lunes, marzo 20, 2017

reflexiones de primavera


 
Duelo de Primavera  
 Quise morir de cartas y calendarios; 
dejar la muñeca azul
ser tan sólo la niña morada 
derretida en pétalos rojos:
ahora, soy hija del viento oscuro. 
 Me miro al espejo de quince primaveras, 
acompañada de viejos y nuevos hábitos: 
robarle una esquinita al pan, 
o un chocolate a la abuela, 
a veces, los libros de una biblioteca escondida 
para hurgarlos con mis dedos
aún húmedos, 
y luego de gemirme mujer, 
para  morir de recuerdos y diarios. 
 Soy la dicotomía de las edades: 
desde la nana de mamá 
hasta los ronquidos de papá; 
o la mano perdida del cartero entre mi falda.
 Inevitablemente llega mi despedida
la muerte de la flor ha liberado mis alas
y mi vientre fecundo escribe el último verso,
escaleras arriba peregrina la vergüenza,
al final del pasillo, segunda puerta color lila.
 Mamá me mira y sospecha, pero no pregunta, 
pues hay verdades más dolorosas que que los gritos, 
y lloro en las madrugadas a falta de silencios. 
 Concluyo,
no quiero pétalos rojos
sino muñecas para las niñasj abandonadas
ni rituales sino cenizas en el mar.
 No me esperen en verano para un campamento de olvidos, 
entreguen mis zapatos y mi ropas a la luna.
 Todas las miradas perdidas
las dejo bajo el árbol del jardín, 
me despido,
la jaula fue traicionada, 
mi flor se ha vuelto pájaro 
 y emprendo el último vuelo. 
 Ana Maria Fuster Lavin
poema del libro
El Éroscopo: daños colaterales de la poesía
(Ed. Isla Negra, 2010)

 
Llega la Primavera,  y en vez de celebrar la estación de las flores, pienso en todas las niñas y adolescentes que han sido, y siguen siendo,  abusadas sexualmente..
 Unas mueren, otras se suicidado como la de mi poema, otras quedan rotas emocionalmente...  y se ocultan estos casos, se callan y hasta se justifica muchas veces al agresor...

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