jueves, octubre 30, 2008

Noel Colón Martínez--Es hora de que cada cual cumpla con su deber.

¿Fortuño, Gobernador?


Comentario

Noel Colón Martínez



Némesis no es una palabra del idioma español. Se vincula con la mitología griega que enseña que Némesis representaba la legítima ira de los dioses contra las transgresiones de la ley, contra la arrogancia y la soberbia. Algunos asocian Némesis con el enemigo. Podría resultar extraño que a menos de treinta días de una de las más importantes elecciones en nuestro país yo acuda a la mitología como embocadura de una columna sobre el tema electoral. No obstante, lo hago por la peculiar situación de unas encuestas que todavía mantienen a Luis Fortuño liderando el camino a La Fortaleza.

Cuando se me acerca un amigo con una impresionante convicción sobre Fortuño como ganador, usualmente le planteo que nos olvidemos por un momento de Acevedo Vilá, de Edwin Irizarry Mora y de Rogelio Figueroa y nos limitemos a enfrentar a Fortuño con la inteligencia, el olfato y la sagacidad de los puertorriqueños. Les pido que analicemos la particular situación del PNP y su relación con Luis Fortuño. Les pido que analicemos si el país puede esperar cambio verdadero votando por ese candidato. Les pido que analicemos si Luis Fortuño es realmente el líder de ese partido.

Les pido que analicemos la fuerza del liderato de Fortuño sobre la presente Asamblea Legislativa y cómo esa legislatura pareció imponer siempre su criterio agudizando la percepción de que Fortuño preside pero no es el líder. Les pido que reflexionen sobre la fuerza de Rosselló en el contexto de la lucha electoral del PNP. Les pido que me digan adónde entienden que habrán de ir los votos rossellistas, pues si votan por Rosselló “write in” son votos que, oblicuamente, le restan a la fuerza del PNP y si se mudan y deciden votar por Acevedo Vilá entonces van directamente a afectar su fortaleza electoral. Suelo preguntarles a los amigos si el asunto De Castro Font no resulta en un cuestionamiento del buen sentido político de Fortuño en vista de que De Castro fungió por tres años como el baluarte de Fortuño en el Senado, no sólo para detener las ambiciones de Rosselló sino para orientar desde allí las ideas de lo que habría de ser el Programa del PNP para el próximo cuatrienio.

Cuando De Castro Font anunciaba que el Senado no habría de confirmar a ningún juez asociado del Tribunal Supremo, o que no habría de confirmar a ningún Contralor, o a ninguno de los altos funcionarios cuyos cargos debieron designarse este cuatrienio, Fortuño coincidía inmediatamente sin que los que presenciábamos esa conducta supiéramos exactamente si ésa era una decisión de Fortuño o una imposición de De Castro Font. Si era una conducta atribuible a Fortuño y no al Senador, es decir, si De Castro consultaba con Fortuño la política a desarrollar en el Senado, entonces es más delicada la situación de Fortuño pues allí parece que lo que existía era una empresa criminal. Si Fortuño vive en Puerto Rico él tiene que saber que el desprestigio del Senado desde que De Castro Font es presidente de la Comisión de Reglas y Calendario precede por mucho las acusaciones que le hace ahora la fiscalía federal.

La mayoría de los votantes de Puerto Rico eligió a Luis Fortuño en noviembre del 2004 para que fuera nuestro Comisionado Residente en Wáshington. La inmensa mayoría de los votantes que favorecieron entonces a Fortuño también favoreció a Pedro Rosselló para la gobernación pero el ex gobernador, que sigue siendo una figura muy importante en ese partido, no ha tenido un solo elogio para el desempeño de Fortuño y por el contrario ha dicho que Fortuño no es realmente estadista. Durante la campaña primarista Rosselló acusó a Fortuño de haber realizado una alianza con los Populares para derrotarlo y lo acusa de ser Popular y no estadista. Esa conducta de Fortuño es lo que le ha valido una repulsa que llegará hasta las elecciones vía el “write in” por Rosselló.

El electorado puertorriqueño es muy sagaz y se introduce mucho en los intersticios del sufragio electoral. El electorado mayoritariamente rechaza que Rivera Schatz presida el Senado de Puerto Rico el próximo cuatrienio y que José Aponte revalide nuevamente como Presidente de la Cámara. El electorado sabe que el equipo legislativo del PNP es esencialmente el mismo del presente periodo y que los nuevos nombramientos que hará Fortuño de ganar la gobernación serán los mismos personajes que se están escrutando y totalmente rechazando por la opinión pública en estos momentos.

Creo que un flanco en extremo delicado es la aparente insensibilidad de Fortuño con relación a sus manejos económicos. El incremento desmesurado de sus bienes y su capital durante el presente cuatrienio han colocado un ominoso signo de interrogación sobre su integridad personal.

No se trata de fondos públicos para uso personal, no se trata de malversación de fondos públicos. Puede tratarse de insensibilidad moral y de descuido de sus obligaciones pues si la diligencia que demostró para multiplicar su capital la hubiera dedicado para laborar en el Congreso a favor de Puerto Rico no hubiera dejado en ese cuerpo un récord tan desdoroso de incumplimiento, desidia y negligencia. Su esposa, que es abogada, ha dicho que no habrá de renunciar a continuar el ejercicio de su profesión. En momentos muy difíciles para la clase profesional por razón de la recesión económica que hemos padecido, la esposa del candidato ha gozado de una opulencia profesional que el olfato puertorriqueño rechaza y cuestiona. Nuevamente, nada ilegal, sólo que no sólo las conductas ilegales son reprochables y condenables sino también cuando suelen manifestarse como resultado de las relaciones políticas y las posiciones de poder.

A Luis Fortuño le puede estar ocurriendo lo que a Sarah Palin. Le puede estar ocurriendo que un electorado cansado de un PNP corrupto no lo vea a él como el verdadero apóstol del cambio, del cambio dirigido hacia una verdadera regeneración moral en ese partido. Todos lo vemos muy ambivalente y con poca disposición a imponer disciplina e integridad en su partido.

No es tiempo de decir a los electores cómo deben votar. El sufragio tiene cierta magia porque la caseta electoral enfrenta a la persona consigo misma. La única manera de evitarlo es saliéndose del sistema. Una nueva manera de anticipar el resultado de los procesos electorales descarta las encuestas como mecanismos confiables. En esa moderna línea de pensamiento está escrita esta columna. Puerto Rico tiene un buen sentido político, la casa del PNP es una casa dividida con fuerte lucha interna, Fortuño pertenece a una escuela Republicana totalmente desacreditada luego de conducir a Estados Unidos a la más profunda crisis de las últimas décadas.

Puerto Rico tiene alternativas menos destructivas, menos polarizantes, menos insensibles que Luis Fortuño.

Sobre todas las cosas Puerto Rico es un país bien informado; ni aun el llamado analfabetismo funcional le impide a nuestra gente oír la radio, ver la televisión y tomar sus decisiones. Es hora de que cada cual cumpla con su deber. Si cada cual lo hace Fortuño no será el nuevo Gobernador.
noel.colonmartinez@yahoo.com

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