Habitarse
temblamos
y no es la tierra
sino nuestros cuerpos
al habitarnos de nosotras
luego de recoger caracolas
en el eco de nuestra espuma
cuando reímos sin hablarnos
mientras un guiño color brisa
espanta los fantasmas del pasado
solas tú y yo
eres mis voces y refugio
frente al craqueado espejo
de mi cuerpo ya arrugado de pliegues
y mi corazón sobre una bandeja
recordándote adolescente, yo
recordándome sin edad, tú
vestidas de rutas y canciones
navegamos diarios en blanco
llenándose de huracanes y amaneceres
fuiste tantas y tantos tú
hasta terminar
el poemario final
habitada de mí
y tiemblo
Ana María Fuster Lavín
Muro azul silencio
2022
3 comentarios:
Precioso Ana Maria 💕
Hermoso como todo lo que sale de tu voz poesía.
Bello, tiembla la lengua y la garganta de leerlo entremetiendose
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