Personajes ilustres de mi patria
Por Marlina Carpintero Santander
En esta sutil y entusiasta encomienda me di a la tarea de obsequiarles a mis miles de entusiastas seguidores una guía a nuestras figuras más relevantes de la comunidad culturista puertorriqueña. Les presento una breve y solvente biografía, además de un osado reto: que contesten una pregunta plasmando su mayor legado. Hago la insigne salvedad de alimentarles el repertorio, pues a cada personaje le realizo una interpelación adecuada para su pedigrí. Preparen su agua de azahar, mimosa, café mocha con leche de almendras y pitorro o bebida de predilección, qué en breve estará listo este banquete que yace ante ustedes.
Aquí les presento una ñapa de lo que será esta insigne obra, que saldrá en su totalidad cuando reciba una prometida beca de la prestigiosa Fundación Moriviví.
Marlina Carpintero Santanter
Pd. Agradezco al blog Silencios de Papel por ser una de las tres insignes sedes de mi primicia
I. Insigne poeta y talentosa cívica con un récord muy sorprendente
Rebecca Domínguez Suárez V, natural de Las Marías, Puerto Rico, actualmente habita en un hermoso chalet aledaño al resort erótico el Bambú, en la República de Caguas, donde se estableció hace tres lustros tal como le recomendó su carta astral. Hija de Domingo Domínguez Santiago, pastor evangélico, y Esmeralda Suárez Toijáus. Felizmente viuda en tres ocasiones: la primera, de don Eugenio Martí Ubeñas (poco después de descubrir que era ateo); segundo, del honorable Pancracio Yovinero Dignidad (quien luego de ser alcalde de Moca, se volvió reguetonero); y su mayor desdicha, el tercero, Mikael Carcajada Fácil, y a quién amó como respetable mujer de alta alcurnia moral (muerto ahogado en risas mientras escuchaba un podcast de sátira literaria). Actualmente tiene tres gatitas: Petunia, Emilia y Nemerta. Poeta y considerada la mujer más virtuosa, polifacética, creativa y flexible por los prestigiosos resorts cagüeños –El Bambú, Villa Arcoíris, San Souci y Ok– donde ofrece talleres prácticos a sus clientes. Comediante, contorsionista y poeta; conocido por su inteligencia (también artificial) y apertura orgánica. Una caudilla innata y una de las damas más cotizadas. En la graduación de octavo grado, fue galardonada con el Primer Premio por tragarse 39 big-hotdogs en 3 minutos, récord aún sin superar en el distinguido pueblo de Las Marías, donde se le ha erigido una estatua donde se la ve empuñando una salchicha en la mano derecha como si fuese sable y con la izquierda empujando a sus fauces otro largo embutido. Su poema “A una mimosa de parcha” tuvo tal éxito, que fue publicada en una exitosa antología de su propio sello editorial y está enmarcado en el chinchorro “Mejor aquí que al frente”. Rebecca, con dos c, es reconocida por su encomiable talento: recitar mientras se ríe, pinta emojis y se traga una salchicha. Se perfila que se encuentra presta a entrar al salón de la fama de las humanidades puertorriqueñas de la diáspora, aunque Caguas todavía pertenezca a Puerto Rico.
Eres una mujer sorprendente con diversos talentos, pero nos enfocaremos en tu vasta literatura. ¿Cuál es tu poema con el que más te identificas, con el que sientes este es mi legado?
Definitivamente, mi poema La cocolía de cristal. La cocolía de cristal representa la sublime comunión tanto humana como cosmogónica de los retos que implican nuestras propias fragilidades, luchas, ilusiones, pesadillas y sueños. Una hermosa reflexión elegante que palpa el espíritu de nuestra creación a través de un lenguaje elegante, que maravilla e ilumina a quienes mis versos les pintan la sensibilidad de estar vivos y unidos a las profundidades de nuestra esencia. Ha sido considerado por el Dr. Torquemada Dignidad como un canto sin igual a lo que debemos aspirar, no solo los puertorriqueños, aunque vivamos en la diáspora, sino todos los seres de bien que habitan las buenas naciones del mundo. En la inconmensurablemente larga hora que tarde en redactar sus letras, pensé en mis clientes y visitantes cagüenses (que pueden ser fogosamente exigentes), pensé en mis cursos religiosos de la infancia, en mi primer amor y mis tres difuntos maridos, y pude verme como una guerrera, una cocolía de cristal, con mis versos como espadas ante nuestro señor Dios. Tiene escenas no exentas de oscuridad, pero el triunfo toma de los pulpejos y los metacarpos y así tomados de la mano, nos convierte en invencibles como el poema. Mi poesía es mi testimonio de que aunque seamos poetas famosos, seguimos siendo humanos. Y si pasan por la barra Mejor aquí que al frente, podrán visualizar mi distinguida y galardonada poesía “A una mimosa de parcha”.


