PEN Internacional de Puerto Rico, premios 2024
Mención honorifica Poesía
LAUDO
Ana María Fuster Lavín: Cicatrices de la memoria
La poesía puede ser reconocida como una manifestación solidaria, donde el poeta en su herramienta y oficio invoca respiración, para que también respiren otros. En esta ocasión, recibimos una construcción confesional, donde podemos respirar coherencia con capacidad y manejo del verso, palpando una poesía lograda y capaz de sembrar en el lector una melancolía empática y distintiva. Propone el dolor como una partera de la belleza y la memoria como un mausoleo donde no sólo muere y nace el recuerdo corpóreo sino también el recuerdo del poema y el alma . Abundan imágenes correspondientes a una mirada existencialista donde la voz lírica se enfrenta a su propio obituario "pero he muerto demasiadas veces y quizá sólo esté cansada de resucitar. (pág. 30), pero a reflexionar sobre las cicatrices de heridas replicables y también nos invita colectivas que nos abisman como pueblo.
Apuesta el verso en la memoria de los feminicidios que han ocurrido en su archipiélago caribeño como lo plantea en "soy, la sinfonía rabiosa de una mujer que se niega a callar ante la lápida de una calma vestida de nada" (pág. 21). Estos versos nos recuerdan el vigente estado de emergencia por violencia de género decretado en el archipiélago de Puerto Rico y que constituye a cada día, más cicatrices en la memoria de las supervivientes y en el epitafio de las que nunca serán olvidadas, esto no solo para visibilizar el problema que se vive en el país, sino también para reconocer lo necesario que es como sociedad insertarse en la búsqueda de equidad y justicia. Denuncia la situación política del país la situación como una cicatriz supurante en nuestra memoria como pueblo que a veces es olvidada "mientras este archipiélago invisible convulsa/ ¿cuál es la dosis para sanar la soledad de una nación saqueada? /Soy esta isla impía /(...) de un poema tallado en la memoria”. (pág. 69).
Aborda con suma belleza el proceso de la muerte en todas ópticas y etapas, desde la caricia gélida y por un diagnóstico de una enfermedad terrible y culminante, hasta el duelo de un alma que trasciende y una voz poética obligada a la despedida "las despedidas son peces para las gaviotas (…) las despedidas son sed para el olvido, inútiles ante el milagro" (38) donde la voz poética entrega su adiós al verso para alcanzar la eternidad “es momento de despedirme de un salto hacia la bitácora de este poemario póstumo y sin reloj" (20). Sin duda, desde un enfoque extratextual se reconoce las experiencias de la poeta reflejadas en el libro, haciéndonos participe de sus propias cicatrices que quizás pueden igualmente ser las nuestras, almacenadas en nuestra memoria afirmando lo doloroso que es el duelo por un amigo por un hijo.
Nos regala hermosas imágenes que convergen en su definición, la nostalgia y la melancolía como en "¿cuándo suspirar se tornó brújula para la nostalgia?”(49) y acepta como poeta, que también escribir el poema es transcribir la memoria o traducir el silencio para golpear con el ruido de la poesía al lector y dejarle una placentera cicatriz "escribir cartas para nuevos abrazos, versos sin fronteras (...) rellenar las cicatrices del poema, como los de la vida misma" (25).
La poeta nos deja en claro con sus imágenes que la cicatriz es resucitar, es decirle a la memoria lo que dolió y lo que está por doler. Su capacidad de sumergirnos con maestría en el verso, la inclusión de la conciencia social en sus metáforas, su definición camaleónica del recuerdo como cicatriz en la piel de la conciencia y las preguntas retóricas que nos invitan a la reflexión de lo que somos, hacen que por todo lo antes expuesto, que el PEN [Internacional] de Puerto Rico otorgue una mención honorífica a "Cicatrices de la memoria" de Ana María Fuster Lavín.
Jurado
Francheska Lebrón
William Pérez Vega
Carlos Román
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