lunes, agosto 28, 2006

Desde la ciudad de las sombras 22 : Xavier Valcárcel




Mi sombra y yo

Me detuve sin pensarlo. El día hervía, al asfalto hervía, creo que era la primera vez que me sabía agua, que temía evaporarme. Nunca me había visto así. Estaba dibujado en blanco y negro, sobre la calle, la imagen de mi sombra fotográfica, tuve que detenerme. Miré a mí alrededor conteniendo el cuerpo, aguantando las piernas que hubieran preferido caminar, salir del centro de la intersección, huir de los mareos de los autos. Fue entonces cuando alcé los ojos y lo vi. Un halo solar techaba todo, descendía hasta mí, me encerraba en un círculo cromático perfecto. Debajo mi sombra, con las facciones dibujadas, la ropa puesta, los pliegues de las venas en una escala color gris. Después la risa, mi otro yo moviéndose bajo mis piernas como las manecillas de un reloj cualquiera. Era mi yo contando el tiempo, mi tiempo, me estrujé los ojos, habían pasado tres días desde mi aparte y mis últimas bocanadas de yerba. Imposible. Tocaron bocina. Luz verde. Mi sombra y yo en el medio.

Siempre me pasa, salgo del cuerpo de los hombres y la conciencia me atrofia, me daña, me hago un taco de peros, de miedo, de mierda en la garganta del mundo. Nada. Terminé de bañarme, le di el último beso, estrechamos la flacidez de las manos, nos dijimos adiós. Ya había pasado demasiado tiempo en su cama como para soportar algo más. No todo el tiempo estuvimos haciendo esas cosas. Hablamos. Hablamos un poco. Le conté, por ejemplo, lo del encuentro de esta tarde con mi sombra. Me dijo «ay loco, deja de estar fumando tanto». Ni lo miré. A pesar de todo creo que fue un buen encuentro. «Alguna partida le sacaré a la imagen», le dije. «Quizás pintar un poco, mi primer autorretrato, un nimbo de luz sobre mi cielo, una sombra hiperrealista, mía, rotando el tiempo bajo mis pies.» Le dije también lo de la fuga. «Con el bocinazo la sombra se me fue. Se me escapó. No la volví a ver.»

Llegué a mi casa hace un rato. Amo mis cuatro paredes, este silencio tan mío, este hogar vacío a la espera de unos niños que jamás nacerán. Mierda. De niño uno planifica tan bien la vida, se la sabe completita, se prepara un plan perfecto, se sabe de antemano donde se va a vivir, con quien, cuantos hijos, de qué sexo, los nombres, los perros, el color de las cortinas del baño. Pero uno crece. El cuerpo crece. La piel hace lo que le da la gana. Nunca hay consistencia entre las manecillas del cuerpo y las manecillas de acá, de lo que se piensa. Yo hubiera querido tener mis hijos, Antonio y Sebastián, hubiera querido amanecer junto a una mujer, la misma mujer que recorté una vez en un periódico, a la que le pinté los labios de rojo, de la que nunca supe el nombre propio. Pero no. Amo a los hombres. Abrí la puerta. Mi yo estaba allí.

En una página cerca, acá en el Internet, encontré que los halos solares son fenómenos ópticos. Fue la mejor contestación. Se lo grité desde la sala. Fenómeno óptico. No existes.

Mi sombra era más hombre que yo. Se había adelantado. Se atrevió. Desnudo él, en blanco y negro, haciéndole el amor en carne viva a una hembra. Fenómeno óptico. ¿Me oíste? Y él seguía allí, me ignoraba, detrás de mi puerta, preñando a una mujer multicolor, como soñaba yo, el de verdad, desde chiquito.

Xavier Valcárcel
escritor, fotógrafo puertorriqueño

* Age: 21
* Gender: male
* Astrological Sign: Aquarius
* Zodiac Year: Rat
* Location: Loíza : Puerto Rico

Favorite Books

* Animal tropical
* Trilogía sucia de La Habana (Pedro Juan Gutierrez)
* Buffet para canivales (Pastor de Moya
* Striptís y otros despojos (Javier Bosco)
* Papi (Rita Indiana Hernandez)
* Candido o el optimismo (Voltaire).

Visita el Blog del autor
Tendido Negro
http://tendidonegro.blogspot.com/

viernes, agosto 25, 2006

Intermedio para un desierto entre sombras


Desde el desierto de las sombras

Estoy en el desierto de las sombras:
aquí, la muerte serena tomó un café junto a mi reflejo,
una niña observa, sólo queda la dorada huella de sus pies sin cuerpo
desde su boca de lágrimas navega el mar de los exilios,
y creí soñar con su mirada,
con sus manos al cielo,
tan pequeñas que acurrucaron mis dolores y sonreían mi aliento
quise danzar junto a su recuerdo, pero, como siempre, huye.

Aquí, la noche es una ventana hacia el abismo.
Me asomo y me falta el aire
cuando ese abandono de los silencios duele en el alma
y la venganza es un eclipse de miedos deshabitados
Sigo aquí, aunque la soledad me hace el amor cada mañana...
pero no tengo miedo,
los minutos me aman en las noches.

Mi diario sobrevive de arena y versos ajenos;
son los secretos de nuevas risas, caricias y espejos.
La página llega a su fin,
y pretendo morir bajo el árbol de su nombre de niña perdida
cuando talaron hasta la última primavera de una ciudad sin cuerpos.

Recuperé la voz en el desierto de las sombras
fue tarde, demasiado tarde…
Mis palabras peregrinaron tras las huellas de sus ojos,
siquiera respiró el aire de mi sombra alejada en otro eco
y es que el tiempo jugó a la ruleta con un pirata,
muriendo sangres de manantiales deshidratados
y así como el poeta, tampoco me quedan muertes para nacer,
sólo unas botellas vacías en la arena y la espera…

Ana María Fuster Lavín

lunes, agosto 21, 2006

Desde la ciudad de las sombras 21 : Gongs--Hernán Gonzalo Gareis



SOMBRA




A veces, en ocasiones inoportunas
pierdo la costumbre ambigua
de notarme sin sombra
sin la escolta inacabable
de contar con ese límite detrás de mí

acaso sea por vapuleada o inacabada
esta marca se hace ajena / escapa de la realidad
son esos momentos
donde pierdo el rumbo o la huella
y dejo sin brújulas y sin giros que mi sombra escape

pero tengo que confesar
que esta desdicha de perder la espalda
no es más que un estado evidente
casi premeditado
porque esta penumbra a veces busca su propia sombra

así que no debe preocuparme
acaso sin razón
que este suspenso se escabulla entre los silencios
porque sé que en un futuro no muy lejano ni muy perfecto
mi sombra volverá para absolverme de esta oscuridad


Hernán Gonzalo Gareis
Copyright 2004 – todos los derechos reservados


escritor argentino


Gons

* Age: 29
* Gender: male
* Astrological Sign: Taurus
* Zodiac Year: Snake
* Location: Neuquén : Neuquén : Argentina


Visita los blogs del autor

gons!
http://existir_todavia.blogspot.com
http://syqnus.blogspot.com


Cuadro por Caspar David Friedrich

domingo, agosto 20, 2006

Desde la ciudad de las sombras 20 : Luis Gilberto Caraballo


El mar sin orillas

Se siente el mundo muerto
y aún tiende
arterias de sangre fría, lo intenta
Parcas miradas, páramos
vértigos ante los ojos del prójimo

Parece,
contuviera huecos desconcertantes
que hubiese pasado una hojilla en su soledad
rasgado la voz, disonantes vocales
bailarinas sin traje en su vals
de ambulancias caóticas

Mundos de muros
y mi sombra está demás
los pies se descosen
asidos a mi raíz,
en la aldea
que cae con delirio,
y desnudez.
Me he urdido
un pueblo en la tempestad,
la ciudad está vacía sin puertas,
helada de palabras

Algo desconocido
recorre en silencio
el templo de la vida
la caricia, el menosprecio,
y las agujas del reloj
siguen por su río
con el peso del segundo
entre sus labios van dejando besos fríos

Y sí alguien espía con migajas en sus ojos?

Porque ese tramar,
de números inexistentes,
de vértigos punzantes

aparecen en series infinitas
deshabitadas,
inentendibles,
sin orillas adonde pararse
a mirar o que alguien diga,
al menos al sentir la tibieza,
de la piel surgen palabras,
geranios
y tiempo

que alguien diga y que la noche
no sea la que corresponda
con su velamen infinito,
con sus aromas de orquídeas inciertas
que ocultan las cicatrices,
el rostro
de ansiedades y muertes en su obscuro manto

Los ojos llevan el mendigaje
puesto,
en la serie de números su eco
la oración del canto ausente

Si hubiese un puente,
una sombra
que restituya las vértebras?

Cuando la noche entra,
el desconcierto se apacigua,

los ojos pierden nitidez en su mirada
Los faroles menguan,
con canciones borrachas, repetidas
como mándalas incendian
verticalmente, tardíamente aquietan
reposan en el infinito de un anillo

El verso detenido
por la inexistencia descansa
de preguntarse balbuceante
el alma deambula
con su corazón de tiempo.

La bahía interna,
la mirada pulcra tiene sueño de amoríos
tiene engaños,
ebriedad,
puertos ilusorios
Para no verte y andar

Y sigo pensando,
sin detener el descanso algebraico
Al paso,
al paso de algún día sea distinto
las series elípticas,
lleguen con su sueño a restaurar el inicio
y que no sea la locura,
el cero desmedido de un sanatorio
los fantasmas de una ciudad
en la alucinación del día
que sea el amor intenso del amanecer

Y aún me veo
niño a la espera

Luis Gilberto Caraballo
escritor venezolano
Nací en Caracas, Venezuela,15-09 1962.Desde hace 20 años escribo poesías junto al oficio de pintar. He obtenido algunos premios Internacionales: 1er lugar en el Premio Internacional de Poesía, Sao Paulo,2004, Brasil. Idiosincrasias -poema Versos de Sangre.2do Lugar en el XIV Concurso Internacional de Poesía en Brasil, Agreste Utopía, 2004. Primer premio XXV Congreso Mundial de Poetas, 2005 Los Ángeles, California Agosto Primera accésit. Concurso internacional de cuento breve y poesía SADE/Córdoba Argentina-Nov/2005 Poseo seis poemarios inéditos: Espiral del mar, 1999; Moradas y Templos, 2004, El árbol de las casas vacías (2005)/ ser editado en España, Encuentro con el Sur 2005, Los caminos del tiempo (2005). Es tiempo de volver 2006. Pertenezco a Poetas del Mundo 2005, Unión Hispanoamericana de Escritores (2005), MIM (Movimiento Internacional de Metapoesia).

martes, agosto 15, 2006

Desde la ciudad de las sombras 19 : Ana María Fuster Lavín


Días sin sombra



Tres días, no amanece, tampoco has regresado. Pensé que habías vuelto a tu rutinario juego de abandonarme y reaparecer en cualquier momento… Eres todo un dilema meteorológico en mi vida. Al menos, te entiendo, me entiendes; el néctar es eterno, a pesar de los cuerpos en fuga; en la huida, el escape de las diosas en celo. Sí, también te gustaba oír mis tonterías, mientras te estirabas acariciando mi talones.

Eres tan excitantemente perversa, que me enloqueces sin remedio. ¡Y cómo no volverme loca por ti! Tú voz danza entre susurros de la luna, acaricias mis fantasías y delirios. Eras la propia piel de nuestros deseos, también nos adornábamos de besos bajo sombras ajenas, todos acechan, pero pocos lo entienden, y sólo tienes que pasar el dedo por el ápice del amor y llevarlo a los labios. El espejo, tuyo, mío, el de ambas, el mismo.

Te siento, te convoco, no llegas, tres días, y mi palabra queda silente, mis manos humedecidas de lágrimas secas gimen versos sin culpas, tu adiós fue una caricia en mi talón al atardecer, ahora la noche acaricia las cicatrices del dolor, es la noche de las noches. También te advertí que si no eras mía, no serías de nadie.

Recuerdos, pensamientos, amores y celos, soy una maldita. Supe que me engañabas desde el día que vi tu mano rozando la espalda de un otro o una otra que pasaban, siempre fuiste muy democrática, sin discrimen por razón de género, yo no sólo te quería a ti, mujer misteriosa, mi dulce y sensual acompañante, cuando gota a gota nos hacíamos el amor bajo mi lámpara con luces intermitentes, orgasmos sicodélicos, y esa burbuja sementosa que sube y baja al compás del calentón dentro de otra lámpara, la de la mesita. A esa acercaba la mano junto a la tuya, y así la imagen de la eyaculación me parecía más cautivadora que asqueante.

¿Ves, amorcito, que todo pudo ser bello? Un futuro emprendedor, solas las dos, pero insististe en pasar el ras de tu mano por el hermoso vientre de aquella rubia, también por la nuca del joven ejecutivo. Siempre te fascinaron los extraños. También comprendí que tu felicidad radicaba exclusivamente en observarlos, siempre en tus silencios. Pero, ¿estamos obligados a ser felices? Y si la vida es una mentira que tan sólo imaginamos que es real, entonces comenzamos a tener recuerdos falsos, nos eternizamos en esas distintas versiones del pasado. Quién sabe… Yo sólo quería que fueras fiel, que tus caricias tatuaran mi nombre, Mariana.

Lo sé, no debí ser vengativa. Sí, como tú también lo podías ser, te corté la mano derecha y me quedé sin la mi izquierda. No escarmentamos siquiera después la primera mutilación. Cuando llegamos del hospital, a pesar del insoportable dolor, nos miramos tiernamente, cuánto lloramos juntas. Basta con una mirada para el perdón, aún cuando los amaneceres del ánimo sean siempre lentos.

¿Y cómo no perdonarnos si hay pasión? Es imposible separarla, nuestro culto a las sombras de luchas infinitas, de tantos dolores del pasado, cuando nos conocimos finalmente no tuvimos ojos para nadie más, ni caricias, es como perseguidos en el propio cuerpo a través de los sueños, de los miedos y de las virtudes. Nuestra desnudez es una y las pequeñas fantasías, las mismas. Mírate, mirarnos, la eternidad de los espejos, reflejarnos una y otra vez…

No sólo nos miramos, también sentimos el deseo, nos desnudamos en nuestro hermoso ritual, de desabrocharnos la blusa la una a la otra, con cada botón acompasa humedad vaginal. Nos acariciábamos con la única mano los pechos, nos besamos, no necesité que me tocara más para mojarme hasta los muslos. Me corrí como nunca, ella también, dos o tres veces ¿cómo contarlas? Quemarse en las sensaciones hasta quedarnos dormidas bajo el alivio del abanico.

Estuvimos tres o cuatro días sin salir, hasta habíamos olvidado nuestro último arranque de violencia y celos. Los periódicos estaban arrinconados en la entrada del apartamento, así que tuvimos que empujar con violencia la puerta para salir al mundo de los otros. Mariana, siempre algo más tímida, salió tras mis pisadas muy silente.Esa tarde teníamos que comprar comida, un vestido nuevo para la despedida de soltera de una amiga y algún lubricante, sentíamos una resequedad ardorosa bastante incómoda. Llegamos al centro comercial y la gente nos miraba, las dos mutiladas, y mi corazón sentía la cuchillada del arrepentimiento a pesar del perdón. No volvería a ocurrir, pero yo tampoco lo permitiría, no sé tal vez si necesitábamos ayuda, un consejero, un psicólogo, u olvidarnos de las pendejaditas de los demás.

La felicidad es breve, como el espacio exterior entre tantas otredades, lo sé, debí ser más paciente y es que mi pasión incorruptible hacia ella, hacia nosotras, era una maldición, una obsesión, la digresión de la cordura. Ella sabía que la amaría por siempre, y no importaba qué nunca nos separaríamos mientras me mirara, nos miráramos a los ojos, hacer el amor con la intensidad de nuestros deseos, pero así mismo podían ser mis celos y su vengativo comportamiento, repetitiva hasta la saciedad como nuestros encuentros infinitos.
Ojo por ojo, diente por diente, y pude observarla de perfil hacia el muchacho del estacionamiento, me di cuenta. Así fue hace tres días, llegué a casa, no volverás a mirar a otro ni otra, le arranqué los ojos para que no pudiera ver a nadie, desde ese día la perdí, a mi amada sombra, espero que algún día regreses, o te buscaré más allá de los silencios, en la eternidad.



Ana María Fuster Lavín

escritora puertorriqueña

cuadro-Gustav Klimt

**todavía quedan otras 6 sombras invitadas por publicar, no se las pierdan

sábado, agosto 12, 2006

Desde la ciudad de las sombras 18: Isaac Cazorla


Engaño celeste

Cuánto tiempo, amor, cuántos años sin sospechas estelares
Cuánta lluvia invisible, cuánto baño de luz
Otra vez, la hora. Ahora.

¿Quién intuye como yo de tu humedad oscura?
Hostia alada, carita encendida, maquillada, infiel esposa de la luz
Pez cautivo.

Selene mía, lienzo y lecho de ocasiones exactas
Eterna amante tu de mi celeste ciego
Eterno amante yo de tu ronda atrevida.

Duerme al calor, engáñalo conmigo, démosle la espalda
Seamos una vez más el dulce espectáculo de la gente:
Que preparen los cristales y que miren entre risas esta cópula furtiva
Esta cópula oscura.

Que lo escriban en su historia, en su ciencia, en su credo
Que lo comenten, nena, por las calles; que nos señalen
Que se inquieten los niños mirando al firmamento
Que lo expliquen los hombres, los sabios, los druidas, los poetas
Que nos acepten, princesa, como hacedores de la noche
Que cobijen, traviesos, cómplices, nuestra sombra
Que nos esperen alegres, con un coro alterno en los labios:

Tú sobre mi cuerpo: Eclipse de sol
Yo sobre el tuyo: Eclipse de luna


Isaac Cazorla



* Gender: male
* Location: Puerto Rico

Sobre Isaac Cazorla

(Ica-Perú, 1970). Graduado en Humanidades con mención en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Magíster en Educación y Multimedia por la Universidad Autónoma de Barcelona. Libros: Historia de la Universidad Nacional de Ingeniería: el crecimiento y modernización (UNI, 1999), Malinowski: el ingeniero de los ferrocarriles (coautor) (Biblioteca Nacional, 1999). Vivo en Puerto Rico desde el 2000. Estos son ensayos y memorias para acortar la distancia, escritos desde Ultramar.
Visita el blog del autor
Cuaderno de Ultramar
http://cuadernodeultramar.blogspot.com/

miércoles, agosto 09, 2006

Desde la ciudad de las sombras 17: Iva Yates


La pelea de las sombras


¿Por qué me sigues?

Si me desprendí
de tus garras fue,
precisamente,
para olvidarte.

No entiendo,
la verdad que no.

¿Por qué te empeñas
en que pruebe nuevamente
esa vodka barata,
los cigarillos de clavo?

¿Por qué traes en el viento
el olor a vainilla que tanto detesto,
ese perfume que usaba mi ex?

Ya me tienes harta.
¡HARTA!

Lo siento.
No pienso volver.

Pero…
¿Vas a seguir?
¡Ten algo de orgullo!
Me das lástima…
Te humillas con tanta súplica.

Dije que no.
No pienso volver.

Prefiero ser
Tabula rasa.

Iva Yates
escritora puertorriqueña

  • Age: 28
  • Gender: female
  • Astrological Sign: Aries
  • Zodiac Year: Horse
  • Location: Puerto Rico
Vista el blog de Iva Yates--
Pinacoteca
http://pinakotheken.blogspot.com/


Cuadro de La Herida- de la pintora mexicana Lucía Maya

lunes, agosto 07, 2006

Desde la ciudad de las sombras 16: Nana Ruiz - Tiras de Papel



Sombra

Sé que soy la carne que no necesita,
que vivo de un aire que respiro
y que irónicamente no la alimenta,
que son mis ojos los que ven lo que quieren ver,
más no la realidad de su oscura procedencia.
Sé que no siente, que cuando lloro ella me imita,
que no siente ni moja sus manos con mis lágrimas.
La pisoteo a diario y sin derecho a quejarse aún me sigue,
siendo esclava de un ente humano que no conoce,
que sólo simula ser su compañía, su dueña,
está atada y cautiva de su impávida ignorancia...
Totalmente limitada a mi luz... a mis movimientos.
quiere liberarse y viajar fuera de este capullo,
confabula con los espectros de lo que me rodea
gritando al mundo lo que realmente desea,
para no esconderse más entre penumbras misteriosas,
sino robarme, mezclarse conmigo hasta cegarme,
hasta ser dueña de mi vida y ser yo su esclava,
su cautiva, su jueguete, ser lo que ella cree ser para mi,
el dibujo de su sombra en la pared...
Nana Ruiz “Tiras de papel” Escritora costarricense

Nana Ruiz M
Age: 26
Gender: female
Astrological Sign: Leo

Zodiac Year: Monkey

Location: San Pablo : Heredia : Costa Rica
Dice Nana Ruiz:

"No se trata sólo de escribir, sino hacerlo con el alma, con tintas de sangre y girones de piel"

Visita el blog de la autora
Tiras de Papel " Una vida es una obra de teatro que no permite ensayos... Por eso: canta, ríe, baila, ama... ¡ y vive intensamente cada momento de tu vida...! antes que el telón baje... y la obra termine sin aplausos..."

http:tirasdepapel.blogspot.com

jueves, agosto 03, 2006

Intermedio para un poemario: Amarilis Tavárez y sus Realid(h)ades


Amarilis Tavárez Vales:
De la ciudad, la mujer y los versos…

Ana María Fuster Lavín
ESPECIAL PARA EN ROJO

http://www.claridadpuertorico.com/articulo.php?id=4510

“Nosotras.
Millones.
Ondeando el ritmo de la tierra
que se mece en la órbita de nuestro baile secreto.
Sin que importe el suelo que pisamos
la tierra es una.
Nosotras también."
Amarilis Tavárez Vales, poema Mujer.


La poeta se desnuda y su poesía provoca, condena, su palabra es espada, espejo, grito y seducción... inconformista ante la sociedad, una voz prematuramente madura que conoce la piel de sus palabras, el erotismo fino de las pasiones y la locura. La dualidad de una mujer seductoramente controlada en un mundo de situaciones paralelas, realidades que son tan simples como complejas, las seducciones del Hades, pero siempre ilumina la esperanza. “Loca, única, imitadora, multirrítmica Amarilis Tavárez Vales”, añade la poeta y amiga Mairym Cruz-Bernall.

Nos encontramos ante el mundo de la poeta puertorriqueña Amarilis Tavárez Vales (1974) en sus Realid(h)ades, poemario recién publicado por Isla Negra editores, desnuda de idealismos, pero cargada de esa vida que se ha encontrado de frente y “sólo dispuesta a vivir plenamente”, “me presento ávida de placer, de amor / de justicia, de paz, de razones.”. (Me presento, pág. 15.)

Dijimos desnudez, sin ropa ni complejos para quitamos el antifaz ante el objeto del deseo, así como para enfrentarnos ante unos versos que plasman un control absoluto del ser. “La desnudez es el autoconocimiento y la autoaceptación, es tal vez como quisiera verme, totalmente desnuda ante la moral de turno, ante la sociedad, ante mí misma, entonces sin miedo a esa desnudez, a pocas cosas le tendré miedo”, comenta la escritora camuyana, perteneciente a la junta editorial del colectivo literario El Sótano 00931 (dirigido por el poeta Julio César Pol).

“Aterricé fulminada de historias,
cuentos de asaltos
temor de su agua con sabor a cobre.
Traía una maleta para pocos días,
un monedero listo,
un corazón sin sueños.” (El otro suelo, pág. 17).

Es la mujer poeta frente a la sociedad, la ciudad, su país, como espectadora y actuante, con su tarjeta de residencia que no es rosa ni verde, tal vez multicolor o multitudinaria como sus versos mismos, marcando un tempo apalabrado de versos largos y cortos, desde la famosa clave al bolero y el reggaetón. “Por alguna razón llegué a este país. / Una ciudad en(s)cementada, alumbrada y divertida / que se mece entre la risa y el llanto.” Nos referimos a El otro suelo (pág. 17), poema urbano a los ojos de la joven escritora, que cuenta con estudios de sociología y sicología en la Universidad de Puerto Rico), nos sumerge en su música, ruidos, olores, es una ciudad tan lejos y tan cerca. ¿Y la poeta que hace con su “ciudadanía” o su “nacionalidad de hojas”? Respuesta obvia, escribirle a la ciudad que se le viene en las manos, con sus calles multinacionales, multiculturales, multiplicantes…

“El memo decía / claramente que el maquillaje es indispensable…” / “El memo dice claramente / si no eres como ellas / serás como todas.” (Memo, pág. 23)
Tacones, maquillaje, azul, violeta, no, mejor aún colores arena, según la moda impone para la mujer trabajadora de hoy, máscaras, la moralidad según el cristal con que se mire, del gobierno de turno, o del país que según la jugada del destino la haya tocado a cada mujer. “Por cientos de años, por milenios, la sociedad y la religión nos conducen a utilizar máscaras. Más que una imposición, es una respuesta”, añade la propia bloggera de http://letrasdetrapo.blogspot.com Y es que otro de los grandes aciertos del poemario es la posición de la mujer en esa ciudad, Amarilis Tavárez trabaja con seguridad y naturalidad, sin encasillarse en la llamada poesía feminista.

“No quiero enclaustrarme en lo que es el feminismo, considero que aun cuando quiero evitarlo mi denuncia es social. La imagen de la mujer es importante, porque es lo que soy y las experiencias cotidianas nos inundan. Creo en la equidad, creo en la necesidad de atrevernos a transgredir nuestros espacios y comenzar a aportar con algo a que la perspectiva social cambie”, nos comenta la escritora. Esto nos lleva a pensar que más que en usar la poesía cómo denuncia feminista, a través de su poemario Realid(h)ades, construye versos que denuncian o convocan la libertad del ser interno.

“Oculto mi debilidad imperdonable: mi cordura / Entrego mi única arma de guerra: mi verso. / Ofrezco mi única señal de vida: mi locura.” (Loca, pág. 24)

Es un libro que nos invita a la relectura, para descubrir otras dimensiones, divididas con efectividad --sin indicarlo en su índice-- en los tres tiempos de un concierto, tres espacios, tres temas, la trinidad de la poeta, brillando las múltiples interpretaciones y estados de ánimo. La primera parte se conjugan los versos desde una ciudad (des)equilibrada (poemas urbanos: Me presento, El otro suelo, Precipitación. Plaza, Mis líneas, Memo). Como poema de transición, Amarilis moldea los versos de De otra forma, para caer en su segundo movimiento en tempo allegro ma non tropo, o un bolero, donde la mujer nace, crece y se libera, para tomar el control de su vida y su cuerpo.

Aquí encontramos tres poemas que, leídos en conjunto, son excelentes obras que merecen un sitial en la nueva historia literatura puertorriqueña aún por construir. Son los poemas Niña, Mujer, Anciana, un viaje por la ilusión, la reafirmación, la nostalgia. Aún cuando la propia poeta, en su humildad, o inconciencia acertada, desconoce la trascendencia de su obra, virtud esencial de una gran escritora en proceso, la humildad de la que lamentablemente se carece en el mundo literario. Amarilis Tavárez nos comenta:

Esta trilogía encierra tres poemas que me gustan mucho. Cada uno nacido en un momento diferente, con mucho tiempo de diferencia, no tenían unidad conciente, pero luego la adquirió… Se me hace difícil explicar mis letras, porque son un grito interno, una búsqueda de aire, quizás por eso escribo tanto… Nunca dejaremos de ser niñas, somos mujeres que llegamos a ancianas. Esas son nuestras edades… Eternas.”

Con la misma seguridad llegamos a la tercera parte del poemario, donde la sensualidad es sinónimo de seguridad, y los versos son autoritariamente eróticos, dominando la estructura a tal grado que la economía de palabras juega con el lector y lo reta con poemas ahora mucho más cortos que en los poemas anteriores de libro. Amor y soledad, pasión y control, seducción y reto aparentan ser las nuevas armas de lucha. “Para olvidarte / prohibiré a mis senos que te contemplen. / Llevaré / tu mejor abrigo / gris.” (Para olvidarte, pág. 54) u “Olvídalo / ese espacio entre mis jeans y mi piel / está tomado.” Concluye el libro con su homónimo Reali(h)ades como una recapitulación y reafirmación de esta mujer y poeta o poeta-mujer.

Aquí llegó Amarilis Tavárez Vales, para quedarse, formar parte de la nueva época de la poesía puertorriqueña, versos ricos, multirrítmicos, nítidas imágenes con mucha seguridad, una poeta imprescindible, para que la leamos: “Desnuda / para enfrentar el renacer de mis pecados.” (Realid(h)ades, pág. 58). Aceptamos su reto, esperando sus próximos versos.

La autora Ana María Fuster es narradora y poeta puertorriqueña..
Comentarios a amfuster@prtc.net


información adicional sobre cómo adquirir su poemario, a través de la autora, y http://www.islanegra.com

martes, agosto 01, 2006

Desde la ciudad de las sombras 15: Marioantonio Rosa



VIAJE DE VOZ Y OLVIDO A LAS SOMBRAS


Ya tiene voz tu madrugada, sombra.
Estos sauces se conocen desde tu herida.
Como una sangre joven, descubriendo cauces y tiempo,
te olvido en la piel donde haces mi pausa, sombra.

Ya nunca podremos conocernos,
ni soñar el agua oscura del lenguaje
ni decir los amores en la fragua, sombra,
no quiero tu sol de lluvias antiguas,
no quiero navegar en la arena donde rompes,
la palabra única a la vida, porque la muerte asoma
el rostro de un triste topacio de ángeles,
hechos con soledad desde tu boca, sombra.

Yo quiero ser un vacío,
un descubrimiento de silencios,
quizá, amo todas las sombras cuando me abandono,
y las puertas oscuras te nombran, y callo.
Pero me gusta tu celaje de muerte, sombra.
Tu sabor de viaje, tu verano de rocas, tu nombre,
tan seco como un beso en el llanto de nadie.

Y soy de tus encuentros,
me descubro una sombra abierta con el mar,
y no termina el amor que odio y despojo,

cuento lento de heridas entre el aire;

sombra infinita.

Marioantonio Rosa.
Poeta puertorriqueño

El poeta es autor de los poemarios Misiva para los tiempos de paz (Ed. Isla Negra), Tristezas de la erótica (Ed. Isla Negra) , Duelo a la trasparencia (Ed. ICP) Además es actor, productor de teatro, delegado cultural y crítico literario del semanario Claridad.

Cuadro -de Lucía Maya