Veredicto
¿Qué harías si tan solo te quedara una semana de
vida? Las palabras del asesino convicto penetran
como cuchillas las venas de su abogada. La licenciada López se asusta tanto que
regresa a su casa y cancela sus compromisos del día, y del siguiente. Comienza
a obsesionarse con su reflejo, pues ve pequeños cambios, como si fuera
difumándose poco a poco. Se observa frente al espejo veinte, treinta y hasta
cien veces en un noche. Según se aproxima el séptimo día, su imagen se
distorsiona en el espejo y sus pies se hunden entre las losetas. Finalmente,
llega el momento indicado por el calendario; la sentencia del reo ya no la
asusta. Se sonríe sin ya poder verse. Regresa a la cárcel. Le habla al preso,
que gira su cabeza sin poder verla. El hombre se pone nervioso. La abogada le
susurra al oído: Te tengo mi respuesta; una semana de vida, ¿qué
haría? Lo de siempre, fingir que vivo.
Ana María Fuster Lavin
2 comentarios:
Que intenso! Es justo lo que hacemos muchos: Fingir que vivimos.
Gracias Ana.
Que intenso! Es justo lo que hacemos muchos: Fingir que vivimos.
Gracias Ana.
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