viernes, diciembre 30, 2005

Feliz año 2006-RSVP

RSVP


Amanece en el callejón
o se enciende una lámpara psicodélica
todos pueden ser sombras iluminadas
cuando el milagro se acerca.

Quizás anochece,
y nos dejamos penetrar secretos,
deseos poblados de letras lloviendo dedos
mágicos, invencibles, tronantes,
pero vivos,
renaciendo pasiones, versos, una mirada
cuando comienza a surgir la palabra.

La madrugada de los sueños renace
Y un faro de ojos marcará el camino
al reloj de arena que nos unge de esperanzas
de mil historias, otro calendario
hacia la página virgen por seducir.


Ana María Fuster Lavín

De Libros

Lecturas esenciales del 2005

Por: Sonia L. Cordero
Especial para ESCENARIO
periódico El Vocero de Puerto Rico
Viernes 30 de diciembre de 2005

EL AÑO 2005
fue de intensa producción editorial, puertorriqueña tanto como del exterior; 12 meses durante los cuales se lanzaron al mercado del libro cientos de obras escritas por autores de aquí y de países como España, México y Colombia, que fueron distribuidas en librerías de Puerto Rico. Asimismo, las editoriales puertorriqueñas tuvieron un año de gran actividad, añadiendo a sus catálogos obras de autores noveles, así como de escritores ya establecidos.En el ámbito de nuestro diario vivir el tema preponderante fue la política y figuras públicas relacionadas con esa gestión tan importante para los puertorriqueños, para quienes, según dicen, la política es una gran diversión. En esta línea de pensamiento la figura en torno a la cual se escribió la mayoría de los libros fue Luis Muñoz Marín. En esto tuvo un papel destacado la Fundación Luis Muñoz Marín, institución que abrió sus archivos y los puso a la disposición de todos aquellos investigadores y escritores que, sin importar sus ideologías, lo solicitaron.

No obstante, el dominio de la palabra en el mercado del libro 2005 lo tuvieron las mujeres, de aquí y del extranjero. Sus libros fueron los más vendidos, los más leídos, los más interesantes y los más publicitados, casi todos ficción con un trasfondo folclórico, o escenarios de historia actual o del pasado en medio de los cuales tejieron relatos fantásticos.

Entre esos libros de autoras boricuas se encuentran: El último sonido del caracol, de Tina Casanova, editado por Publicaciones Puertorriqueñas; Las puertas del placer, por Rosario Ferré, editado por Alfaguara; Réquiem, por Ana Fuster Lavín, editado por Isla Negra; Fúgate, por Marta Aponte Alsina, editado por Sopa de Letras; Son de almendra, por Mayra Montero, editado por Alfaguara; Las horas del Sur, por Magali García Ramis, y Sobre piel y papel, por Mayra Santos Febres, ambos editados por Callejón; Pelo bueno, pelo malo, por Carmen L. Montañez, y Alabalacera, poemario de versos urbanos por Mara Pastor, ambos editados por Terranova.

Por otra parte, de los libros reseñados en "De librerías", entre los más comentados en el 2005 se encuentran los siguientes:

"Literatura puertorriqueña del siglo XX…antología": recopilación de Mercedes López-Baralt, es una obra monumental de autores puertorriqueños y nacionalizados boricuas, publicada por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, (EDUPR)."Independentista popular: las causas de Vicente Géigel Polanco": impresionante recopilación comentada por Néstor R. Duprey Salgado de documentos, muchos inéditos, del archivo personal de Géigel Polanco, así como textos de difícil localización o dispersos. Publicado por la nueva editorial Crónicas, Inc, es el primer volumen de su Colección Franja Amarilla.

"Hostos insepulto: ensayos en la búsqueda de la Utopía inconclusa", por Roberto Mori González: publicación de la editorial puertorriqueña Isla Negra, para su Colección Visiones y Cegueras, y prologado por el doctor Carlos Rojas Osorio, de la Cátedra Eugenio María de Hostos, Recinto de Humacao, U. P. R.

"11-S: el informe": extracto traducido al castellano por Isabel Fuentes García, Tomás Fernández Aúz, Albino Santos y Francisco Beltrán del original en inglés,
"The 9/11 Commission Report", edición autorizada del informe final de los atentados terroristas contra Estados Unidos, hecho por la Comisión Nacional de Investigación. Publicado por Paidós."Estado Libre Asociado del siglo XXI", segunda edición revisada del libro que publicó hace casi dos años el licenciado Ramón Luis Nieves. Publicado por el Grupo Editorial Cultural.

"¿Quiénes somos?… Los desafíos a la identidad nacional estadounidense", por Samuel P. Huntington a quien Carlos Fuentes llamó "el racista escondido", explora aquí no sólo la naturaleza de la identidad cultural estadounidense tras la tragedia del 11 de septiembre, sino que advierte que "la llegada de inmigrantes hispanos amenaza dividir Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas". Publicado por Paidós.

"Un mapa para la ruta", por Rubén Berríos Martínez, editado por Pablo Marcial Ortiz Ramos y prologado por el licenciado Manuel Rodríguez Orellana, este libro contiene una interesante recopilación de escritos y documentos de Rubén Berríos, algunos hasta ahora desconocidos.

"Devórame otra vez… artículos de primera necesidad": el más reciente libro de Luis Rafael Sánchez, publicado por Ediciones Callejón, para su Colección En Fuga/Ensayos. Contiene 40 ensayos divididos en "Las palabras viajeras" y "País juguetón y pequeñín".San Juan, la ciudad que rebasó sus murallas: colaboración de cinco autores —Luis E. González Vales, Milagros Flores, Aníbal Sepúlveda Rivera, Silvia Alvarez Curvelo y Arturo Bird Carmona— es la historia de San Juan y cómo surgió Puerta de Tierra, luego del derribo de las murallas que encerraban la Ciudad Capital.

La nueva Constitución de Puerto Rico: edición facsimilar de la primera edición publicada en 1954. Valioso tomo publicado por La Editorial de la Universidad de Puerto Rico y el auspicio de la Escuela de Administración Pública.

"Conversaciones en el bohío… Luis Muñoz Marín y Roberto Sánchez Vilella en sus propias palabras, Tomos I y II": impresionante obra editada por Néstor R. Duprey Salgado, prologada por el Dr. Juan R. Fernández y con un "Introito breve a un libro largo" por el historiador Dr. Carmelo Rosario Natal. Acompañan ambos volúmenes sendos discos compactos, con extractos de las conversaciones en las voces de ambos líderes.

"Diccionario del uso del español" por María Moliner, (primera mujer autora de un diccionario), ahora llamado familiarmente por las siglas DUE, en segunda edición publicada por la editorial Gredos, en cuatro versiones: dos volúmenes tradicionales; un solo volumen abreviado, llamado el DUE (A); una versión electrónica en CD-ROM; y dos volúmenes acompañados por un CD dentro de un estuche.

"Enrique A. Laguerre: Cien años de vida, 1905-2005": impresionante edición homenaje, para coleccionistas que incluye, en un estuche, la primera edición de 15 novelas del autor divididas en cuatro tomos; y, además, un DVD con el último testimonio de Laguerre junto al Dr. Ricardo Alegría. Es una edición limitada.

"Palabras de Luis Muñoz Marín": edición de cuatro tomos que abarcan 16 años de la gestión política de Muñoz Marín en sus propias palabras. Da a conocer documentos del archivo histórico de la Fundación Luis Muñoz Marín: discursos, declaraciones a la prensa escrita y radial y entrevistas a Muñoz de 1931 a 1948.

"Unde hoc mihi ¿Por qué a mí?": las memorias del cardenal Luis Aponte Martínez en un amenísimo y fascinante relato de su larga y fructífera vida. Contiene fotos familiares y de su gestión religiosa, cartas, reproducción de documentos, mensajes entre el Cardenal y el Vaticano, así como de personalidades, etcétera.

"Tesoro lexicográfico del Español de Puerto Rico", por María Vaquero y Amparo Morales, es un formidable compendio de frases y palabras del español puertorriqueño publicado por la editorial Plaza Mayor. Infaltable en cualquier biblioteca puertorriqueña."Memorias de mis putas tristes": la primera novela que escribió Gabriel García Márquez luego de 10 años de silencio. El protagonista es un viejo de 90 años que descubre el amor de su vida en un sórdido burdel: una jovencita de 14 años, poco dada a las palabras y muy dormilona.

martes, diciembre 27, 2005

Versos amanecidos


Versos amanecidos


La sangre grita vida en mi vientre
saltan esporas feromonadas en el silencio;
lo sabes,
no hay secretos en mi avenida
tampoco en tus pisadas,
ahora nos besamos versos amanecidos,
borrachos de sudores desgarramos los secretos
y el faro iluminó la noche de las palabras.

Ahora amanece en otra esquina
mientras la puta muerte reparte el pan
y nosotros ayunamos.
Amanecimos eternidades con una llamada
mil historias, veinte años
y nuestros senderos no se bifurcan
cuando corremos cuerpo a cuerpo, piel a piel,
una carrera a ciento ochenta millas por hora
se estrellan las mentiras contra el muro,
son las piezas de la traición mezquina
que mendiga en las luces de la locura,
pero la luz cosecha destinos en mi éter de dedos fecundados
y la sangre pare sueños en tu mirada de ojos infinitos.

La muerte no entrará en palacio
lo sé,
ya no hay dolor en tu pecho
como tampoco rencores en mis manos
ni maldiciones que violen nuestras luchas
nos acariciamos de labios y promesas
sin final, sin retorno
bajo tu pecho,
inmerso en mi piel
hay otro duende, y son dos,
nos acarician leche y miel
nos amamantan de lluvia
nos llueven las vueltas del calendario
para preñarnos en el oleaje eterno del arco iris
dueños del silencio, el nuestro,
y el tiempo.

Ana María Fuster Lavín

lunes, diciembre 19, 2005

Trulla navideña

Trulla navideña

Una trulla de palitos y una lata de medalla
Escupe la acera cunetera
y maldice el calor periquero
mantequero, etílico, socioadicto al silencio consumero
consumista, extremista, reprimista
y hasta hedonista
mientras pasa el aspirante a la eternidad,
controlador de sus verdades
o de su cuenta bancaria
dicotomía efervescente del paternalismo supremo
pudo ser desde poeta a empleado bancario
hasta profesor o quizás abogado panfletista legal
cuando los versos son pretexto
y los actos son el texto
pero el resto, es lo mismo
burla burlado trullado de ideas nubladas
se salta un semáforo, él tan decente…
se toma una cerveza en la esquina
y escupe en la misma cuneta.

A su vez,
japiniuyeal vomita excrementos
pero la caneca está afincá,
la de ambos,
mejor que la lata de medalla del otro pana
que orina sangre sementosa
pero el otro tiene cementosos los instintos
es sólo solitario el reflejo de sus ideas
y cree morir
pero sigue la parranda en otro semáforo
frente a la barra y escupe de nuevo
como muere otro mendigo de almas
sin beberse el ron o la cerveza
y así a nadie le importa
total es navidad y uno adorna el árbol
otro se viene sobre sus versos venenosos
vuelve a indigestarse de luces rojas
y se muere igual que una sobredosis tecatera
del anónimo cunetero que escupió sin más pretexto
que el texto de otra historia del silencio
con trulla y sin palitos
al menos hubo música
pero nadie escuchó.

Ana María Fuster Lavín

martes, diciembre 13, 2005

Autores de Isla Negra


Viernes 9 de diciembre de 2005, en el Ateneo Puertorriqueño se presentó el libro de cuentos Réquiem (Isla Negra editores, 2005) de Ana María Fuster.

Entre bohemia, lectura de cuentos, análisis y un performance gótico, se reunieron diversos escritores que han publicado -o van a publicar próximamente- con la Editorial Isla Negra.
Fila posterior de izquierda a derecha:
Alberto Martínez Márquez, Nelson Rivera, Carlos Roberto Gómez y Daniel Nina.
Fila delantera de izquierda a derecha: José Ríos, Ana María Fuster, Mario Cancel, Yara Liceaga, Francisco Font y José Liboy.

Fotografía cortesía de José Manuel Fuster.

lunes, diciembre 12, 2005

Aires navideños


Aires navideños

a mi hijo Miguel

Ya se sienten los aires navideños: los shoppings llenos, el usual compra-compra, las decoraciones en los balcones, las marquesinas, el tecato tocando los palitos en el semáforo: alegre vengo de la montaña... Todos en la oficina parecen locos, cantan, ponen arbolitos en los escritorios, guirnaldas en las puertas, cancioncitas insoportables y hasta tratan de rebajar a última hora para que les sirva el vestido de la fiesta, para verse sexys, aunque luego engorden el doble antes de las octavitas, entre morcillas, coquito, pasteles, lechón, arroz con gandules, arroz con dulce y quién sabe cuántos tributos más al colesterol y la grasa.

En fin, otro año más para deprimirme. Jolgorios, bebelatas, los petardos, compartir con quienes no quiero ver el resto del año. ¿Qué tengo que celebrar? El año pasado inesperadamente me abandonó mi marido, la editorial me devolvió el manuscrito de mi novela, dizque no tienen presupuesto, me siento gorda, no soporto el tedio laboral; además, perdí par de proyectos creativos y mi cuenta bancaria está en declive, por lo que tenía mi mente más ocupada en cómo pagar el preescolar de mi pequeño y en no sé cuántas desgracias que me tiene acorralada en una miseria existencial, que en las charradas navideñas.

Llegando el 10 de diciembre, y después de los acostumbrados líos matutinos, salí con mi pequeño para llevarlo a su escuelita y luego seguir a mi rutina laboral, a mediodía acudiría al llamado consumista con mis compañeras de oficina para comprar los regalos familiares y gastar el bono el mismísimo día que lo recibimos.

—Mamá, Santa Clos me hizo así.—Dijo mi hijo desde su carseat, sonriente y haciendo un tierno gesto manual del saludo.

—¿Sí? ¿Cuándo?

—Con abuela, en Plaza Las Américas. Santa Clos tiene gafas como papá y una barba.—Siguió contándome muy animado.

Me sentí contenta hasta que llegamos a la escuela, disfruto mucho con mi pequeño acompañante, pero el momento de regocijo quedó interrumpido cuando la maestra me explicó que mi nene tenía que vestirse de árbol de Navidad. ¡De árbol de Navidad! Sólo tiene tres años y ya pretenden que se convierta en otro monigote de un shopper de megatienda o en un bobote cursi. Le sonreí con escepticismo y miré a mi pequeño con ternura. Mamá te busca temprano.

—¡Cuánto odio las navidades!—Dije al montarme en mi guagua y me dirigí por la parada 18 de Santurce hacia mi trabajo. Pensaba en el presupuesto para los consabidos obsequios y en todo el trabajo que tenía acumulado en mi escritorio, cuando algo inesperado me sacó del letargo. Sentí un escalofrío que me deslumbró de momento y no me di cuenta del cambio de semáforo.

Me saluda, ¿a mí? pero... Un hombre famélico, muy sucio, vestido de papá Noel, me saludaba con la mano, sonriendo con no más de tres o cuatro dientes. Murmullaba algo y chocaba contra el cristal de mi ventana un vaso de cartón de uno de los fast foods cercanos. No suelo darle dinero a los vagabundos de las luces, pero aquel quijotesco Noel me inspiró piedad, qué diantre, es Navidad. Busqué en mi cartera y saqué par de pesos.

—Tome señor y Feliz Navidad.—Le dije.

El paupérrimo “Papá Noel” no dijo nada, su mirada estaba perdida hacia mí y murmullaba los aires navideños no tienen oxígeno, nadie se da cuenta. Miré el reloj de mi celular y pensé que se me iba a hacer tarde para llegar al trabajo, ¡con lo puntual que soy!

—Oiga, tome el aguinaldo, que tengo algo de prisa. ¿Se siente bien?—Le dije, pero nada, seguía repitiendo aquellas palabras y comencé a sentirme nerviosa.

—Mire, estaciono mi carro allí al lado y llamo a la Policía para que lo ayude, que tengo mucha prisa, o si quiere le pido un taxi para que lo lleve al dispensario. Quiero ayudarlo.—Insistí, pero el hombre seguía sin contestarme, mi paciencia social muchas veces se quiebra más durante mis usuales crisis cíclicas de las que mis amigos conocen suficiente, y en esta época más, pero afortunadamente mis años de maestra y la maternidad han abonado a acumular puntos de paciencia. Respiré profundo y le volví a extender el dinero, siquiera lo miró.

—Señorita, es muy joven, no deje que la vida pase por usted sin vivirla. Los aires navideños pueden ser o no ser, queda de uno tan sólo sonreír más allá de las sombras y buscar la estrella propia que ilumine el camino.— Me susurró el sexagenario vagabundo y me mostró una mellada sonrisa, tomó los dos pesos y se fue tarareando son los aires navideños. Lo miré confundida a los ojos, de momento pude ver toda su humanidad acumulada en aquel disfraz de dolor, o quizás de esperanza.

—Señorita, ¿tiene algún problema.—Me dijo un policía asomado a mi ventana, y le contesté en la negativa y que seguiría mi ruta.

Las bocinas de los carros comenzaban a ensordecerme, cuando encendí de nuevo la guagua. Volví la vista atrás y aquel abandonado Santa Clos me hizo un gesto de saludo con la mano, pensé en mi pequeño hijo y en lo que me había contado ilusionado con el del centro comercial, suspiré, al volver la vista, el hombre ya no estaba por ningún lado.

Así continué la marcha hacia mi oficina, me sentía inquieta y pensaba en las palabras que me había dicho aquel vagabundo, sin darme cuenta ya estaba en el estacionamiento de mi trabajo; apagué mi vehículo y recordé el trabajo acumulado, a las compañeras, sus suplicios con las dietas para que les sirva la ropa del party, las compras navideñas a mediodía, sus canciones festivas… Me asomé a la puerta y las vi decorando la oficina y riéndose. Ya no me parecía una hipocresía, tienen derecho a vivir con intensidad cada momento en la vida, aunque los rituales navideños no sean para mí. Yo sé qué es lo que me llena de satisfacción además de escribir. Respiré profundo y regresé a mi guagua y me dirigí al preescolar de mi hijo, necesitaba pasar el día con él. Cuando llegué me hizo el saludo con la mano, así como su papá Noel, como mi vagabundo. Me bajé del carro y le dije a la maestra que me iba a llevar a mi pequeño.

–Miguel, nos vámonos a dar un paseo.—Le dije y me dio un abrazo. Así olvidé que mi año había sido un desastre, que mi cuenta bancaria convulsa, que me molestan los jolgorios que no entiendo o no comprendo. Necesito sonreír a mis sombras para ahuyentarlas y encontrar mi estrella.

—Feliz Navidad, mamá, te quiero mucho.


Ana María Fuster
Bocetos de una ciudad silente

Hades



Hades

“porque ver la tiniebla es tener su luz.”
Fernando Pessoa


Quisiera mentirle a mi corazón
decirle que hay comida
que la sangre llegará a su destino,
que el amor palpita en nosotros,
pero mi boca está cerrada.

Quisiera pedirle a la razón
que me explique si hay vida,
pero la soledad grita más.
Quiero volar, pero me faltan alas
y mi mente está atrofiada.

Quisiera lactar la sabia de tu árbol,
pero la sequía es eterna;
deliro en la sed cósmica
respirando el polvo de los recuerdos
y me arranco los ojos.

Quisiera ver el sexo de Eros,
que me posee invisible
en las tardes de espejismos
de idas y venidas
y me condenas ciega, vacía.

Quisiera nacer de nuevo,
mentirle a mi corazón,
pedirle una razón,
lactar la sabia del éter,
poseerte hasta el final,
y arrastrarte a mi infierno
con hambre, ciego y estéril de esperanza.

anamariafuster
El libro las sombras

En Primera Fila

Primera fila

La tímida seducción de Ana María Fuster Lavín

PRIMERA HORA > ASI

sábado, 10 de diciembre de 2005
por Nelson del Castillo PRIMERA HORA



Juega con sus manos como si quisiera protegerse de algún miedo inconfesado. Sonríe tímida a través de su mirada y se vuelca hacia sí misma. Sonríe otra vez como seducida por sus temores.
La escritora Ana María Fuster Lavín tiene motivos para celebrar, mas controla la eclosión interior que le produce tener en las manos su nuevo libro de relatos, "Réquiem", que contiene doce capítulos, uno menos, recuerda, que los movimientos del "Réquiem" de Mozart, que nunca llegará al final, contrario a su obra.

"Sí, me atrae mucho la muerte. No sólo la muerte física, sino la espiritual... la muerte son los distintos cambios en la vida de uno, en la vida de la sociedad", afirma para sostener que tras cada muerte hay un renacimiento.

En el proceso de transmutación, Ana María Fuster Lavín siente cierta fascinación por "trabajar el lado oscuro de las personas, lo que no queremos demostrarle a los demás, nuestros terrores personales, nuestras supersticiones, nuestras fantasías", consciente de que "hay un elemento de la muerte en esas fantasías, en los sueños, por lo que cuando uno se despierta es una muerte de su propio sueño".

El nuevo libro de cuentos de esta joven escritora, que este viernes fue puesto en circulación por Isla Negra Editores, es la historia de "una familia maldita" que se ofrece con una especie de secuencia cinematográfica, de un thriller. "Tiene mucho del culto a los muertos, el culto a los fantasmas, a lo desconocido, hay santería, hay católicos protestantes, hay una madeja bien interesante", revela la también autora de "Verdades caprichosas", que vio la luz en 2002.

A la par con la narración, Ana María Fuster Lavín cultiva la poesía, género que la apasiona pero al cual le tiene gran respeto porque "conlleva un trabajo más fuerte".

"La poesía va de la mano con la música y más en un país tan musical. La narrativa y el cuento también tienen mucho ritmo. Un réquiem es una pieza musical. Cuando lo escribí pensé en réquiem, pero en el réquiem de Mozart que es más fuerte, más intenso, pero mezclando el réquiem con el ritmo más de rock. Este libro terminé de escribirlo con los ritmos de la vellonera, tiene su balada, su reggaetón, su hip hop. Y eso lo aprendí con un grupo de poetas jóvenes", manifiesta la autora mientras pasa sus manos sobre varios libros que tiene en la mesa.

Ana María se describe como "una persona muy fajona, muy disciplinada en unas cosas, muy despistada en otras", a la vez que trabajadora porque "soy mamá", anticipa antes de referirse a su hijo Miguel de cuatro años, quien le proporciona "mucha alegría interior".

"La creación muchos escritores la ven como un sufrimiento y es un acto que te da mucha felicidad. Mi hijo me provee mucha magia. Ahora estoy haciendo un proyecto de 'Cartas para mi hijo', pero son de denuncia social, escritas para cuando él sea mayor, pero publicándose antes porque en realidad es para que lo lean más personas", confiesa en diálogo con PRIMERA HORA.

Ana María Fuster considera que "todos los libros tienen su misión", a lo cual se suma el compromiso del escritor con la sociedad que habita. "'Réquiem' fue un libro pensado más a modo de cinematografía, de ver para contar una historia, para seducir al lector. Hay cuentos y bocetos para denunciar situaciones que suceden todos los días y no las queremos ver. Otros son para jugar con el ritmo. También hay cuentos que juegan con el erotismo, con las dualidades sexuales, es provocar y cada vez hacerlo mejor".

Ante el planteamiento de que hay quienes consideran que en la literatura lo importante es la estética, no la denuncia ni la aspiración a la transformación social, la escritora puertorriqueña considera que "tiene que haber un balance".

"La literatura es arte y tiene que haber una estética, tiene que haber originalidad en esa creación pero siempre cabe la denuncia, sin que se convierta en un panfleto. Siempre uno tiene que ser consciente de que está creando arte, ya sea para entretener al público, para abrirle los ojos, crear una estética particular, pero creo que cabe la denuncia. Un escritor no puede tener miedo, se tiene que desnudar y atreverse. Un escritor con miedo no llega a ningún lugar", establece.

La narradora, que para enero próximo vislumbra lanzar "El libro de las sombras", igualmente con Isla Negra Editores, afirma que en la nueva generación de escritores existe "compromiso social", lo cual se evidencia en sus creaciones literarias.

Amante del arte, la música, "una copa de vino una noche con un grupo de amigos o con sólo uno y conversar", Ana María Fuster Lavín se describe como "una persona muy tímida, pero cuando voy cogiendo confianza me fascina la conversación, la tertulia, la bohemia", tal vez porque al mismo tiempo teme "a la soledad, a la miseria, a que nos sigan humillando como pueblo y que la gente no hiciese nada, a la asimilación, a la crueldad entre unos y otros".

Esta escritora nacida en San Juan hace 38 años y que se describe como "una persona agnóstica", convencida de que "cada cual puede tener su propia espiritualidad, su propia ética", advierte que ser mujer en este siglo XXI "conlleva otras luchas personales y la vida se complica al ser madre soltera con un hijo, un tipo de responsabilidad que normalmente no tiene un hombre".

Ana María Fuster Lavín vuelve a sonreír tímida, deja fugitiva su mirada y entrelaza los dedos como para aprisionar sus temores o quizás las palabras que todavía faltan por decir y que nunca dirá, al menos en esta ocasión, consciente de que el silencio también es un modo de seducción.

viernes, diciembre 09, 2005

El reloj


El reloj

Doy cuerda alimentando números
no sea que el tiempo pase
las pupilas se dilaten
las horas se pierdan
los brazos paren su misión
y no termine el desayuno...


anamaríafuster
El libro de las sombras

Réquiem, narraciones urbanas de la literatura oscura-Radio Universidad

Réquiem, narraciones urbanas de la literatura oscura

Por Ludmila Pagán Ocasio
Jueves, 8 de diciembre de 2005

Escuche el Audio en
http://wrtu.org/articulo.php?id=1823

Mañana se presentará el libro “Réquiem narraciones urbanas de una novela cuentada” de la escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín, a las siete de la noche en el Ateneo de Puerto Rico.
“Va a ver un performance de poesía de muerte y vampirismo por los poetas Mariel Ortiz, Abdiel Echevarría y yo, Ana María Fuster”, indicó la poetisa.
“Réquiem”, la historia de una familia disfuncional es un híbrido entre la novela y el cuento y consta de 12 de capítulos que entrelazan lo erótico y lo poético.“Trata el lado del lado oscuro del corazón, las pesadillas y es un intermedio entre el terror y lo sicológico”, explicó Fuster Lavín.Según ganadora de una mención de honor del Premio del Instituto de Literatura 2002, su interés por explorar a través de sus obras sentimientos tan profundos como el miedo, la pesadilla y la muerte nacen de su pasión por la literatura oscura.

“Estamos en realidad viviendo un momento bastante violento y quizás a uno no se le ocurre pensar detrás de tanta violencia. Están las inseguridades, está el consumo desmedido, están las drogas y está el maltrato”, sostuvo Fuster Lavín.

Asimismo Fuster señala que los espacios urbanos toman gran relevancia en el transcurso de la historia.“La novela, además de ir en un crescendo de los personajes hacia la muerte, también hay una movilidad desde Cupey, Río Piedras, por Santurce, terminando en el cementerio del Viejo San Juan”, manifestó la poetisa.Por otro lado, la autora comenta que su próximo libro será un poemario titulado “El Libro de las Sombras”, donde se abarcarán los temas del mito, el amor, la pasión y la muerte.









jueves, diciembre 08, 2005

Crisis sobre crisis

Crisis sobre crisis

¿Será que quieren esterilizar los pensamientos, lobotomizar a fuerza de golpes de vida --o de muertes ajenas-- los verdaderos sentimientos? Aún así sigo respirando, me veo al espejo y una sonrisa alada me da la razón, no hay competencia si mis dedos no paren rencores, si mi sangre apalabrada no entiende de necedades y mis pies no caminan sobre la violencia ni el capricho de la posesión o la locura. Todos ellos invisibles para mí, nunca me dejé poseer de los fantasmas y sus mentiras.

Vivo de otras verdades eternas, el amor puro y la palabra autoparida de mis sueños.
Las historias vuelven a nacer, mi libro es infinito.


anamaríafuster

Vampira de Maribel R. Ortiz


Vampira

Y cuando es de noche siempre, una tribu de palabras mutiladas busca asilo en mi garganta
Alejandra Pizarnik La condesa sangrienta


Duerme.
Sus pupilas erráticas
narran sueños inenarrables
en anquilosados siglos.
Sus ojos abiertos,
beben la música
de una gota sonora
y el oído nasal
huele, acecha
y aguarda
que las sombras
estrangulen a Ra
quien no la penetra
desde tiempos in me moría les...

Despierta.
Húmeda de sed yugular
pletórica de erotismos,
tan sibilina
comisura de labios
teñidos de arterias
y exhalaun vaho mortecino
encantador de ofidios.
Ríe.
Arpegios mefisto fálicos
la diosa críptica,
destellando colmillos que
desfloran venas
y flagelan pechos de
incautos mortales
(corderos desdeñables de dios)

Virgen sacrílega
lucífuga
lucífera
cuerpo y sangre perenne
diosa de los condenados


Vampira.

Maribel R. Ortiz
De su poemario Bondades de Cronos
Terranova editores, 2005

martes, diciembre 06, 2005

Ileana Cidoncha recomienda Réquiem


“La escritora y poeta Ana María Fuster acaba de publicar su libro de cuentos o “novela cuentada” titulada Réquiem. Estas narraciones urbanas, que se mueven entre lo erótico y lo santurrón, entre lo poético y lo violento son apacionadamente enloquecedoras y adictivas. Los cuentos o capítulos que de alguna manera cuentan la historia de una familia, como poco desajustada, disfuncional y perturbada, no se pueden soltar. Ya sea leída como una unidad o como una posible novela –o varias- su lectura es una provocación de la autora al lector mediante un constante aguijoneo a la imaginación y a la líbido. Por igual, el manejo de la lengua de esta joven escritora da gusto. “Réquiem” puede ser un buen regalo de Navidad lo mismo para jóvenes adultos como para adultos maduritos. Se consigue a través de (http://www.islanegra.com/), del teléfono 787-307-4066 y en las principales librerías del país.” Ileana Cidoncha, “Ileana recomienda” Escenario, El Vocero de Puerto Rico, Viernes 2 de diciembre de 2005, pág. E6.

Isla Negra editores


les invitan a la presentación del libro

Réquiem
narraciones urbanas de una novela cuentada

de la escritora puertorriqueña
Ana María Fuster Lavín

A cargo del poeta Alberto Martinez Márquez

palabras finales y brindis por la narradora Marta Aponte Alsina


Viernes 9 de diciembre de 2005
Hora: 7:00 pm
Lugar: Ateneo de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico


Más información:
editor@islanegra.com
amfuster@prtc.net
787-307-4066

Réquiem a la venta en http://www.islanegra.com

bajo la colección el rostro y la máscara
Y en librerías de Puerto Rico






viernes, diciembre 02, 2005

Otra crisis

Y me pregunto, ¿serán pajas mentales? O el concurso de quién es el más jodón, quien se ríe más duro de quién, quién le raspa más duro el sexo o la palabra, que pa los efectos es la misma mierda; mientras miro la sangre en el espejo y los veo reunidos sin darse cuenta de que ya pasan los créditos y nadie vio la película.

anamaríafuster

Crisis nacional de laxantes

Crisis nacional de laxantes

Manual de instrucciones para una higiene adecuada, manual para protegerse de atentados terroristas cuanto estás en el baño, manual del buen político… Una vez leí que Julio Cortázar tenía una enfermedad que producía que sus huesos crecieran por toda su vida, creciendo en su adultez un centímetro al año. Aún así mi papá nunca entendió que yo siempre quise ser poeta, pero sólo fui negociante callejera, cuando me enfermé terminé limpiando baños en un antro gubernamental. Tengo veinticinco años.
Con este trasfondo fáctico y normativo, analicemos el caso de marras. Hay una crisis nacional de laxantes. Una pitonisa anónima afirmó que se le estriñe la mente al que no tiene fe ¿o era al fanático? Político, religioso, vanidoso, pintoresco, ignorante, bueno no recuerdo, la idea es que lo escuché en un programa de radio, whatever, llevo tres días sin ir al baño. Ni para limpiarlo ni para vaciar mis residuos orgánicos. Una parálisis de ciertas funciones neurológicas e intestinales, dijeron en otra emisora, ha causado un salpafuera terrible y hasta es posible que tengan que clausurar la fábrica de papel de inodoro por un superávit en la producción. Eran los fanáticos de toda denominación.
Mi vecino mató a un perro que le cagó la entrada de la casa, ya ves que ese estreñimiento puede hasta salvarte la vida. Todo será cuestión de quién defeque y dónde. Luego comenzó en la radio otro debate sobre qué nombre ponerle a la estación principal del Tren Urbano. Supongo que los trenes tampoco tienen inodoros. Pero tengo hambre y en mi horóscopo decía que tendré suerte en los negocios, que tome las cosas con calma, que tendré una visita de un antiguo amor. Y hace tres días que no defeco.
Cuando niña escribí un poema, pero mi papá se rió antes de terminar su palo de ron. Sin embargo, siquiera no tengo ni unos malditos diez pesos pa los kotex y un paquete de pañales, etapa 3, y los negocios fueron tan mal, que se me enfermó la sangre de un virus que mi mamá no se atreve a decirle a las amigas, qué vergüenza, que ni fui a la universidad, hay alcaldes y senadores que no han estudiado, tampoco le contó a su amigas ni lo de mi enfermedad, ni lo de ser madre soltera, ni tan siquiera que quise ser poeta, sí, mi vida le ha dado mayor vergüenza que cuando mangó a papá en la oficina con su secretaria, y sus amigas lo sabían… Que me enfermé por el maldito negocio, y ganaba sin plan de retiro ni el siete por ciento para hacienda para servirle. ¿En verdad Cortázar crecía un centímetro cada año?
Y a todos se nos estriñe la mente, porque a lo mejor no leyeron las instrucciones del manual ese que estaba en inglés, ni el de la Legislatura, pero yo tenía la versión en español. Un día encontrarán la cura, en otra emisora dijeron que quizás pueden clonar intestinos de los indios ticuna del Amazonas, ellos nunca han padecido de estreñimiento.
Es cierto, quizás tengan que usar los periódicos cuando consigan todos ir al baño y liberarse de su mierda acumulada, se limpiarán con las últimas noticias de un país africano, de un joven escritor asesinado en una barra de Santurce junto a su amante, y dramáticamente no pudieron llegar a la discoteca. Fue también culpa del estreñimiento.
Recuerdo cuando regañaron a Ernesto en la clase de inglés por haberse tirado un peo; perdón, un gas, y con cuidado con las ondas expansivas. Ernesto lloraba diciendo I am sorry, y faltó al otro día a la escuela. Le recordamos el día de la graduación la entrañable anécdota. Supongo que él tampoco padeció nunca de estreñimiento. My name is Alejandra.
Papi nunca quiso leer mi poema. Prendí la radio y el locutor vomitaba, la señora vomitaba, y no hubo un acuerdo de Estado, quizás vomiten ante la imposibilidad de sacar sus excreciones por otro lado. Y todos gritan y vomitan en la calle, en el gobierno, en los chinchorros religiosos y hasta en el shopping; porque cuando los desperdicios orgánicos no pueden salir por un lado, salen por otro. Aún así llevo tres días sin ir al baño, aunque siento sudoraciones y mucho dolor, quizás sea el virus, como cuando servicios sociales le quitó el hijo a la vecina porque su ex marido dijo que ella era puta, y yo me escondí con el mío --digo mi hijo, que marido, no, gracias-- en casa de un antiguo amante de mi papá. En la masacre del capacete de 1988, los indios ticuna muertos fueron arrojados y hechos desaparecer en el Río Amazonas.
En el manual está la clave. Quizás al prender la radio anuncien que descubrieron el laxante salvador, o que era cierto eso de Cortázar, quizás mi horóscopo tenga razón y me reencuentre con algún antiguo amor que no recuerdo. Decidí no prender la radio. Pensé que no podía aguantar un día más. Visité la casa de mis padres, mamá lloraba, papá había muerto como el mismísimo Elvis en el baño, no en la bañera como el Rey del rock, sino en el trono, curiosamente no vomitó, quizás sí entendió mi poema, o encontró su laxante particular. Mañana tengo que regresar a mi honroso trabajo, quizás los medicamentos no me den tanto dolor de estómago. El responsable de la masacre de los ticuna fue absuelto.
Está lloviendo y sonó mi celular. Apaga la radio Alejandra. El día mundial del inodoro es el 19 de noviembre. ¿Pueden creerlo? Tampoco hay inodoros en las guaguas. Nadie entendió su inventor francés, y otro francés inventó el bidet. Curioso, ese es el día del descubrimiento, o cualquier otro sinónimo bonito, de nuestra bella isla. Muchos morirán en el inodoro hasta que no se resuelva la crisis. Y dicen que al tercer día resucitó de entre los muertos. Sospecho que todos siguen sin leer el manual. Finalmente pude vaciar mis intestinos por el lugar indicado. Mientras los fanáticos, y demás especimenes, seguirán vomitando y yo, Alejandra, limpiando sus baños.

anamariafuster