viernes, diciembre 30, 2005

Feliz año 2006-RSVP

RSVP


Amanece en el callejón
o se enciende una lámpara psicodélica
todos pueden ser sombras iluminadas
cuando el milagro se acerca.

Quizás anochece,
y nos dejamos penetrar secretos,
deseos poblados de letras lloviendo dedos
mágicos, invencibles, tronantes,
pero vivos,
renaciendo pasiones, versos, una mirada
cuando comienza a surgir la palabra.

La madrugada de los sueños renace
Y un faro de ojos marcará el camino
al reloj de arena que nos unge de esperanzas
de mil historias, otro calendario
hacia la página virgen por seducir.


Ana María Fuster Lavín

De Libros

Lecturas esenciales del 2005

Por: Sonia L. Cordero
Especial para ESCENARIO
periódico El Vocero de Puerto Rico
Viernes 30 de diciembre de 2005

EL AÑO 2005
fue de intensa producción editorial, puertorriqueña tanto como del exterior; 12 meses durante los cuales se lanzaron al mercado del libro cientos de obras escritas por autores de aquí y de países como España, México y Colombia, que fueron distribuidas en librerías de Puerto Rico. Asimismo, las editoriales puertorriqueñas tuvieron un año de gran actividad, añadiendo a sus catálogos obras de autores noveles, así como de escritores ya establecidos.En el ámbito de nuestro diario vivir el tema preponderante fue la política y figuras públicas relacionadas con esa gestión tan importante para los puertorriqueños, para quienes, según dicen, la política es una gran diversión. En esta línea de pensamiento la figura en torno a la cual se escribió la mayoría de los libros fue Luis Muñoz Marín. En esto tuvo un papel destacado la Fundación Luis Muñoz Marín, institución que abrió sus archivos y los puso a la disposición de todos aquellos investigadores y escritores que, sin importar sus ideologías, lo solicitaron.

No obstante, el dominio de la palabra en el mercado del libro 2005 lo tuvieron las mujeres, de aquí y del extranjero. Sus libros fueron los más vendidos, los más leídos, los más interesantes y los más publicitados, casi todos ficción con un trasfondo folclórico, o escenarios de historia actual o del pasado en medio de los cuales tejieron relatos fantásticos.

Entre esos libros de autoras boricuas se encuentran: El último sonido del caracol, de Tina Casanova, editado por Publicaciones Puertorriqueñas; Las puertas del placer, por Rosario Ferré, editado por Alfaguara; Réquiem, por Ana Fuster Lavín, editado por Isla Negra; Fúgate, por Marta Aponte Alsina, editado por Sopa de Letras; Son de almendra, por Mayra Montero, editado por Alfaguara; Las horas del Sur, por Magali García Ramis, y Sobre piel y papel, por Mayra Santos Febres, ambos editados por Callejón; Pelo bueno, pelo malo, por Carmen L. Montañez, y Alabalacera, poemario de versos urbanos por Mara Pastor, ambos editados por Terranova.

Por otra parte, de los libros reseñados en "De librerías", entre los más comentados en el 2005 se encuentran los siguientes:

"Literatura puertorriqueña del siglo XX…antología": recopilación de Mercedes López-Baralt, es una obra monumental de autores puertorriqueños y nacionalizados boricuas, publicada por la Editorial de la Universidad de Puerto Rico, (EDUPR)."Independentista popular: las causas de Vicente Géigel Polanco": impresionante recopilación comentada por Néstor R. Duprey Salgado de documentos, muchos inéditos, del archivo personal de Géigel Polanco, así como textos de difícil localización o dispersos. Publicado por la nueva editorial Crónicas, Inc, es el primer volumen de su Colección Franja Amarilla.

"Hostos insepulto: ensayos en la búsqueda de la Utopía inconclusa", por Roberto Mori González: publicación de la editorial puertorriqueña Isla Negra, para su Colección Visiones y Cegueras, y prologado por el doctor Carlos Rojas Osorio, de la Cátedra Eugenio María de Hostos, Recinto de Humacao, U. P. R.

"11-S: el informe": extracto traducido al castellano por Isabel Fuentes García, Tomás Fernández Aúz, Albino Santos y Francisco Beltrán del original en inglés,
"The 9/11 Commission Report", edición autorizada del informe final de los atentados terroristas contra Estados Unidos, hecho por la Comisión Nacional de Investigación. Publicado por Paidós."Estado Libre Asociado del siglo XXI", segunda edición revisada del libro que publicó hace casi dos años el licenciado Ramón Luis Nieves. Publicado por el Grupo Editorial Cultural.

"¿Quiénes somos?… Los desafíos a la identidad nacional estadounidense", por Samuel P. Huntington a quien Carlos Fuentes llamó "el racista escondido", explora aquí no sólo la naturaleza de la identidad cultural estadounidense tras la tragedia del 11 de septiembre, sino que advierte que "la llegada de inmigrantes hispanos amenaza dividir Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas". Publicado por Paidós.

"Un mapa para la ruta", por Rubén Berríos Martínez, editado por Pablo Marcial Ortiz Ramos y prologado por el licenciado Manuel Rodríguez Orellana, este libro contiene una interesante recopilación de escritos y documentos de Rubén Berríos, algunos hasta ahora desconocidos.

"Devórame otra vez… artículos de primera necesidad": el más reciente libro de Luis Rafael Sánchez, publicado por Ediciones Callejón, para su Colección En Fuga/Ensayos. Contiene 40 ensayos divididos en "Las palabras viajeras" y "País juguetón y pequeñín".San Juan, la ciudad que rebasó sus murallas: colaboración de cinco autores —Luis E. González Vales, Milagros Flores, Aníbal Sepúlveda Rivera, Silvia Alvarez Curvelo y Arturo Bird Carmona— es la historia de San Juan y cómo surgió Puerta de Tierra, luego del derribo de las murallas que encerraban la Ciudad Capital.

La nueva Constitución de Puerto Rico: edición facsimilar de la primera edición publicada en 1954. Valioso tomo publicado por La Editorial de la Universidad de Puerto Rico y el auspicio de la Escuela de Administración Pública.

"Conversaciones en el bohío… Luis Muñoz Marín y Roberto Sánchez Vilella en sus propias palabras, Tomos I y II": impresionante obra editada por Néstor R. Duprey Salgado, prologada por el Dr. Juan R. Fernández y con un "Introito breve a un libro largo" por el historiador Dr. Carmelo Rosario Natal. Acompañan ambos volúmenes sendos discos compactos, con extractos de las conversaciones en las voces de ambos líderes.

"Diccionario del uso del español" por María Moliner, (primera mujer autora de un diccionario), ahora llamado familiarmente por las siglas DUE, en segunda edición publicada por la editorial Gredos, en cuatro versiones: dos volúmenes tradicionales; un solo volumen abreviado, llamado el DUE (A); una versión electrónica en CD-ROM; y dos volúmenes acompañados por un CD dentro de un estuche.

"Enrique A. Laguerre: Cien años de vida, 1905-2005": impresionante edición homenaje, para coleccionistas que incluye, en un estuche, la primera edición de 15 novelas del autor divididas en cuatro tomos; y, además, un DVD con el último testimonio de Laguerre junto al Dr. Ricardo Alegría. Es una edición limitada.

"Palabras de Luis Muñoz Marín": edición de cuatro tomos que abarcan 16 años de la gestión política de Muñoz Marín en sus propias palabras. Da a conocer documentos del archivo histórico de la Fundación Luis Muñoz Marín: discursos, declaraciones a la prensa escrita y radial y entrevistas a Muñoz de 1931 a 1948.

"Unde hoc mihi ¿Por qué a mí?": las memorias del cardenal Luis Aponte Martínez en un amenísimo y fascinante relato de su larga y fructífera vida. Contiene fotos familiares y de su gestión religiosa, cartas, reproducción de documentos, mensajes entre el Cardenal y el Vaticano, así como de personalidades, etcétera.

"Tesoro lexicográfico del Español de Puerto Rico", por María Vaquero y Amparo Morales, es un formidable compendio de frases y palabras del español puertorriqueño publicado por la editorial Plaza Mayor. Infaltable en cualquier biblioteca puertorriqueña."Memorias de mis putas tristes": la primera novela que escribió Gabriel García Márquez luego de 10 años de silencio. El protagonista es un viejo de 90 años que descubre el amor de su vida en un sórdido burdel: una jovencita de 14 años, poco dada a las palabras y muy dormilona.

martes, diciembre 27, 2005

Versos amanecidos


Versos amanecidos


La sangre grita vida en mi vientre
saltan esporas feromonadas en el silencio;
lo sabes,
no hay secretos en mi avenida
tampoco en tus pisadas,
ahora nos besamos versos amanecidos,
borrachos de sudores desgarramos los secretos
y el faro iluminó la noche de las palabras.

Ahora amanece en otra esquina
mientras la puta muerte reparte el pan
y nosotros ayunamos.
Amanecimos eternidades con una llamada
mil historias, veinte años
y nuestros senderos no se bifurcan
cuando corremos cuerpo a cuerpo, piel a piel,
una carrera a ciento ochenta millas por hora
se estrellan las mentiras contra el muro,
son las piezas de la traición mezquina
que mendiga en las luces de la locura,
pero la luz cosecha destinos en mi éter de dedos fecundados
y la sangre pare sueños en tu mirada de ojos infinitos.

La muerte no entrará en palacio
lo sé,
ya no hay dolor en tu pecho
como tampoco rencores en mis manos
ni maldiciones que violen nuestras luchas
nos acariciamos de labios y promesas
sin final, sin retorno
bajo tu pecho,
inmerso en mi piel
hay otro duende, y son dos,
nos acarician leche y miel
nos amamantan de lluvia
nos llueven las vueltas del calendario
para preñarnos en el oleaje eterno del arco iris
dueños del silencio, el nuestro,
y el tiempo.

Ana María Fuster Lavín

lunes, diciembre 19, 2005

Trulla navideña

Trulla navideña

Una trulla de palitos y una lata de medalla
Escupe la acera cunetera
y maldice el calor periquero
mantequero, etílico, socioadicto al silencio consumero
consumista, extremista, reprimista
y hasta hedonista
mientras pasa el aspirante a la eternidad,
controlador de sus verdades
o de su cuenta bancaria
dicotomía efervescente del paternalismo supremo
pudo ser desde poeta a empleado bancario
hasta profesor o quizás abogado panfletista legal
cuando los versos son pretexto
y los actos son el texto
pero el resto, es lo mismo
burla burlado trullado de ideas nubladas
se salta un semáforo, él tan decente…
se toma una cerveza en la esquina
y escupe en la misma cuneta.

A su vez,
japiniuyeal vomita excrementos
pero la caneca está afincá,
la de ambos,
mejor que la lata de medalla del otro pana
que orina sangre sementosa
pero el otro tiene cementosos los instintos
es sólo solitario el reflejo de sus ideas
y cree morir
pero sigue la parranda en otro semáforo
frente a la barra y escupe de nuevo
como muere otro mendigo de almas
sin beberse el ron o la cerveza
y así a nadie le importa
total es navidad y uno adorna el árbol
otro se viene sobre sus versos venenosos
vuelve a indigestarse de luces rojas
y se muere igual que una sobredosis tecatera
del anónimo cunetero que escupió sin más pretexto
que el texto de otra historia del silencio
con trulla y sin palitos
al menos hubo música
pero nadie escuchó.

Ana María Fuster Lavín

martes, diciembre 13, 2005

Autores de Isla Negra


Viernes 9 de diciembre de 2005, en el Ateneo Puertorriqueño se presentó el libro de cuentos Réquiem (Isla Negra editores, 2005) de Ana María Fuster.

Entre bohemia, lectura de cuentos, análisis y un performance gótico, se reunieron diversos escritores que han publicado -o van a publicar próximamente- con la Editorial Isla Negra.
Fila posterior de izquierda a derecha:
Alberto Martínez Márquez, Nelson Rivera, Carlos Roberto Gómez y Daniel Nina.
Fila delantera de izquierda a derecha: José Ríos, Ana María Fuster, Mario Cancel, Yara Liceaga, Francisco Font y José Liboy.

Fotografía cortesía de José Manuel Fuster.

lunes, diciembre 12, 2005

Aires navideños


Aires navideños

a mi hijo Miguel

Ya se sienten los aires navideños: los shoppings llenos, el usual compra-compra, las decoraciones en los balcones, las marquesinas, el tecato tocando los palitos en el semáforo: alegre vengo de la montaña... Todos en la oficina parecen locos, cantan, ponen arbolitos en los escritorios, guirnaldas en las puertas, cancioncitas insoportables y hasta tratan de rebajar a última hora para que les sirva el vestido de la fiesta, para verse sexys, aunque luego engorden el doble antes de las octavitas, entre morcillas, coquito, pasteles, lechón, arroz con gandules, arroz con dulce y quién sabe cuántos tributos más al colesterol y la grasa.

En fin, otro año más para deprimirme. Jolgorios, bebelatas, los petardos, compartir con quienes no quiero ver el resto del año. ¿Qué tengo que celebrar? El año pasado inesperadamente me abandonó mi marido, la editorial me devolvió el manuscrito de mi novela, dizque no tienen presupuesto, me siento gorda, no soporto el tedio laboral; además, perdí par de proyectos creativos y mi cuenta bancaria está en declive, por lo que tenía mi mente más ocupada en cómo pagar el preescolar de mi pequeño y en no sé cuántas desgracias que me tiene acorralada en una miseria existencial, que en las charradas navideñas.

Llegando el 10 de diciembre, y después de los acostumbrados líos matutinos, salí con mi pequeño para llevarlo a su escuelita y luego seguir a mi rutina laboral, a mediodía acudiría al llamado consumista con mis compañeras de oficina para comprar los regalos familiares y gastar el bono el mismísimo día que lo recibimos.

—Mamá, Santa Clos me hizo así.—Dijo mi hijo desde su carseat, sonriente y haciendo un tierno gesto manual del saludo.

—¿Sí? ¿Cuándo?

—Con abuela, en Plaza Las Américas. Santa Clos tiene gafas como papá y una barba.—Siguió contándome muy animado.

Me sentí contenta hasta que llegamos a la escuela, disfruto mucho con mi pequeño acompañante, pero el momento de regocijo quedó interrumpido cuando la maestra me explicó que mi nene tenía que vestirse de árbol de Navidad. ¡De árbol de Navidad! Sólo tiene tres años y ya pretenden que se convierta en otro monigote de un shopper de megatienda o en un bobote cursi. Le sonreí con escepticismo y miré a mi pequeño con ternura. Mamá te busca temprano.

—¡Cuánto odio las navidades!—Dije al montarme en mi guagua y me dirigí por la parada 18 de Santurce hacia mi trabajo. Pensaba en el presupuesto para los consabidos obsequios y en todo el trabajo que tenía acumulado en mi escritorio, cuando algo inesperado me sacó del letargo. Sentí un escalofrío que me deslumbró de momento y no me di cuenta del cambio de semáforo.

Me saluda, ¿a mí? pero... Un hombre famélico, muy sucio, vestido de papá Noel, me saludaba con la mano, sonriendo con no más de tres o cuatro dientes. Murmullaba algo y chocaba contra el cristal de mi ventana un vaso de cartón de uno de los fast foods cercanos. No suelo darle dinero a los vagabundos de las luces, pero aquel quijotesco Noel me inspiró piedad, qué diantre, es Navidad. Busqué en mi cartera y saqué par de pesos.

—Tome señor y Feliz Navidad.—Le dije.

El paupérrimo “Papá Noel” no dijo nada, su mirada estaba perdida hacia mí y murmullaba los aires navideños no tienen oxígeno, nadie se da cuenta. Miré el reloj de mi celular y pensé que se me iba a hacer tarde para llegar al trabajo, ¡con lo puntual que soy!

—Oiga, tome el aguinaldo, que tengo algo de prisa. ¿Se siente bien?—Le dije, pero nada, seguía repitiendo aquellas palabras y comencé a sentirme nerviosa.

—Mire, estaciono mi carro allí al lado y llamo a la Policía para que lo ayude, que tengo mucha prisa, o si quiere le pido un taxi para que lo lleve al dispensario. Quiero ayudarlo.—Insistí, pero el hombre seguía sin contestarme, mi paciencia social muchas veces se quiebra más durante mis usuales crisis cíclicas de las que mis amigos conocen suficiente, y en esta época más, pero afortunadamente mis años de maestra y la maternidad han abonado a acumular puntos de paciencia. Respiré profundo y le volví a extender el dinero, siquiera lo miró.

—Señorita, es muy joven, no deje que la vida pase por usted sin vivirla. Los aires navideños pueden ser o no ser, queda de uno tan sólo sonreír más allá de las sombras y buscar la estrella propia que ilumine el camino.— Me susurró el sexagenario vagabundo y me mostró una mellada sonrisa, tomó los dos pesos y se fue tarareando son los aires navideños. Lo miré confundida a los ojos, de momento pude ver toda su humanidad acumulada en aquel disfraz de dolor, o quizás de esperanza.

—Señorita, ¿tiene algún problema.—Me dijo un policía asomado a mi ventana, y le contesté en la negativa y que seguiría mi ruta.

Las bocinas de los carros comenzaban a ensordecerme, cuando encendí de nuevo la guagua. Volví la vista atrás y aquel abandonado Santa Clos me hizo un gesto de saludo con la mano, pensé en mi pequeño hijo y en lo que me había contado ilusionado con el del centro comercial, suspiré, al volver la vista, el hombre ya no estaba por ningún lado.

Así continué la marcha hacia mi oficina, me sentía inquieta y pensaba en las palabras que me había dicho aquel vagabundo, sin darme cuenta ya estaba en el estacionamiento de mi trabajo; apagué mi vehículo y recordé el trabajo acumulado, a las compañeras, sus suplicios con las dietas para que les sirva la ropa del party, las compras navideñas a mediodía, sus canciones festivas… Me asomé a la puerta y las vi decorando la oficina y riéndose. Ya no me parecía una hipocresía, tienen derecho a vivir con intensidad cada momento en la vida, aunque los rituales navideños no sean para mí. Yo sé qué es lo que me llena de satisfacción además de escribir. Respiré profundo y regresé a mi guagua y me dirigí al preescolar de mi hijo, necesitaba pasar el día con él. Cuando llegué me hizo el saludo con la mano, así como su papá Noel, como mi vagabundo. Me bajé del carro y le dije a la maestra que me iba a llevar a mi pequeño.

–Miguel, nos vámonos a dar un paseo.—Le dije y me dio un abrazo. Así olvidé que mi año había sido un desastre, que mi cuenta bancaria convulsa, que me molestan los jolgorios que no entiendo o no comprendo. Necesito sonreír a mis sombras para ahuyentarlas y encontrar mi estrella.

—Feliz Navidad, mamá, te quiero mucho.


Ana María Fuster
Bocetos de una ciudad silente

Hades



Hades

“porque ver la tiniebla es tener su luz.”
Fernando Pessoa


Quisiera mentirle a mi corazón
decirle que hay comida
que la sangre llegará a su destino,
que el amor palpita en nosotros,
pero mi boca está cerrada.

Quisiera pedirle a la razón
que me explique si hay vida,
pero la soledad grita más.
Quiero volar, pero me faltan alas
y mi mente está atrofiada.

Quisiera lactar la sabia de tu árbol,
pero la sequía es eterna;
deliro en la sed cósmica
respirando el polvo de los recuerdos
y me arranco los ojos.

Quisiera ver el sexo de Eros,
que me posee invisible
en las tardes de espejismos
de idas y venidas
y me condenas ciega, vacía.

Quisiera nacer de nuevo,
mentirle a mi corazón,
pedirle una razón,
lactar la sabia del éter,
poseerte hasta el final,
y arrastrarte a mi infierno
con hambre, ciego y estéril de esperanza.

anamariafuster
El libro las sombras

En Primera Fila

Primera fila

La tímida seducción de Ana María Fuster Lavín

PRIMERA HORA > ASI

sábado, 10 de diciembre de 2005
por Nelson del Castillo PRIMERA HORA



Juega con sus manos como si quisiera protegerse de algún miedo inconfesado. Sonríe tímida a través de su mirada y se vuelca hacia sí misma. Sonríe otra vez como seducida por sus temores.
La escritora Ana María Fuster Lavín tiene motivos para celebrar, mas controla la eclosión interior que le produce tener en las manos su nuevo libro de relatos, "Réquiem", que contiene doce capítulos, uno menos, recuerda, que los movimientos del "Réquiem" de Mozart, que nunca llegará al final, contrario a su obra.

"Sí, me atrae mucho la muerte. No sólo la muerte física, sino la espiritual... la muerte son los distintos cambios en la vida de uno, en la vida de la sociedad", afirma para sostener que tras cada muerte hay un renacimiento.

En el proceso de transmutación, Ana María Fuster Lavín siente cierta fascinación por "trabajar el lado oscuro de las personas, lo que no queremos demostrarle a los demás, nuestros terrores personales, nuestras supersticiones, nuestras fantasías", consciente de que "hay un elemento de la muerte en esas fantasías, en los sueños, por lo que cuando uno se despierta es una muerte de su propio sueño".

El nuevo libro de cuentos de esta joven escritora, que este viernes fue puesto en circulación por Isla Negra Editores, es la historia de "una familia maldita" que se ofrece con una especie de secuencia cinematográfica, de un thriller. "Tiene mucho del culto a los muertos, el culto a los fantasmas, a lo desconocido, hay santería, hay católicos protestantes, hay una madeja bien interesante", revela la también autora de "Verdades caprichosas", que vio la luz en 2002.

A la par con la narración, Ana María Fuster Lavín cultiva la poesía, género que la apasiona pero al cual le tiene gran respeto porque "conlleva un trabajo más fuerte".

"La poesía va de la mano con la música y más en un país tan musical. La narrativa y el cuento también tienen mucho ritmo. Un réquiem es una pieza musical. Cuando lo escribí pensé en réquiem, pero en el réquiem de Mozart que es más fuerte, más intenso, pero mezclando el réquiem con el ritmo más de rock. Este libro terminé de escribirlo con los ritmos de la vellonera, tiene su balada, su reggaetón, su hip hop. Y eso lo aprendí con un grupo de poetas jóvenes", manifiesta la autora mientras pasa sus manos sobre varios libros que tiene en la mesa.

Ana María se describe como "una persona muy fajona, muy disciplinada en unas cosas, muy despistada en otras", a la vez que trabajadora porque "soy mamá", anticipa antes de referirse a su hijo Miguel de cuatro años, quien le proporciona "mucha alegría interior".

"La creación muchos escritores la ven como un sufrimiento y es un acto que te da mucha felicidad. Mi hijo me provee mucha magia. Ahora estoy haciendo un proyecto de 'Cartas para mi hijo', pero son de denuncia social, escritas para cuando él sea mayor, pero publicándose antes porque en realidad es para que lo lean más personas", confiesa en diálogo con PRIMERA HORA.

Ana María Fuster considera que "todos los libros tienen su misión", a lo cual se suma el compromiso del escritor con la sociedad que habita. "'Réquiem' fue un libro pensado más a modo de cinematografía, de ver para contar una historia, para seducir al lector. Hay cuentos y bocetos para denunciar situaciones que suceden todos los días y no las queremos ver. Otros son para jugar con el ritmo. También hay cuentos que juegan con el erotismo, con las dualidades sexuales, es provocar y cada vez hacerlo mejor".

Ante el planteamiento de que hay quienes consideran que en la literatura lo importante es la estética, no la denuncia ni la aspiración a la transformación social, la escritora puertorriqueña considera que "tiene que haber un balance".

"La literatura es arte y tiene que haber una estética, tiene que haber originalidad en esa creación pero siempre cabe la denuncia, sin que se convierta en un panfleto. Siempre uno tiene que ser consciente de que está creando arte, ya sea para entretener al público, para abrirle los ojos, crear una estética particular, pero creo que cabe la denuncia. Un escritor no puede tener miedo, se tiene que desnudar y atreverse. Un escritor con miedo no llega a ningún lugar", establece.

La narradora, que para enero próximo vislumbra lanzar "El libro de las sombras", igualmente con Isla Negra Editores, afirma que en la nueva generación de escritores existe "compromiso social", lo cual se evidencia en sus creaciones literarias.

Amante del arte, la música, "una copa de vino una noche con un grupo de amigos o con sólo uno y conversar", Ana María Fuster Lavín se describe como "una persona muy tímida, pero cuando voy cogiendo confianza me fascina la conversación, la tertulia, la bohemia", tal vez porque al mismo tiempo teme "a la soledad, a la miseria, a que nos sigan humillando como pueblo y que la gente no hiciese nada, a la asimilación, a la crueldad entre unos y otros".

Esta escritora nacida en San Juan hace 38 años y que se describe como "una persona agnóstica", convencida de que "cada cual puede tener su propia espiritualidad, su propia ética", advierte que ser mujer en este siglo XXI "conlleva otras luchas personales y la vida se complica al ser madre soltera con un hijo, un tipo de responsabilidad que normalmente no tiene un hombre".

Ana María Fuster Lavín vuelve a sonreír tímida, deja fugitiva su mirada y entrelaza los dedos como para aprisionar sus temores o quizás las palabras que todavía faltan por decir y que nunca dirá, al menos en esta ocasión, consciente de que el silencio también es un modo de seducción.

viernes, diciembre 09, 2005

El reloj


El reloj

Doy cuerda alimentando números
no sea que el tiempo pase
las pupilas se dilaten
las horas se pierdan
los brazos paren su misión
y no termine el desayuno...


anamaríafuster
El libro de las sombras

Réquiem, narraciones urbanas de la literatura oscura-Radio Universidad

Réquiem, narraciones urbanas de la literatura oscura

Por Ludmila Pagán Ocasio
Jueves, 8 de diciembre de 2005

Escuche el Audio en
http://wrtu.org/articulo.php?id=1823

Mañana se presentará el libro “Réquiem narraciones urbanas de una novela cuentada” de la escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín, a las siete de la noche en el Ateneo de Puerto Rico.
“Va a ver un performance de poesía de muerte y vampirismo por los poetas Mariel Ortiz, Abdiel Echevarría y yo, Ana María Fuster”, indicó la poetisa.
“Réquiem”, la historia de una familia disfuncional es un híbrido entre la novela y el cuento y consta de 12 de capítulos que entrelazan lo erótico y lo poético.“Trata el lado del lado oscuro del corazón, las pesadillas y es un intermedio entre el terror y lo sicológico”, explicó Fuster Lavín.Según ganadora de una mención de honor del Premio del Instituto de Literatura 2002, su interés por explorar a través de sus obras sentimientos tan profundos como el miedo, la pesadilla y la muerte nacen de su pasión por la literatura oscura.

“Estamos en realidad viviendo un momento bastante violento y quizás a uno no se le ocurre pensar detrás de tanta violencia. Están las inseguridades, está el consumo desmedido, están las drogas y está el maltrato”, sostuvo Fuster Lavín.

Asimismo Fuster señala que los espacios urbanos toman gran relevancia en el transcurso de la historia.“La novela, además de ir en un crescendo de los personajes hacia la muerte, también hay una movilidad desde Cupey, Río Piedras, por Santurce, terminando en el cementerio del Viejo San Juan”, manifestó la poetisa.Por otro lado, la autora comenta que su próximo libro será un poemario titulado “El Libro de las Sombras”, donde se abarcarán los temas del mito, el amor, la pasión y la muerte.









jueves, diciembre 08, 2005

Crisis sobre crisis

Crisis sobre crisis

¿Será que quieren esterilizar los pensamientos, lobotomizar a fuerza de golpes de vida --o de muertes ajenas-- los verdaderos sentimientos? Aún así sigo respirando, me veo al espejo y una sonrisa alada me da la razón, no hay competencia si mis dedos no paren rencores, si mi sangre apalabrada no entiende de necedades y mis pies no caminan sobre la violencia ni el capricho de la posesión o la locura. Todos ellos invisibles para mí, nunca me dejé poseer de los fantasmas y sus mentiras.

Vivo de otras verdades eternas, el amor puro y la palabra autoparida de mis sueños.
Las historias vuelven a nacer, mi libro es infinito.


anamaríafuster

Vampira de Maribel R. Ortiz


Vampira

Y cuando es de noche siempre, una tribu de palabras mutiladas busca asilo en mi garganta
Alejandra Pizarnik La condesa sangrienta


Duerme.
Sus pupilas erráticas
narran sueños inenarrables
en anquilosados siglos.
Sus ojos abiertos,
beben la música
de una gota sonora
y el oído nasal
huele, acecha
y aguarda
que las sombras
estrangulen a Ra
quien no la penetra
desde tiempos in me moría les...

Despierta.
Húmeda de sed yugular
pletórica de erotismos,
tan sibilina
comisura de labios
teñidos de arterias
y exhalaun vaho mortecino
encantador de ofidios.
Ríe.
Arpegios mefisto fálicos
la diosa críptica,
destellando colmillos que
desfloran venas
y flagelan pechos de
incautos mortales
(corderos desdeñables de dios)

Virgen sacrílega
lucífuga
lucífera
cuerpo y sangre perenne
diosa de los condenados


Vampira.

Maribel R. Ortiz
De su poemario Bondades de Cronos
Terranova editores, 2005

martes, diciembre 06, 2005

Ileana Cidoncha recomienda Réquiem


“La escritora y poeta Ana María Fuster acaba de publicar su libro de cuentos o “novela cuentada” titulada Réquiem. Estas narraciones urbanas, que se mueven entre lo erótico y lo santurrón, entre lo poético y lo violento son apacionadamente enloquecedoras y adictivas. Los cuentos o capítulos que de alguna manera cuentan la historia de una familia, como poco desajustada, disfuncional y perturbada, no se pueden soltar. Ya sea leída como una unidad o como una posible novela –o varias- su lectura es una provocación de la autora al lector mediante un constante aguijoneo a la imaginación y a la líbido. Por igual, el manejo de la lengua de esta joven escritora da gusto. “Réquiem” puede ser un buen regalo de Navidad lo mismo para jóvenes adultos como para adultos maduritos. Se consigue a través de (http://www.islanegra.com/), del teléfono 787-307-4066 y en las principales librerías del país.” Ileana Cidoncha, “Ileana recomienda” Escenario, El Vocero de Puerto Rico, Viernes 2 de diciembre de 2005, pág. E6.

Isla Negra editores


les invitan a la presentación del libro

Réquiem
narraciones urbanas de una novela cuentada

de la escritora puertorriqueña
Ana María Fuster Lavín

A cargo del poeta Alberto Martinez Márquez

palabras finales y brindis por la narradora Marta Aponte Alsina


Viernes 9 de diciembre de 2005
Hora: 7:00 pm
Lugar: Ateneo de Puerto Rico
San Juan, Puerto Rico


Más información:
editor@islanegra.com
amfuster@prtc.net
787-307-4066

Réquiem a la venta en http://www.islanegra.com

bajo la colección el rostro y la máscara
Y en librerías de Puerto Rico






viernes, diciembre 02, 2005

Otra crisis

Y me pregunto, ¿serán pajas mentales? O el concurso de quién es el más jodón, quien se ríe más duro de quién, quién le raspa más duro el sexo o la palabra, que pa los efectos es la misma mierda; mientras miro la sangre en el espejo y los veo reunidos sin darse cuenta de que ya pasan los créditos y nadie vio la película.

anamaríafuster

Crisis nacional de laxantes

Crisis nacional de laxantes

Manual de instrucciones para una higiene adecuada, manual para protegerse de atentados terroristas cuanto estás en el baño, manual del buen político… Una vez leí que Julio Cortázar tenía una enfermedad que producía que sus huesos crecieran por toda su vida, creciendo en su adultez un centímetro al año. Aún así mi papá nunca entendió que yo siempre quise ser poeta, pero sólo fui negociante callejera, cuando me enfermé terminé limpiando baños en un antro gubernamental. Tengo veinticinco años.
Con este trasfondo fáctico y normativo, analicemos el caso de marras. Hay una crisis nacional de laxantes. Una pitonisa anónima afirmó que se le estriñe la mente al que no tiene fe ¿o era al fanático? Político, religioso, vanidoso, pintoresco, ignorante, bueno no recuerdo, la idea es que lo escuché en un programa de radio, whatever, llevo tres días sin ir al baño. Ni para limpiarlo ni para vaciar mis residuos orgánicos. Una parálisis de ciertas funciones neurológicas e intestinales, dijeron en otra emisora, ha causado un salpafuera terrible y hasta es posible que tengan que clausurar la fábrica de papel de inodoro por un superávit en la producción. Eran los fanáticos de toda denominación.
Mi vecino mató a un perro que le cagó la entrada de la casa, ya ves que ese estreñimiento puede hasta salvarte la vida. Todo será cuestión de quién defeque y dónde. Luego comenzó en la radio otro debate sobre qué nombre ponerle a la estación principal del Tren Urbano. Supongo que los trenes tampoco tienen inodoros. Pero tengo hambre y en mi horóscopo decía que tendré suerte en los negocios, que tome las cosas con calma, que tendré una visita de un antiguo amor. Y hace tres días que no defeco.
Cuando niña escribí un poema, pero mi papá se rió antes de terminar su palo de ron. Sin embargo, siquiera no tengo ni unos malditos diez pesos pa los kotex y un paquete de pañales, etapa 3, y los negocios fueron tan mal, que se me enfermó la sangre de un virus que mi mamá no se atreve a decirle a las amigas, qué vergüenza, que ni fui a la universidad, hay alcaldes y senadores que no han estudiado, tampoco le contó a su amigas ni lo de mi enfermedad, ni lo de ser madre soltera, ni tan siquiera que quise ser poeta, sí, mi vida le ha dado mayor vergüenza que cuando mangó a papá en la oficina con su secretaria, y sus amigas lo sabían… Que me enfermé por el maldito negocio, y ganaba sin plan de retiro ni el siete por ciento para hacienda para servirle. ¿En verdad Cortázar crecía un centímetro cada año?
Y a todos se nos estriñe la mente, porque a lo mejor no leyeron las instrucciones del manual ese que estaba en inglés, ni el de la Legislatura, pero yo tenía la versión en español. Un día encontrarán la cura, en otra emisora dijeron que quizás pueden clonar intestinos de los indios ticuna del Amazonas, ellos nunca han padecido de estreñimiento.
Es cierto, quizás tengan que usar los periódicos cuando consigan todos ir al baño y liberarse de su mierda acumulada, se limpiarán con las últimas noticias de un país africano, de un joven escritor asesinado en una barra de Santurce junto a su amante, y dramáticamente no pudieron llegar a la discoteca. Fue también culpa del estreñimiento.
Recuerdo cuando regañaron a Ernesto en la clase de inglés por haberse tirado un peo; perdón, un gas, y con cuidado con las ondas expansivas. Ernesto lloraba diciendo I am sorry, y faltó al otro día a la escuela. Le recordamos el día de la graduación la entrañable anécdota. Supongo que él tampoco padeció nunca de estreñimiento. My name is Alejandra.
Papi nunca quiso leer mi poema. Prendí la radio y el locutor vomitaba, la señora vomitaba, y no hubo un acuerdo de Estado, quizás vomiten ante la imposibilidad de sacar sus excreciones por otro lado. Y todos gritan y vomitan en la calle, en el gobierno, en los chinchorros religiosos y hasta en el shopping; porque cuando los desperdicios orgánicos no pueden salir por un lado, salen por otro. Aún así llevo tres días sin ir al baño, aunque siento sudoraciones y mucho dolor, quizás sea el virus, como cuando servicios sociales le quitó el hijo a la vecina porque su ex marido dijo que ella era puta, y yo me escondí con el mío --digo mi hijo, que marido, no, gracias-- en casa de un antiguo amante de mi papá. En la masacre del capacete de 1988, los indios ticuna muertos fueron arrojados y hechos desaparecer en el Río Amazonas.
En el manual está la clave. Quizás al prender la radio anuncien que descubrieron el laxante salvador, o que era cierto eso de Cortázar, quizás mi horóscopo tenga razón y me reencuentre con algún antiguo amor que no recuerdo. Decidí no prender la radio. Pensé que no podía aguantar un día más. Visité la casa de mis padres, mamá lloraba, papá había muerto como el mismísimo Elvis en el baño, no en la bañera como el Rey del rock, sino en el trono, curiosamente no vomitó, quizás sí entendió mi poema, o encontró su laxante particular. Mañana tengo que regresar a mi honroso trabajo, quizás los medicamentos no me den tanto dolor de estómago. El responsable de la masacre de los ticuna fue absuelto.
Está lloviendo y sonó mi celular. Apaga la radio Alejandra. El día mundial del inodoro es el 19 de noviembre. ¿Pueden creerlo? Tampoco hay inodoros en las guaguas. Nadie entendió su inventor francés, y otro francés inventó el bidet. Curioso, ese es el día del descubrimiento, o cualquier otro sinónimo bonito, de nuestra bella isla. Muchos morirán en el inodoro hasta que no se resuelva la crisis. Y dicen que al tercer día resucitó de entre los muertos. Sospecho que todos siguen sin leer el manual. Finalmente pude vaciar mis intestinos por el lugar indicado. Mientras los fanáticos, y demás especimenes, seguirán vomitando y yo, Alejandra, limpiando sus baños.

anamariafuster

miércoles, noviembre 23, 2005

Conversaciones por Carlos Esteban Cana




Conversaciones fragmentadas
(de la serie“En sus propias palabras”)

por Carlos Esteban Cana ©


Ana María Fuster Lavín ha hecho
ruta por sí misma. Su libro “Verdades
caprichosas” en el 2002, fue una
verdadera novedad, una brisa de
aire fresco en la narrativa puertorriqueña.
Editora de Borinquen Literario, una
de las publicaciones de
mayor prestigio en ambiente cultural del País,
Fuster Lavín está a punto de presentar
Réquiem”, su segunda entrega de
relatos, esta vez, bajo el sello de la
Editorial Isla Negra, el viernes 9 de diciembre
a las 7:00pm en el Ateneo.

Para celebrar tal acontecimiento,
hemos decidido publicar fragmentos
de una entrevista que le cursamos
a la autora durante el pasado
año.

Temas como el mundo
cultural en Puerto Rico, las nuevas
generaciones, el arte del cuento, y
su rol como poeta, se discutirán
aquí.

Hoy la conversación gira en
torno a Borinquen
Literario, publicación de su
autoría que coexiste con
una nueva generación de publicaciones
cibernéticas en Puerto Rico
como “Desde el límite”, “En la Orilla”,
“Letras Salvajes”, y la versión virtual
de “El Sótano 00931” (herederas
de la ruta iniciada en los noventas
por la revista cibernétitca El Cuarto
del Quenepón y sintonizadas a
la misma actitud de inclusión
establecida por Taller Literario).

No hablemos más,
dejemos el espacio a Fuster Lavín.


PUERTO RICO EN EL MUNDO:
LA RUTA DE BORINQUEN LITERARIO

amf: “Borinquen Literario nace por esa necesidad
de encontrar un medio para publicar
cuando tú no eres un escritor reconocido;
aquí, si no tienes padrino no te
bautizas; no te abren las puertas, y eso fue lo
que me ocurrió.

“En un momento pensé que hasta mi propia
generación me estaba dando de codo,
en particular los que eran profesores.
En un panorama como el de la academia
no encontraba dónde publicar.

“Todo comenzó a cambiar cuando por
fin entro al mundo del internet, a finales de
1999. Es en ese momento que me encuentro
con un mundo maravilloso de gente que escribe
en todos los países. Escritores y escritoras muy
solidarios y con la misma necesidad que tenía yo
de compartir sus obras.

“Fue fascinante conocer a personas del Perú,
de Argentina, de Mexico. Y me entusiasmé
tanto que una noche, lo recuerdo como hoy,
se me ocurrió preparar una revista
para todo ese grupo de escritores que se
comunicaban conmigo; para esa gente
que me envíaba sus poesías a través
del correo electrónico.

“Mi propósito, a fin de cuentas, era
unir esas voces en un grupo grande para
continuar con este hermoso proceso
de compartir nuestras obras.

“Claro, la cosa no se quedó ahí.
También nos dio la oportunidad de
compartir noticias culturales,
saber que estaba sucediendo en
nuestros respectivos países,
y no tan sólo sobre poesía y cuento.

“Borinquen literario nacio de un
gesto espontáneo. Fue como decir:
“Vamos a unirnos para publicar,
de esa manera podemos depurar
nuestras creaciones y, a la misma
vez, nos vamos motivando a mejorar”.

“Así arrancamos desde Junio del 2000
como boletín semanal. Tengo que reconocer
que al principio tocaba unos temas sociales
que me pudieron hacer ver un poco guerrillera,
pero con el tiempo he ido depurando
el concepto hacia uno cada vez más literario
y cultural.

“Ya con ese norte he publicado
artículos de opinión, noticias culturales
de Sur América y España.
Y, de inmediato, las respuestas
no se hicieron esperar;
fueron muy buenas las respuestas
de Venezuela, Colombia, Argentina
y de España.

“Los boricuas que me comenzaron a apoyar
eran quizás los que se habían encontrado con lo
mismo que yo: que nuestro mundo literario era
muy académico y, en esos espacios
o uno no se atreve compatir su obra o
te subestiman.

“Definitivamente había que salir
de la academia
porque la literatura trasciende
ese espacio. La literatura es
vida. Es lo que vemos, lo que
compartimos con los amigos.
Y eso es lo que leemos en un
café, lo que leemos en la calle,
o lo que vemos en propuestas como
las del cine independiente.

En estos momentos Borinquen Literario
cuenta con un promedio de
520 subscriptores, también tengo
una lista de personas que no
están suscritas pero que la
reciben regularmente.
Y como si fuera poco, contamos
con unos 30 colaboradores.

“Me siento particularmente satisfecha
con los volúmenes dedicados a la
Nueva poesía puertorriqueña y
a la Nueva cuentística puertorriqueña,
en el 2004. Con esas ediciones el portal
inició una nueva etapa.

“Borinquen literario publica también
comunicados. Si alguien tiene
una presentación, una noche de
poesía, por ejemplo, se coloca,
y lo lindo es que la gente
envía cartas de apoyo al evento.
Los comunicados de actividades
culturales no se limitan únicamente
a lo que ocurre aquí, en Puerto
Rico; publico también los comunicados
que me envían de otros países,
para proveerles la información a
la gente de esos lugares que
nos reciben.

“En cierta forma, esto hace
que Borinquen Literario sea como
un periódico; de momento lo lees y ya,
Pienso que el portal tiene ese mismo
tipo de permanencia.

“Mi meta dentro de unos años es
hacer una antología de los volúmenes,
en formato tradicional, es decir, en un libro.
Escogería los más representativo,
porque como editora siempre busco
ese criterio de calidad.

“Esa publicación sería una forma de celebrar
nuestra presencia en Puerto Rico
y en el mundo.

“Sí, y el mundo, porque podemos decir que a
través del internet, nosotros, hemos estado
bien abiertos y expuestos al mundo,
como ninguna otra generación.”





Carlos Esteban Cana ( Bayamón, Puerto Rico 1971) Escritor, comunicador y coordinador editorial. Fundador de la revista y colectivo Taller Literario. Sus cuentos y poesías han sido publicados en revistas como El Sótano 00931, Borinquen Literario, Cultura y Cundiamor, entre otras. Algunos de sus ensayos y reflexiones sobre la cultura editorial puertorriqueña han llegado al lector a través de periódicos como El Nuevo Día y el mensuario Diálogo. Tiene varios libros inéditos: Novo vía crucis (poesía), Versos apócrifos para la innombrable (poesía) y Fragmentos del mosaico humano vol. 1, vol. 2 y vol. 3 (cuentos).

martes, noviembre 08, 2005

La Llamarada


La llamarada
boceto a dos tiempos
a la memoria Enrique Laguerre

¡Lee, lee! Una gota de sudor copula un moco sangriento sobre las bembas de Toño, que se mira sus manos, mira la hacienda: calor y muerte, bueyes y caña. No piensa, corre. Fucking lazy portorricans, desde el balcón de la hacienda una cerveza fría bautizaba los finos labios de William, que mira al negro caerse y espetarse el filo del machete en el pecho. ¡Fuego, fuego! Los piojos no discriminan cuando hace calor. La sangre mana hasta del cuerpo más miserable. Toño llora un vómito de sangre, mientras una viga del techo de la hacienda cae perforando desde la clavícula hasta el cóccix de William. Ambos pudieron comprender el fin de la zafra.

¡Corre, corre! Bill suda frente a una barra entre la avenida Ponce de León, esquina calle Berga, su salada excreción baja por su espalda chichando con el orín reseco de su entrepierna. Se mira las manos, el sol quema, la brea quema, la colilla quema, perros y hambre. La caña tarda en crecer lo mismo que su tecata vida en gastar el premio millonario de la loto. Puñetero gringo vago, desde la entrada del café Los Pinos el humo del cigarrillo baila una bachata frente a Antonio, que mira al cano Bill cruzando la avenida mientras pasa la AMA. ¡Sangra, sangra! Otro escritor sin historias se reinventa en la cuneta. La sangre huye hasta del más ingenuo. Los huesos de Bill crujieron bajo las gomas de la guagua, mientras una navaja afilada penetra suavemente una y otra vez desde el pecho hasta los genitales de Antonio. La página de un libro cayó desde el tren urbano y una llamarada no hace primavera cuando la historia se repite. Esta vez, ambos se quedaron sin comprender.

Ana María Fuster Lavín

jueves, noviembre 03, 2005

Oferta sin combo

Oferta sin combo


Un chicken burguer transgenérico deseado a través de las vitrinas desaladas en Mistolín, una máquina indefinida arrancó las plumas al pollo y a mi. Diez pesos pa´ la cura, jeringuilla sin papas fritas ni refresco, pero el pollo murió empanado y yo volando…


Ana María Fuster

martes, noviembre 01, 2005

Ernest Hemingway


Hemingway: vida, pasiones y muerte entre libros, guerras y periódicos.


“Nadie es una isla completo en si mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la tierra; (…); la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.”
John Donne, poeta inglés (1572-1631)


Un hombre con barbas blancas se toma un vino en la esquina más solitaria del bar, el humo del cigarro es el camuflaje de mil historias vividas, escritas, soñadas, que me seducen y quiero penetrar en su isla; habitar un pedazo de su continente. No pretendo molestarlo.
Podría ser aquel hombre el espíritu de un gran escritor o un periodista aventurero. Una nube apalabrada en el tiempo… Desde safaris africanos hasta La Habana, París, la Guerra Civil española y los encierros de San Fermín, o desde la vida como corresponsal de guerra, periodista de sangre y palabras, escritor de novelas tan exitosas como El viejo y el mar (premio Pullitzer,1953), Adiós a las armas (1929), Hombres sin mujeres (1927), Cuando nazca el sol (1926) o Por quién doblan las campanas (1940), hasta el premio Nobel de Literatura en 1954. Trato hablarle silente a ese hombre, de ver a través de sus ojos, quizás piensa en sus aventuras pasadas, los toros, las guerras, las bohemias literarias, o su paranoia y el suicidio; Ernest Hemingway voltea su rostro y me hace una señal de silencio: “se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”.
Tres guerras, tres hijos, cuatro matrimonios y una pasión por vivir y testimoniar, un hombre que optó por aprender de la propia vida antes que ir a la universidad. Ernest Hemingway (1899-1961) es considerado uno de los escritores norteamericanos más emblemáticos de la llamada “generación perdida” entre las dos Guerras Mundiales, junto a Francis Scott Fitzgerald, William Faulkner, John Steinbeck, con quienes compartió, junto a Ezra Pound y Gertrude Stein, también Pablo Picasso y Henry Matisse. Unidos en el Paris de los años veinte entre bohemias, disputas y pasiones, desde las que aprendió a enfocar aún más su vocación literaria, de aquí nació su libro Paris era una fiesta, publicado póstumamente en 1964. En realidad siempre odió los círculos literarios, aún más a los críticos literarios, opinando que ninguno de estos le había enseñado nada.
¿Por quién doblarán las campanas? Así como la pesadilla de algunos puede se el sueño de otros, Hemingway no quiso quedarse como un simple reportero, la vida era una divina aventura y trató de retratarla de esta manera en sus trabajos periodísticos y, aún más allá, en sus cuentos y novelas. No exageramos al citar a al cubano Norberto Fuentes en el prólogo de su libro Un corresponsal llamado Hemingway (La Habana, Ed. Arte y Literatura, 1984) cuando expresa “una compañía norteamericana de seguros de vida informó en el año 1968 que el periodismo era el oficio más peligroso del mundo. Esto fue recibido como un agravio por personas ajenas al oficio. (…) Pero lo que se ofrecía era el resultado de una encuesta rigurosa. Las estadísticas decían eso. Un vocero de la compañía precisó es que esos tipos --los periodistas—están en todas partes.” Ese es el carácter arriesgado de Hemingway, que huye de su casa a los quince años, aunque regresa poco después para seguir estudiando, y practicar el fútbol y boxeo, deporte que le provocó, además de una fractura en la nariz, la pérdida de la agudeza visual en un ojo.
Kansas City Star, Toronto Star, Transatlatic Review y otros periódicos y revistas norteamericanos y europeos contaron con sus reportajes desde el lugar de la acción. A pesar de ese problema de visión le impidió enlistarse para la Primera Guerra Mundial, aún antes de Estados Unidos aliarse, por lo cual se unió como voluntario al servicio de ambulancias de la Cruz Roja italiana, resultando herido en una pierna, pero esa experiencia nutrió una de sus más importantes novelas, Adiós a las armas.
Un escritorio tranquilo, no era el lugar paradisíaco para el joven Hemingway, prefirió ser corresponsal de guerra en los posteriores conflictos bélicos europeos. Así como grandes escritores hispanoamericanos como César Vallejo, participó en el bando republicano en la Guerra Civil española, en la cuál se basa Por quién doblan las campanas.
Sigo observando al viejo del cigarro humeante y boina de cuadros en la esquina, de cuerpo grande, debió se muy atractivo en sus años de juventud, por las cicatrices, pleno de experiencias y pasiones; desvío la vista para no incomodarlo y retomo la lectura. Sobre Hemingway, Gabriel García Márquez comentó que era “un hombre azorado por la incertidumbre y la brevedad de la vida, que nunca tuvo más que un invitado en su mesa, y que logró descifrar como pocos en la historia humana los misterios prácticos del oficio más solitario del mundo”. Esto es refiriéndose al periodismo, pero si le añadimos la ocupación de escritor, sería doblemente solitario; paradoja en un hombre que celebró la vida desde su cenit y sumergido en tórridos romances, pero sí, es cierto, el mundo de los silencios es fundamental para la creación literaria. El autor de El verano peligroso (1960) lo sabía y era infalible en eso de no permitir testigos en sus manuscritos hasta que la obra no quedara culminada, llegó hasta corregir 39 veces Adiós a las armas antes de publicarla.
“Trabajo todas las mañanas tan pronto sale el sol. No hay nadie que moleste y está fresco y frío, uno entra en calor en la medida que escribe. Se escribe hasta que se llega a un lugar donde a uno todavía le queda jugo y donde sabe lo que va a suceder a continuación, entonces uno se detiene y trata de seguir viviendo hasta el día siguiente cuando vuelve a poner manos en la obra. Cuando uno se siente vacío y al mismo tiempo nunca totalmente vacío, es como un estar llenándose, cuando se ha hecho el amor con alguien a quien se ama: nada puede afectarlo a uno, nada puede suceder, nada significa nada hasta el día siguiente.”…Le contestó Hemingway en una entrevista que le realizase George Plimpton en 1954, para su libro Hablan los escritores.
En esa misma ocasión le preguntaron si era necesaria la estabilidad emocional para escribir. Trato de contestarme esa pregunta, miro las sillas vacías alrededor de mi mesa y pienso en esos momentos de desesperación en los que uno escribe; luego relees el desastre. Sin embargo, una persona que ha estado inmersa en tantas situaciones límite, bombardeos, toros (escribió sobre los grandes toreros Antonio Ordónez y Luis Miguel Dominguín), cacerías, pesca… ¿Qué contestaría? El autor del famoso cuento Las nieves del Kilimanjaro responde “uno puede escribir bien en cualquier momento mientras la gente no interrumpa y se quede quieta. Pero cuando mejor se escribe, indudablemente es cuando se está enamorado”.
Entre amores esposas, escritoras y actrices, viajes, África, Cuba, París, España, la artillería de la Primera y Segunda Guerra Mundial, de la Guerra Civil Española, de la peligrosidad de los encierros de San Fermín y las corridas de toros, representa una plenitud vital impresionante. Increíble de un hombre --como el autor de A través del río y entre árboles (dedicada a un amor otoñal a los 19 años, platónico, con una bella joven italiana)-- que haya expresado “quédate siempre detrás del hombre que dispara y delante del hombre que está cagando. Así estás salvo de las balas y de la mierda”. Quizás ahí fue cuando descubrió que las campanas doblaban por él.
Suenan las campanas la madrugada del 2 de julio de 1961 se levantó muy cauteloso, sin despertar a nadie, sin sospechas, fueron sus cómplices los silencios de los primeros rayos del sol, tomó una escopeta de cacería Boss –de dos cañones—la cargó con varios cartuchos, se apoyó contra una de las pareces y apretó los dos gatillos, su rostro desfigurado y la sangre en las paredes fue su última escena. Las sombras dicen que sonreía aliviado ante los fantasmas de la depresión, el cáncer, la gangrena de su pierna o el alcoholismo, o ante la noticia final o la novela inconclusa.
La mesa al final de la barra, ahora está vacía, quizás nunca hubo nadie mientras escribía, quizás lo interrumpieron y me disminuyo ante su muerte o me multiplico ante la palabra. Me siento sola, pero no quiero que me interrumpan, sólo concentrarme en ese poema de John Donne. Aún así, sigo pensando en aquel hombre misterioso de barbas blancas que me recuerda la vida, pasiones y muerte entre libros y noticias de algún gran escritor perdido en la apatía de nuestro mundo, aún lleno de guerras y canibalismo social.

Ana María Fuster Lavín
Comentarios a: amfuster@prtc.net

martes, octubre 25, 2005

Réquiem por nosotros

Réquiem por nosotros

Tenemos miedo a volar;
tenemos miedo hasta de sentir los latidos del alma;
siquiera buscamos esa pasión del sexo más ingenuo,
ni pretendemos, acaso, el calor de la piel clandestina
después de una tarde de trabajo y apatía,
después de par de tragos y estar agotados de hormonas,
y hasta nos ninguneamos en las catacumbas de la ciudad.

Tenemos miedo a seducir lo desconocido
tenemos miedo a besar otro sueño en la noche.
Vivimos en el laberinto de una familia sin destino
sin apellidos ni seguro social.

Tenemos miedo a la lluvia,
pero sigue lloviendo.
Llovemos tantas muertes anónimas.
Llovemos sudores sobre un cuerpo desnudo,
que nos llama, nos canta, nos invoca
en el réquiem de los miedos perversos.
Y la noche es eterna,
la noche nos pervierte,
la noche nos condena,
ahora somos espíritus vagabundos,
en un pueblo que echó la dignidad en el sarcófago de una isla.

Tenemos miedo a vivir.
Nuestros pies descalzos descubrieron el arte de morir,
nunca nos preocupó morir,
tampoco amar, o repetirnos, sentirnos y abandonarnos
pudimos renacer, quizás, autoparidos en el caos,
quizás, nos convertirmos en poemas
escritos para un funeral vestido de alas.

Tenemos miedo a ser,
tenemos miedo a desnudarnos y acariciarnos.
Tienes miedo a escuchar
que yo soy verso, escúchame.
Mi voz está hambrienta,
soy el ángel de la muerte
mis dedos son dagas apalabras desgarando historias,
mi palabra es sangre para beber la tuya,
la sangre es vida,
la sangre es el principio y el fin
tu sangre, mi sangre
la de un pueblo que escribió su epitafio en la nada.

Ana María Fuster Lavín

Réquiem-
novela cuentada
de Ana María Fuster
se encuentra a la venta en las librerías de Puerto Rico
y a través de http://www.islanegra.com

miércoles, octubre 19, 2005

Noticias de Réquiem en Letralia, revista cultural venezolana



Réquiem. Tal es el título del nuevo libro de la escritora y editora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín, publicado por Isla Negra Editores. Réquiem es una colección de historias que se hilvanan a la manera de una novela, y en las cuales la muerte y el lado oscuro de los personajes adquieren un mayor relieve. El libro será presentado en octubre y noviembre en distintos recintos universitarios, y se planea una presentación con performance a principios de diciembre. Además Fuster Lavín viajará en abril de 2006 a España y Portugal para presentar este libro conjuntamente con su poemario El libro de las sombras, que será publicado en enero del año próximo. Fuster Lavín recibió en 2003 el premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña por su primer libro de cuentos, Verdades caprichosas.
www.letralia.com

Réquiem

se presentará el viernes 9 de diciembre de 2005

a las 7:00 pm en el Ateneo de Puerto Rico, San Juan

martes, octubre 18, 2005

Amor en las alturas


Amor en las alturas


Margarita extendió sus brazos a los cielos, su amado la observaba desde lo alto de la grúa. La construcción llegaba a su fin y todavía no había tenido contacto físico con él. Ella pasaba, él tocaba la sirena y se saludaban con las manos. Un día ella se armó de valor y le preguntó su nombre al capataz, Ángel. Es mi ángel de las alturas, se dijo antes de entrar a su trabajo como secretaria del dentista frente a la construcción. No era religiosa, pero oró esa noche por conocerlo. Llevaba tantos años sin enamorarse, que no recordaba cómo era besar en los labios, aún menos sentir esa humedad divina entre los muslos.
Al día siguiente compró un ramo de margaritas y le puso una tarjeta con su teléfono y dirección. Llegó a su destino, pero la construcción había concluido. Su ángel no volvería. Gritó en medio de la avenida con tanta fuerza que todos los carros frenaron. Arrojó allí mismo las flores y se fue llorando a la oficina, ese día no habló con nadie. Pedía a Dios, a los ángeles, a las divinidades de la naturaleza que le explicaran por qué tenía que estar sola, que daría hasta su vida por una noche de pasión con aquel hombre, al menos se sentiría viva par de horas.
Esa tarde antes de ir a su casa paró en una barra y se tomó par de tragos, sentía su cuerpo deshidratado, vacío de sensaciones. Si al menos me atreviera a tirarme a un desconocido y recordar el sexo, pal carajo el amor. Margarita se dio cuenta de que un hombre no paraba de mirarla y sonreír. Ella asintió con la cabeza y él se acercó. Eres tú, soy yo, no digas nada, pide un deseo, dijo él. Cielos, es él daría mi vida por una noche de pasión con mi ángel de las alturas, pensó ella. Está hecho y le besó la mano.


Ana María Fuster
de
Bocetos de una ciudad silente
(inédito)

lunes, octubre 03, 2005

Para leer-Primera Hora

Para leer
PRIMERA HORA > ASI
sábado, 1 de octubre de 2005

"Réquiem"
Ana María Fuster Lavín
Isla Negra Editores
91 páginas
La escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín reaparece en el escenario literario nacional con un nuevo libro de cuentos, "Réquiem", género en el cual realizó su debut editorial hace tres años con "Verdades caprichosas", que recibió una calurosa recepción a raíz de su lanzamiento en 2002, al punto de que al año siguiente logra el reconocimiento del Instituto de Literatura Puertorriqueña.

Esta autora sanjuanera de 38 años, cuyo nombre ha recorrido ya escenarios internacionales asido a su intensa poesía urbana, aterriza nuevamente en la cuentística con el aplauso de la narradora Marta Aponte Alsina, que describe como "apasionante" este libro, que "puede leerse como una colección de cuentos o como adelantos escogidos de una novela en ciernes".

"Réquiem" contiene doce relatos en los cuales se expresa "una visión sombría del canibalismo como forma de vida, sirviéndose de los trucos sensacionalistas del thriller y el gore, sin olvidar la forma de toda tradición literaria sobre linajes desgraciados, desde los trágicos griegos hasta Faulkner y Poe", a decir de Aponte Alsina."Réquiem", que ya se encuentra en las librerías, tendrá su lanzamiento formal próximamente, anunció el director de Isla Negra Editores, Carlos Roberto Gómez.

por Nelson del Castillo

viernes, septiembre 30, 2005

Para Filiberto Ojeda// por Maribel R. Ortiz


POR FILIBERTO

Hoy decidí quedarme en casa. Ha sido una semana dolorosa, un dolor a calvario, a carne quemada, a rabia, mucha, a jodido colonialismo, a impotencia, a limbo, a ser un títere maniatado a una ciudadanía siniestra, perversa, ruin, canallesca… Hoy decidí llorar. Después de tres días con un taco en la garganta, con la cabeza mareada de preguntas sin respuestas, con ideas revoloteando como moscas, si hubiera hecho esto o lo otro, o aquello el comandante; porque no me resigno coño a haberlo tenido tan cerca y a la vez tan lejos porque vivo en Hormigueros y a diez minutos de su casa. Porque esa tarde me comí las uñas y me apuré de un solo trago, largo y amargo, mi llanto. Porque esa noche los chacales carroñeros, ocultos tras la negrura asesina de su venganza, violentaron la apacible cotidianidad de un matrimonio santo. Porque ver tu sangre regada revolcó el hormiguero. Porque los chicos de la escuela te pintaban con palabras torpes pero excitadas tu nombre en papel de libreta, la euforia de los machetes volaba en color rojo sobre sus caras, muy jóvenes para saber de ti, pero te habían descubierto y no te iban a soltar. Yo los dejé hablar hasta la hartura, la clase, fuiste tú. Te convertiste en su superhéroe. Porque tenías que morirte de viejo, recostadito allí entre tus libros, con las manos olorosas a recao y a fusil y que Beatriz te encontrara, sonriendo. Porque si el montón de gente que se indignó por tu asesinato se indignara de ser cosa, objeto, amuleto exótico, commonhell infestado de moles y piñas coladas en la cara lavadita de la ínsula… Por ti Filiberto, Filigrana, Filibustero, hoy el machete está amolao y aguarda. Al carajo las palomas y las banderas blancas, porque hacía años que había muerto y me has revivido. Cuenta conmigo camarada.
¡VIVA PUERTO RICO LIBRE! ¡VIVAN LOS MACHETEROS!
Maribel R. Ortiz
http://www.geocities.com/vetala33/vetala.html
http://vetala.blogspot.com

martes, septiembre 27, 2005

Nació Réquiem y a la venta!!!!!



Comunicado de prensa

(San Juan, Puerto Rico)-Isla Negra Editores anuncia la salida al mercado de Réquiem, nueva entrega narrativa de la escritora y editora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín.

Reconocida por su ardua labor como promotora cultural, Fuster Lavín, quien ha sido galardonada por el Instituto de Literatura Puertorriqueña en el 2003 por su primer libro de cuentos Verdades Caprichosas, en esta ocasión presenta unas historias en las que la muerte y el lado oscuro de los personajes adquieren un mayor relieve.
Réquiem es una colección de cuentos, a modo de entregas de una novela, narra la historia de una familia maldita.
El texto viene acompañado de una reflexión que escribe Marta Aponte Alsina, prestigiosa editora y escritora puertorriqueña. Sobre Réquiem Aponte Alsina señala:
“…Réquiem expresa una visión sombría del canibalismo como forma de vida, sirviéndose de los trucos sensacionalistas del “thriller” y el “gore”, sin olvidar toda una tradición literaria sobre linajes desgraciados, desde los trágicos griegos hasta Faulkner y Poe.
“…Ana María Fuster es, incurablemente, escritora.”, concluye Aponte Alsina.

Isla Negra Editores ha preparado un programa de presentaciones durante los meses de octubre y noviembre en disdintos recintos universitarios y una presentación con perfomance a principios de diciembre. Además Fuster Lavín viajará a España y Portugal en abril de 2006 donde presentará este Réquiem y su próximo poemario El libro de las sombras en ciudades como Madrid, Salamanca, Sevilla y Huelva, entre otras.
Para enero de 2006 publicará su poemario El libro de las sombras (Isla Negra editores)

Para información sobre presentaciónes y cómo adquirir el libro puede comunicarse con
crgomez@adelphia.net
amfuster@prtc.net
http://www.islanegra.com

Por CEC

martes, septiembre 20, 2005

Cine de amor, de locura y de muerte

Cine de amor, de locura y de muerte
Visitando el club de vídeo


Cuatro películas, cuatro historias, cuatro viajes al mundo interior humano. De los horrores del alma humana a la poesía pura, pero desgarradora; del mundo de los sueños y las apariencias a la más pura realidad; de sicópatas a seres dulces e ingenuos; seres vivos o muertos, no saben que están muertos y hasta morir con dignidad. No es un trabalenguas ni un acertijo, son los ambientes y diversas sensaciones a las que nos transporta el joven cineasta español Alejandro Amenábar (1972), quien produce, dirige, escribe los guiones y hasta la música de sus propias películas. Y es que este director de origen chileno moldea a sus actores como artesano de almas, resultando que vivimos sus sensaciones a través de sus miradas (sean los ojos de Eduardo Noriega, Fele Martínez, Ana Torrent, Nicole Kidman o Javier Bardem). Otro aspecto sorprendente de su cine son los ambientes tan bien logrados que te seducen y puedes vivir en ellos junto con los personajes: una universidad, cualquier calle madrileña, una habitación con ventana a la libertad o un viejo caserón victoriano. ¡Atrévete a dejarte llevar! Así que no te quedes en tu casa viendo la absurda y reciclada programación televisiva sea local (salvando algunas producciones de TuTv) o peor aún de cable TV, busca nuevas alternativas, lee un buen libro, o simplemente para en un vídeo club y alquila una película de calidad, así podrás experimentar nuevos retos.

Tesis.(1996) Un thriller de lujo: estudiantes desaparecidas, un profesor muere frente a los horrores de algo que ha visto en la pantalla, pistas por descubrir, persecuciones... Aquí nos encontramos ante el misterio, la sangre, intriga y suspenso de lo mejor, cuando una joven universitaria (Ángela-Ana Torrent) investiga para su tesis la veracidad del cine snuff (vídeos donde las muertes y violaciones son auténticas, es decir la máxima manifestación del terror en imágenes), sumergiéndose en su propio morbo hacia los horrores del alma humana (donde nadie es lo que aparenta ser como el atractivo Bosco-Eduardo Noriega adorablemente peligroso o Chema-Fele Martínez alternativo y enigmático), que la llevan a ser víctima o protagonista de su propia búsqueda. Sin embargo, la increíble fuerza de esta película no radica en visuales enfermizos –a los que hubiera sucumbido a la tentación algún cineasta norteamericano de B-movies--, sino en los diálogos, la intriga y las actuaciones de sus tres jóvenes protagonistas (Noriega, Martínez y Torrent) que nos llevan de la mano a su necesario, pero inesperado desenlace, al lado oscuro del corazón humano. No apto para los amantes del cine light y telenoveleros.


Abre los ojos. (1997) “¿La verdad? Puede que no la soportaras…”, nos dice un locutor de televisión en este filme. Otra vez el dúo dinámico de Eduardo Noriega (César) y Fele Martínez (Pelayo) realizan magistrales interpretaciones. César –un típico yuppie- guapo, guapísimo, y por supuesto hedonista, ha tenido un terrible accidente de automóvil con su psicópata ex amante (Nuria), ella ha muerto y él queda terriblemente desfigurado (como si su rostro fuera el cuadro de Dorian Gray); ahora está en una cárcel forense o psiquiátrico penitenciario contándole a su doctor cómo llegó a ese estado, ¿a cuál estado? Y es que cuando el sueño, la realidad y los mayores temores se juntan podemos perder de perspectiva en cuál de los tres puntos estamos localizados. Comenta Amenábar: “En esta película se habla mucho sobre las apariencias, sobre lo que creemos real y no lo es.” Abre los ojos logra unir los elementos del drama, la ciencia ficción y el suspenso en un guión que mantiene al espectador en tensión extrema hasta su desenlace llevándonos de la mano del protagonista César por su laberinto de vida, mientras el despertador le --o nos advierte-- “abre los ojos…”. Actúa también en esta película Penélope Cruz, mucho mejor que en el desacertado remaking norteamericano de esta película bajo el título de Vanilla Sky. No apto para quienes gustan del cine facilón (porque en la vida no siempre dos más dos son cuatro)..

The others/Los otros. (2001) ¿De un director español, en inglés, con Nicole Kidman de protagonista y Tom Cruise de productor ejecutivo? Y también queremos jugar a hacer cine hollywoodense… ¡Pero de calidad! La dosis de talento, originalidad y creatividad de Amenábar logra crear una película que según el Hollywood Reporter es “una de las mejores películas de fantasmas de los últimos años”. Sí, leyeron bien, fantasmas. Desarrollada luego de terminar la Segunda guerra mundial, el marido de Grace-Kidman no ha vuelto, también ha desaparecido la servidumbre, y ella se dedica a educar a sus hijos bajo estrictas normas religiosas. Sus hijos sufren una extraña “enfermedad” que no les permite recibir la luz solar. ¿Pero quienes son “los otros”? Ahí se encierra el gran misterio de esta producción donde la casa donde se desarrolla la acción es casi tan protagonista como sus inquilinos: una mujer viuda y sus dos hijos, tres nuevos sirvientes que llegan con la llave del terrible secreto, un asesinato y “una familia de invasores ocupa el hogar”. Apta para los amantes del cine de Hitchcock.

Mar adentro. (2004) “Mar adentro,/mar adentro/…/ y en una metamorfosis / mi cuerpo ya no es mi cuerpo, / es como penetrar al centro del universo…” del poema Mar adentro de Ramón Sampedro, título que nombra este maravilloso film, protagonizado magistralmente por Javier Bardem. Un hombre lleno de vitalidad y sonriente lucha por morir con dignidad. ¿Suena irónico? Ramón Sampedro nos explica que “cuando no puedes escapar, aprendes a llorar riendo”. Afortunadamente Amenábar huyó de la tentación de realizar un facilón melodrama de mal gusto de esos a los que nos tienen acostumbrados, tipo PG-13, para vender y llorar. Esta producción lúdica y humana --sobre un marinero y poeta gallego que sufre un accidente en la playa y queda tetraplégico-- nos plantea el tema de la eutanasia, y de las actitudes humanas ante la vida, el amor, la poesía y la solidaridad familiar. Y con “Pero me despierto siempre/y quiero estar muerto,/para seguir con mi boca/ enredada en tus cabellos”, nos abandona en su mar adentro, su “más adentro” Sampedro-Bardem y nos quedamos enredados en una película que es una vida, que sin afán de mensajes o moralejas es, simplemente es. Recomendada para quienes aman la calidad, la vida y la libertad de pensamiento.

En fin estas cuatro películas componen un cine de calidad para todos los públicos, donde sus personajes nos cautivan y nos secuestran hacia sus micromundos, hacia sus sensaciones, sin juzgar ni ser juzgados, a reír y a llorar, sin ataduras. Sólo tienes que atreverte a experimentar calidad (como las películas de los directores Amenábar, Almodóvar –Todo sobre mi madre, La mala educación--, Aristaraín –Un lugar en el mundo--, Subiela –El lado oscuro del corazón--, entre otros) y a liberar los prejuicios impuestos del mercadeo cinematográfico consumista. No te dejes engañar por la publicidad, se trata todo de calidad vs. moda, el cine va más allá de las fórmulas prefabricadas. El cine es entretenimiento, pero también arte, uniendo estos dos conceptos es que se realizan las obras maestras, porque en realidad, como diría papá Morrison: “el cuento no es el cuento, sino quien lo cuenta”.

Ana María Fuster Lavín

jueves, septiembre 01, 2005

Elegías


Elegías

I. Como si la vida fuera suficiente
plantearse otras risas, otros llantos
volar hacia otra muerte
aún así regresar al origen
soñando con el destino de otra piel
naciendo de los propios deseos
sin arrepentirse
sin cadenas
sin perdones ni agradecimientos
sólo seres anónimos, descarados,
pero vivos
Como si la muerte no fuera suficiente.

II. Como si nacer fuera necesario
copular otros cuerpos sin memoria
navegar hacia otra vida
aún así tener derecho a soñar
penetrando en mi húmeda guarida de estrellas
deseando sentir el nirvana de otra pasión letrada
sin flagelarse
sin condenas
sin mentiras ni miradas
sólo seres clandestinos, degenerados
pero reales,
Cómo si vivir no fuera necesario.

Ana María Fuster

lunes, agosto 29, 2005

Réquiem por una palabra


Réquiem por una palabra




...Acepto otras muertes:
la muerte peregrina
la muerte sangre, éter, vida
la muerte viene, previene, reviene y se viene,
la muerte me seduce, la beso, me acaricia, nos amamos…
y nos reinventamos hasta la muerte.

Estaba terminando de escribir la última estrofa de mi poema Nocturno para una sombra, sentía mis palabras desangrándose poco a poco, quedando sin letras, y me faltaba el aire, una muerte más después de un parto apalabrado. Quizás es la razón por la que siempre retraso el final de mis escritos como si sospechara de algo temible por acontecer. Como si al concluir cada cuento, cada poema, muriera una y otra vez desprovista de otra historia o de un verso. ¿Será que los escritores venimos al mundo con una cantidad determinada de historias o de poesía? ¿Son estas las páginas de ese calendario individual? Así la muerte es una de mis mayores y fieles acompañantes, a quien le dedico gran parte de mis escritos, de mis pesadillas y hasta de mis sueños.
Somos tantos los fieles amantes de la muerte… Hay amantes tiernos, amantes obsesivos y hasta perversos, amantes platónicos, amantes intelectuales. Somos tantos quienes nos dejamos seducir por Thánatos --hijo de Nix (la Noche) y hermano gemelo del Sueño-- siempre acompañado de una mariposa como símbolo de la vida futura. ¿Representará esta criatura alada la palabra, que nos bendice y nos hace eternos? Quizás ese es el misterio anhelado por tantos escritores que vivimos fascinados de su esencia.
Una esencia que aparece y desaparece en las noches, en los silencios y provoca la creación de nuevas realidades y sensaciones. Personajes insospechados, sombras de la noche, se le aparecen a los escritores, pintores, músicos para rendirle tributo a ese trance del sueño eterno.
Notas suaves, notas fuertes, notas sublimes que señalan el final de una vida forman parte del repertorio musical de muchos de los grandes compositores. Es un réquiem, una misa de difuntos. Ante el llamado a la música para los muertos han sido cautivados genios de todas las épocas y géneros, por citar los Réquiem de Gabriel Fauré, de Giuseppe Verdi, de Johannes Brahms y, por supuesto, Wolfang Amadeus Mozart. Sean por encargo, miedo o conceptos religiosos, estas misas para los difuntos son un verdadero banquete sensorial. Y es que esta música para quienes llegan a los brazos de la muerte no es necesariamente triste o lúgubre. Tal como la maravillosa instrumentación de cuerda y viento del Réquiem del maestro austriaco(Mozart) cargado de una solemne pero calmada tristeza, de quien no siente miedo a la muerte, sino transmitirnos la esperanza en un mundo mejor. Después de todo Thánatos nos trae bellas sorpresas a pesar de todas las contrariedades que sufrimos.
¿Vivir o morir? “Yo, igual que algunos jueces, y la mayoría de las personas que aman la vida y la libertad, pienso que vivir es un derecho, pero no una obligación”. (del Testamento de Ramón Sampedro.) La vida no es fácil, nadie nos dijo que tenía que serlo, pero es que morir tampoco es fácil. La ley no nos permite morir cuando nos venga en gana, entonces muchos hacemos magia con la palabra para crear tantas muertes como la imaginación permita. ¿Suena descabellado?
¿Y si cada persona tuviese una necesidad consciente de morir? ¿Y si una de las metas de la vida fuera la muerte? Esas interrogantes navegaron en los escritos del propio Sigmund Freud. El psiquiatra austriaco planteó la posibilidad de que la muerte se plantee en la psiquis, como la liberación de los conflictos que trastornan nuestros pensamientos. Demasiado racional quizás para los artistas y soñadores, pero sucede que vivimos la muerte de muchas etapas de la vida, y morir puede ser la posibilidad de volver a nacer, o de alcanzar un estado de paz ansiada.
Volvamos a la palabra. Los escritores necesitamos muertes trágicas, terribles, sangrientas, o dulces, pacíficas, liberadoras. Desde una epidemia sin precedentes que extermina más del 70% de la población estadounidense (The Stand, Stephen King) hasta las historias de muertes románticas, llenas del néctar flemático y sangriento tuberculoso de tantas muertes románticas, el encuentro con Thánatos tanto de los personajes como de los propios autores. Así todas las formas del sueño eterno pueden ser insospechadas o como la “Crónica de una muerte anunciada”, sucede que una sombra oscura nos persigue de escrito en escrito.
“La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación de ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro.” (fragmento, El hombre muerto de Cuentos de amor, de locura y de muerte.)
Así entre muchos adictos a la palabra, Horacio Quiroga, perseguido tanto en sangre como en tinta por el espectro mortuorio, vivió rodeado del espectro de la fatalidad. Entre cada suspiro de adversidad –suicidios de su padre, su esposa, dos de sus hijos, hasta mató por accidente a un buen amigo, finalmente enfermo de cáncer, Quiroga se suicida-- y cada palabra de creación pudo crear historias y técnicas de redacción creativa que nos impactan, obras que lo ungen de eternidad más allá de la muerte.
Y es que no hay literatura al margen de la muerte. “La muerte es un espejo que refleja las vanas gesticulaciones de la vida. […] Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida…”.
Estas palabras de Octavio Paz golpean el espejo de un escritor inédito, que envía un correo electrónico a todos sus amigos, para que su palabra no muera en un archivo de su computadora, o en una libreta en una gaveta cualquiera o en el baúl del carro de la novia que lo dejó, y no sabe si suicidarse, beber hasta quedar dormido, o tan sólo escribir para redimirse.

Aún así quiero soñarte,
quizás morirte o parirte entre mis sábanas
como una sombra desvanecida en el nocturno de un poema
y seguir mi camino entre miradas, sombras y palabras.

Terminé de escribir mi poema, y mi ensayo, llegó el final. Deshidratada de letras continúo el camino. Arranco una página más del calendario de mi vida; avanzo al sueño eterno, mirando con cautela a todos lados, no hay nadie sólo los silencios de la noche, las sombras de decenas de historias y poemas terminados. Mientras haya palabra, habrá vida eterna…

Ana María Fuster Lavín

miércoles, agosto 24, 2005

Carta de cumpleaños


Carta de cumpleaños

A mi hijo

Estás durmiendo tranquilo, y tu cara tierna de duende, burbujea energía en mi pecho y manos, un parto apalabrado se apodera de mi nocturnidad, el cuarto ambarino se llena de estrellas y te vuelvo a mirar. Sé que hoy te peleé en el carro, tan sólo porque no parabas de hablar y yo tenía dolor de cabeza, el estrés del trabajo, las presiones de otras personas y qué sé yo que otras necedades más del mundo adulto. Te grité que te calmaras y bajaste triste la cabeza, se te pasó rápido, la vida es una gran fiesta para ti, como debe ser.
Quisiera decirte tantas cosas, ser honesta y que descubras quién es tu mamá, aún así prefiero que vayas haciendo tu propia idea según vas creciendo a mi lado, aún cuando llegue el momento en que pases más tiempo con otras personas a quienes elijas, amigos, parejas, compañeros de estudio, de trabajo. Pensarás que soy una mamá divertida, regañona, cariñosa, seria, que te hacía historias de todo tipo, cuando íbamos en el carro por las mañanas a la escuela para que se te olvidara que tenías dolor de pipa. Al llegar a la guardería siempre me preguntabas quién te iba a buscar, y yo contaba en las tardes los minutos, para verte de nuevo, ver juntos una película de muñequitos y comer arroz con salchichas, jugar con los marcianitos de plásticos, y tú que eres Darth Vader, Spiderman, Batman, y hasta Clifford, y siempre me dices que yo soy la nena, aunque me fastidie el discrimen de roles y te digo que las nenas también somos las protagonistas, y te ríes.
Espero que algún día también te rías de quienes no creen en la igualdad. Sólo pretendo que luches por las cosas en las que creas. Recuerdo el día de las elecciones del 2004 cuando me acompañaste a votar a esa escuela cachendosa gringuita cerca de casa. Te portaste muy adulto, llevabas el bolsillo con tus clásicos marcianitos de plástico, me mirabas y sabías que hacíamos algo importante. Cuando terminamos, te paraste en la cancha interior entre las doñitas republicanas y los melones tapaítos, y bailaste moviendo tus nalguitas, Puerto Rico libre, Puerto Rico libre. Fue divertido.
Lo sé, no soy perfecta. Muchas veces me he sentido sin fuerzas, con deseos de mandar todo a la mierda, y sólo esconderme a llorar, porque me equivoco muchas veces, porque te he regañado en ocasiones sólo porque quiero escuchar mi silencio y tú juega que te juega llenas la casa de palabras ensortijadas; porque me he sentido miserable pensando en que no te he podido dar una familia con papá y mamá, porque a veces no tengo los chavos suficientes para darnos par de caprichos y quisiera saber que nunca te va a faltar nada, me desespero porque quisiera a la vez tener tiempo para mí, leer y escribir más, salir al cine, a un concierto o a bohemiar un rato con alguna amistad, vino e intimidad, y me siento egoísta, mi querido duende.
Ayer me dijiste más de diez veces mamá te quiero y me atacaste como una bestia besucona, babeándome la cara. Recordé cómo lloré como una tonta telenovelera, la primera vez que me lo dijiste. Estaba preparándote la bañerita, sudada y triste porque sabía que mi matrimonio con tu papá había terminado, mamá te quiero repetiste y nos bañamos juntos. Mi primer ataque lacrimógeno ocurrió cuando naciste y entre tu llanto felino, me agarraste la nariz reconociéndonos.
Soy honesta, acepto que nunca quise tener hijos, que sé que no es cierto que la misión de una mujer es ser madre, sino sencillamente ser mujer, como tú hombre. No, la maternidad no era una meta en mi vida. Sin embargo, me equivoqué el día del parto no fue mi primera revolución acuífera a cuenta tuya, sino aquel día que salieron las dos rayitas rojas en la prueba casera de embarazo, eran el nerviosismo que te lleva entre la cuerda floja de la alegría y el miedo. Pensé en todas las alternativas y consecuencias, causas y efectos en aquella etapa de mi vida y finalmente decidí contribuir a la explosión demográfica. Fuiste creciendo dentro de mí y yo dentro de mis sueños. Tus pataditas en mi barriga eran esos golpes de vida que te hacen dar cuenta en las maravillas de sentir la otredad parte de uno.
Te miro mientras duermes y reconozco la felicidad que hay en mi vida, y la habitación se llena de luz y mis manos de mil palabras, versos e historias por escribir. Viéndote crecer, aprendo que crecemos los dos, y tú me das el impulso a tomar nuevas riendas en esta misión terrenal. Como te dije, no soy perfecta, tuve tanto miedo cuando nos quedamos solos… Fui necia, y sentí que me moría en la soledad, traté de buscar compañía para salir adelante. Cuando llegue otra persona a compartir totalmente nuestro mundo, será cuando el tiempo sea el adecuado como debe ser. Ahora me doy cuenta de que tú y yo sí somos una enorme familia, estoy llena de ti y tú de mi, nos defendemos y cuidamos mutuamente, yo te protejo y te mimo, tú me das amor y me enseñas a luchar con tan sólo repetir de nuevo mamá te quiero. Soy todos los personajes de Star Wars y tú la princesa, me dijiste ayer,
Hoy tan sólo cumples cuatro años, y te sigo observando mientras duermes, como quizás tú mirarás a tu primer hijo, como me bañarás con tus ojos cuando sea viejita y más achacosa que ahora. Y volveré a llorar al verte convertido en hombre, que seas feliz y responsable con las decisiones que tomes en la vida, siempre te protegeré con ternura y firmeza. Feliz cumpleaños, mi duende. Guardaré esta carta en algún sitio especial para dártela en ese momento, luego de haberte dicho en el éter cuánto te amo.


Tu mamá
AMFL
20 de julio de 2005