Demencia
mi boca devora
una despedida muda
sangre
sudores gusanos venas
volar
bitácoras
sin
sentido de palabras
habitar
un crucigrama sin gaviotas
solo
sombras trapecistas abismos
recuerdo
perdido versos pardos
como
cenizas de niña
sin tiempo
mis pies
danzan filos en el abismo
verde
de alas ventana sin lluvia
hélices
ámbar
sin
aire paredes
en
tus pliegues ciudad
como
islas en pequeñas dosis encadenadas
voces
moradas de sin palabras sueños
soy
epitafio sin historia
tú
mis ojos
poblados de estrellas no miran se deshojan
hormigas
enormes cojines náufragos nácar
en
mi mente
rojo
silencio desangrado de siluetas
gota
a gota ahogada asfixiada
de
llagas ellos callejones sin salida grito
tú
todas las tus nacen en mí
ámbar
pétalo ven muéreme
ven
mis manos
pintan un sarcófago al recuerdo
la
soledad llueve soles verbos oscuros
exíliame
voz
retórname
tú yo fuga vértigo
nacer
morir en pequeños pedacitos hoy ayer
escúchame
nadie
mañana
aceras incineradas
noche
sin ti
muéreme
muerte muéreme amanece
regresa
Ana María
Fuster Lavín
del poemario inédito:
Al otro lado,
el puente
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