martes, septiembre 20, 2005

Cine de amor, de locura y de muerte

Cine de amor, de locura y de muerte
Visitando el club de vídeo


Cuatro películas, cuatro historias, cuatro viajes al mundo interior humano. De los horrores del alma humana a la poesía pura, pero desgarradora; del mundo de los sueños y las apariencias a la más pura realidad; de sicópatas a seres dulces e ingenuos; seres vivos o muertos, no saben que están muertos y hasta morir con dignidad. No es un trabalenguas ni un acertijo, son los ambientes y diversas sensaciones a las que nos transporta el joven cineasta español Alejandro Amenábar (1972), quien produce, dirige, escribe los guiones y hasta la música de sus propias películas. Y es que este director de origen chileno moldea a sus actores como artesano de almas, resultando que vivimos sus sensaciones a través de sus miradas (sean los ojos de Eduardo Noriega, Fele Martínez, Ana Torrent, Nicole Kidman o Javier Bardem). Otro aspecto sorprendente de su cine son los ambientes tan bien logrados que te seducen y puedes vivir en ellos junto con los personajes: una universidad, cualquier calle madrileña, una habitación con ventana a la libertad o un viejo caserón victoriano. ¡Atrévete a dejarte llevar! Así que no te quedes en tu casa viendo la absurda y reciclada programación televisiva sea local (salvando algunas producciones de TuTv) o peor aún de cable TV, busca nuevas alternativas, lee un buen libro, o simplemente para en un vídeo club y alquila una película de calidad, así podrás experimentar nuevos retos.

Tesis.(1996) Un thriller de lujo: estudiantes desaparecidas, un profesor muere frente a los horrores de algo que ha visto en la pantalla, pistas por descubrir, persecuciones... Aquí nos encontramos ante el misterio, la sangre, intriga y suspenso de lo mejor, cuando una joven universitaria (Ángela-Ana Torrent) investiga para su tesis la veracidad del cine snuff (vídeos donde las muertes y violaciones son auténticas, es decir la máxima manifestación del terror en imágenes), sumergiéndose en su propio morbo hacia los horrores del alma humana (donde nadie es lo que aparenta ser como el atractivo Bosco-Eduardo Noriega adorablemente peligroso o Chema-Fele Martínez alternativo y enigmático), que la llevan a ser víctima o protagonista de su propia búsqueda. Sin embargo, la increíble fuerza de esta película no radica en visuales enfermizos –a los que hubiera sucumbido a la tentación algún cineasta norteamericano de B-movies--, sino en los diálogos, la intriga y las actuaciones de sus tres jóvenes protagonistas (Noriega, Martínez y Torrent) que nos llevan de la mano a su necesario, pero inesperado desenlace, al lado oscuro del corazón humano. No apto para los amantes del cine light y telenoveleros.


Abre los ojos. (1997) “¿La verdad? Puede que no la soportaras…”, nos dice un locutor de televisión en este filme. Otra vez el dúo dinámico de Eduardo Noriega (César) y Fele Martínez (Pelayo) realizan magistrales interpretaciones. César –un típico yuppie- guapo, guapísimo, y por supuesto hedonista, ha tenido un terrible accidente de automóvil con su psicópata ex amante (Nuria), ella ha muerto y él queda terriblemente desfigurado (como si su rostro fuera el cuadro de Dorian Gray); ahora está en una cárcel forense o psiquiátrico penitenciario contándole a su doctor cómo llegó a ese estado, ¿a cuál estado? Y es que cuando el sueño, la realidad y los mayores temores se juntan podemos perder de perspectiva en cuál de los tres puntos estamos localizados. Comenta Amenábar: “En esta película se habla mucho sobre las apariencias, sobre lo que creemos real y no lo es.” Abre los ojos logra unir los elementos del drama, la ciencia ficción y el suspenso en un guión que mantiene al espectador en tensión extrema hasta su desenlace llevándonos de la mano del protagonista César por su laberinto de vida, mientras el despertador le --o nos advierte-- “abre los ojos…”. Actúa también en esta película Penélope Cruz, mucho mejor que en el desacertado remaking norteamericano de esta película bajo el título de Vanilla Sky. No apto para quienes gustan del cine facilón (porque en la vida no siempre dos más dos son cuatro)..

The others/Los otros. (2001) ¿De un director español, en inglés, con Nicole Kidman de protagonista y Tom Cruise de productor ejecutivo? Y también queremos jugar a hacer cine hollywoodense… ¡Pero de calidad! La dosis de talento, originalidad y creatividad de Amenábar logra crear una película que según el Hollywood Reporter es “una de las mejores películas de fantasmas de los últimos años”. Sí, leyeron bien, fantasmas. Desarrollada luego de terminar la Segunda guerra mundial, el marido de Grace-Kidman no ha vuelto, también ha desaparecido la servidumbre, y ella se dedica a educar a sus hijos bajo estrictas normas religiosas. Sus hijos sufren una extraña “enfermedad” que no les permite recibir la luz solar. ¿Pero quienes son “los otros”? Ahí se encierra el gran misterio de esta producción donde la casa donde se desarrolla la acción es casi tan protagonista como sus inquilinos: una mujer viuda y sus dos hijos, tres nuevos sirvientes que llegan con la llave del terrible secreto, un asesinato y “una familia de invasores ocupa el hogar”. Apta para los amantes del cine de Hitchcock.

Mar adentro. (2004) “Mar adentro,/mar adentro/…/ y en una metamorfosis / mi cuerpo ya no es mi cuerpo, / es como penetrar al centro del universo…” del poema Mar adentro de Ramón Sampedro, título que nombra este maravilloso film, protagonizado magistralmente por Javier Bardem. Un hombre lleno de vitalidad y sonriente lucha por morir con dignidad. ¿Suena irónico? Ramón Sampedro nos explica que “cuando no puedes escapar, aprendes a llorar riendo”. Afortunadamente Amenábar huyó de la tentación de realizar un facilón melodrama de mal gusto de esos a los que nos tienen acostumbrados, tipo PG-13, para vender y llorar. Esta producción lúdica y humana --sobre un marinero y poeta gallego que sufre un accidente en la playa y queda tetraplégico-- nos plantea el tema de la eutanasia, y de las actitudes humanas ante la vida, el amor, la poesía y la solidaridad familiar. Y con “Pero me despierto siempre/y quiero estar muerto,/para seguir con mi boca/ enredada en tus cabellos”, nos abandona en su mar adentro, su “más adentro” Sampedro-Bardem y nos quedamos enredados en una película que es una vida, que sin afán de mensajes o moralejas es, simplemente es. Recomendada para quienes aman la calidad, la vida y la libertad de pensamiento.

En fin estas cuatro películas componen un cine de calidad para todos los públicos, donde sus personajes nos cautivan y nos secuestran hacia sus micromundos, hacia sus sensaciones, sin juzgar ni ser juzgados, a reír y a llorar, sin ataduras. Sólo tienes que atreverte a experimentar calidad (como las películas de los directores Amenábar, Almodóvar –Todo sobre mi madre, La mala educación--, Aristaraín –Un lugar en el mundo--, Subiela –El lado oscuro del corazón--, entre otros) y a liberar los prejuicios impuestos del mercadeo cinematográfico consumista. No te dejes engañar por la publicidad, se trata todo de calidad vs. moda, el cine va más allá de las fórmulas prefabricadas. El cine es entretenimiento, pero también arte, uniendo estos dos conceptos es que se realizan las obras maestras, porque en realidad, como diría papá Morrison: “el cuento no es el cuento, sino quien lo cuenta”.

Ana María Fuster Lavín

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No sabia que tambien eras critico de cine. Muy buenos los resumenes de las peliculas de Almenabar. Las tengo todas en DVD. Jaime.

Roberto Iza Valdés dijo...
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Enrique Soria dijo...

Recién he visto estas películas, por muchas situaciones pasa tiempo luego del estreno antes de que las logre ver. Muy buenas todas.

Saludos