbolizar es eso. ¿Cómo surge la novela en un principio?Inmediatamente terminé El hombre triángulo, hice un bosquejo, un cuento de una cuartilla y media de Candela. Era algo muy mitológico sobre una muchacha que se prendía la cabellera en fuego y cruzaba de río a río.

Le di un espacio como de un año al cuento, pero siempre lo tenía en la mente.

Así es que yo determino si se trata de un cuento o una novela. El texto me lo dice; por ejemplo, cuando se trata de un cuento se liquida en dos tardes. Sin embargo, cuando es una novela se me queda en la mente, y lo vuelvo a revistar constantemente, entonces ahí me doy cuenta de que necesita más carne. Eso me pasó con Candela. Durante ese año yo vivía pensado en ello.

Luego empecé a desarrollar la vida de los personajes; eso fue lo primero que hice con la novela. Cada uno de los cinco personajes principales empezaron a contar su historia.

Entonces en el proceso, empezaron a mezclarse. El panorama de la novela es un tanto pesismista, da la sensación de que todo está perdido, ¿no?
Hay un escritor que yo admiro mucho que se llama Juan Carlos Onetti. A él le hacían esa misma pregunta siempre, le decían que en sus novelas todo estaba destinado al fracaso. Y él tenía una frase con que respondía a esto: Vos sabés que todo va a terminar en fracaso, todos lo saben; yo también lo sé.

Pero muy personalmente pienso que quizás no. Nosotros lo vemos así desde donde lo miramos, pero ellos, los personajes de la novela, encuentra ciertas alegrías, a pesar de todo, en la dura realidad en la que viven. El lenguaje de Candela es crudo, soez, desgarrado. ¿Te preocupa que eso pudiera ser un problema ante los lectores?
No, porque creo que todos hablamos así.

A mí me preguntaban que si no tenía miedo de que el lector extranjero hallara en la novela muchos dominicanismos, y yo le respondía que en el texto también se menciona a personas como Gustav Maller, Rage Against the Machina, Robi Draco Rosa, Joe Casarante, Charles Aznavour, y sé que mucha gente no conoce a esos músicos.

Entonces no es solamente en cuanto a los dominicanismos.

Lo que sucede es que yo creo que todo el elemento literario encierra su dificultad, ante la cual el lector deja de ser lector y se vuelve un interlocutor que tiene un trabajo que hacer.

Con esta novela la gente va a tener que hacer su tarea. Además, la literatura tiene que tener cierto nivel de riesgo, si no, no tuviera sentido.

Y así, de la misma manera como hay unos pasajes descarados, también hay unos pasajes tiernamente violentos, de una ternura desgarrada. Entonces, si yo puedo desnudar mi ternura ante ti, por qué no puedo enseñarte también lo sucio.

Y Candela es eso.¿Qué tiempo te llevó escribirla?
La escribí en dos años. Luego, el proceso de edición y correción con Alfaguara tardó unos meses.¿Qué leías durante la creación de la novela?
Releí mucho a Álvaro Mutis. A Onetti. Descubrí la literatura de Paul Auster. Pero más que las lectura, con Candela yo descubrí mucha música, desde Piazzolla hasta bachata. Por eso la novela tiene un ritmo muy musical. Lees comics a la vez que a Cortázar y Bosch. Fuiste ejecutivo en McDonalds, eres camarero de un restaurante y haces un doctorado en Puerto Rico. ¿Se trata de la eterna búsqueda de vivencias para volcarla en los libros o es que tu vida está realmente llena de fuerzas antagónicas que chocan, de extremos?
Esa es mi vida. En realidad no hago esto para poder encontrar historias para escribir.

Al contrario, yo no vivo de la literatura: mi vida es la literatura. Como persona, me gustaría ser un artista que pueda vivir con dignidad, que pueda tomar sus propias decisiones. Por eso quizás ahora soy camarero en Puerto Rico y no aquí. Porque entiendo que como camarero en mi propio país no voy a poder hacer las cosas que hago allá.

Aquí no hay una universidad que me ofrezca lo que me están ofreciendo allá. Incluso, estoy pagando mis propios estudios de doctorado en literatura con las propinas que hago de bartender.

Y, lamentablemente, eso no lo puedo hacer aquí. De eso, también, se trata Candela. Estos personajes no hacen lo que hacen por buscar placer. Las circunstancias los llevaron a eso.

2 comentarios:

Turista de la Vida dijo...

Hola. Solo pasaba por aqui a ver tu pagina y a saludar. Estaba bastante perdido pero estar mas a menudo por aqui. Cuidate.

Ana María Fuster Lavin dijo...

pues sigue sigue turisteando la palabra!!!
gracias
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