martes, abril 12, 2011

En las letras... La poesia de Manuel de la Puebla


EN LAS LETRAS, DESDE PUERTO RICO

ENTREVISTA A UN GIGANTE DE LAS LETRAS:

DON MANUEL DE LA PUEBLA

(Serie papeles encontrados # 3)

por Carlos Esteban Cana

Estaba por poner en línea la versión pdf de Taller Literario #7 y Taller Literario #8. Los dos últimos números de la revista se completaron para el 2004. Trabajarlas fue un inmenso placer, y de alguna manera la experiencia sirvió de preámbulo para la realización de Los rostros de la hidra, la antología premiada por el PEN CLUB realizada por Julio Cesar Pol en colaboración con Nicole Cecilia Delgado, directora de la revista Zurde, Loretta Collins, directora de la revista Tonguas, y este servidor, como representante de la junta editorial de Taller Literario.

Esos dos números de Taller eran volúmenes inmensos que contenían, entre ambos, 600 páginas de poesías, cuentos y ensayos. Precisamente por la ambiciosa empresa que esas ediciones representaron tuvieron una circulación limitada, pero en estos días el colectivo se preparaba para colocarlas en el Internet. Digo colectivo porque Taller transformó su presencia en la página hacia linderos tertuliantes ocasionales, donde creadores como Amílcar Cintrón, Antonio Aguado Charneco, Ángelo Negrón, Wanda Cortes, Juan Carlos Fred Alvira, Rodrigo López Chávez, Edison Viera Calderón y Nilda Soto Méndez, entre otros, compartíamos y compartimos inquietudes artísticas y culturales.

Lamentablemente no se pudo instalar en el internet los números de Taller Literario aquí mencionados, porque me robaron el bulto que contenía los cd’s originales. Pero sí sobrevivió en otros archivos la entrevista principal de Taller #8. Me refiero a una valiosa conversación que en el 2004 me concediera ese gigante de las letras puertorriqueñas, don Manuel de la Puebla. Director de revistas literarias, editor, comunicador. Un humanista en todo el sentido de la palabra. Don Manuel fue uno de mis mentores cuando iniciaba mi propia travesía creativa. Por lo anterior, En las letras, desde Puerto Rico se complace en compartir Esa fidelidad a la poesia (Don Manuel de la Puebla: en sus propias palabras).

ESA FIDELIDAD A LAPOESíA...

DON MANUEL DE LA PUEBLA: EN SUS PROPIAS PALABRAS

Carlos Esteban Cana ©

La sombra tutelar

Búscame aquí, tan solo y aturdido, madre.

Pon tu mano en mi frente, palpa

la FIEBRE, el miedo, la mudez de la ternura;

todo lo que agoniza y cae precipitadamente.

He llegado hasta aquí -¿no estaba en tu regazo?-

sombra o cordero de un enigma:

no sé si ha sido el ANGEL,

invasión subterránea,

si el mismo Dios a creado este litigio.

Mide la hondura del vacío y la infinita

soledad del alma;

la pesadumbre CóSMICAsobre mis hombros, la violencia

que todo lo unifica, aplastándome.

Tenía el corazón alimentado de cercanías:

desvelada la mente por la LUZ temprana,

-en su querencia puesta-

y ahora soy lo negado, vida que huye.

Búscame aquí. Acógeme

como una sombra fresca para mi fatiga.

(Tal vez un niño ciego

puede llevar mis pies por los antiguos pasos).

De La lucha con el ángel

“Mi poesía es, más que nada, una poesía íntima y para quienes descubren esa

intimidad puede ser que les agrade”.

Don Manuel de la Puebla es una figura gigantesca en la historia de la literatura puertorriqueña e iberoamericana. Sus veinte años al frente de la revista Mairena; sus 17

como productor del programa “Revista Oral de Poesía”; los 12 años de coordinación

del Premio Internacional de Poesía; las 70 obras bajo el sello de Ediciones Mairena;

sus nueve libros de poesía, y más reciente, su ciclo con la revista Julia, hacen de don

Manuel un paradigma en nuestro panorama cultural. Premio de Poesía Pen Club en

dos ocaciones; premio Odón Betanzos Palacios en España; receptor de la medalla de

oro “José Vasconcelos” que otorga el Frente de Afirmación Hispanista con sede en

Mexico, don Manuel nos ha dado cátedra de que es la propia vida, una llena de creación y solidaridad, y el trabajo consecuente, el mejor legado que podemos dejar.

No digamos más. Dejemos que sea el propio don Manuel el que nos hable de su ideal,

de su vocación y de su servicio.

MAIRENA

Si algo tengo que decir sobre la revista Mairena es que ha llevado la poesía puertorriqueña muy lejos. Esto lo podemos mencionar considerando que es muy difícil llevar afuera los libros de Puerto Rico, incluso para entidades gubernamentales que no cumplen con esa difusión en la medida que nosotros lo deseáramos. Pero, creo que a través de Mairena se ha tenido un amplio conocimiento de la poesía puertorriqueña, y

también se cumplió con colocar a los poetas puertorriqueños entre los grandes poetas

de todo el continente hispanoamericano y de España.

Mairena nació en 1979, cuando otras revistas en Puerto Rico se habían llamado al

silencio. A mí me pareció que ahí quedaba un vacío muy grande, que no había un

espacio para la poesía como lo había tenido en años precedentes. Para la misma

fecha desaparecieron la revista Mester, Palestra, Bayoán, y yo me dije: ‘Bueno, algo

hay que hacer”. Incluso hablé con Luis Hernández Aquino, a ver si me permitía darle

una continuación a Bayoán, y también hablé con Jose Luis Vega, para ver si me permitía darle continuación a Ventana, pero ambos entendieron que ya esas revistas habían

cumplido su función. Entonces entendí que era mejor ponerle un nombre, y recurrí a

ponerle el nombre de Mairena, el personaje alter ego creado por Antonio Machado para

exponer por boca de él cuestiones filosóficas y poéticas. Doña Margot Arce de

Vázquez me dijo que estaba muy bien escogido y Juan Martínez Capó interpretó en la

crítica al primer número que el título Mairena es equivalente a poesía.

La labor con Mairena ha sido muy grande, y la consagración mía ha sido de mucho

esfuerzo. Esas horas, traducidas en dinero, hubieran sido una cosa imposible de remunerar para una revista que no contó con mayores recursos económicos (salvo algunos donativos ocasionales del Instituto de Cultura Puertorriqueña, que ni siquiera cubrían el 30% de lo que la revista necesitaba).

Uno de los propósitos era, como dije, dar un espacio para los grandes poetas puertorriqueños, los que podemos llamar los clásicos puertorriqueños. De esa manera empezó Mairena con un ejemplar dedicado enteramente a Luis Palés Matos. Después vino el que dedicamos a Evaristo Rivera Chevremont, luego siguió otro a Luis Hernández

Aquino, y así continuamos dedicando números monográficos a don Francisco Matos

Paoli, a Juan Antonio Corretjer, al Trascendentalismo, y más tarde al Atalayismo.

También Mairena ofreció una panorámica de la poesía actual en el mundo hispánico en

dos volúmenes. Para el número dedicado a la creación femenina contamos con la colaboración de Loreina Santos Silva, que había dirigido con tanto éxito los Congresos

Internacionales de Creación Femenina.

Ya en los últimos años los números de Mairena se convirtieron, en realidad, en números antológicos. Como ejemplo te puedo mencionar la antología de José Martí, una que

hicimos de don Francisco Matos Paoli, y un número extraordinario que dedicamos a los

grandes temas contemporáneos o la imagen que la poesía ofrecía de las últimas décadas del siglo XX.

Ese número de Mairena es un poco pesimista; los poesías enviadas ofrecerieron una

imagen bastante negativa. Ya publicado el ejemplar, un poeta de Madrid me escribió

muy rápido, decía que tanto el prólogo como la selección se trataban de una perspectiva personal. Yo le contesté diciendo que esa perspectiva se reflejaba a través de lo

que se leía en la poesía. La poesía siempre es reflejo de su tiempo, y hasta uno podría retar a una persona que opine lo contrario, a que busque poesía de puro canto a la alegría. Los temas que yo fui presentando, por ejemplo “Seres en soledad”, “Extraños en la ciudad” (la visión que se tiene de la ciudad moderna) no son aquellos entusiamos de

un Jorge Luis Borges cuando hablaba de su Fervor de Buenos Aires. No. La visión que

se tiene de la ciudad, que viene a ser como el lugar de las gentes que se desconocen,

seres anónimos que caminan por la calle; aquellos que viajan amontonadas en los

metros, los subterráneos, y casi ni se saludan. También estaba todo lo relacionado con

la guerra en un espacio que titulé “Pero esta orgía inútil de la sangre”, palabras que

corresponden a un poeta mejicano.

La selección incluía poetas de España, de Argentina y de todo el mundo hispánico, y

no importa de dónde, esos temas se reflejaban en las obras de estos poetas. No es la

poesía de puros jóvenes, que escriben una poesía de tipo romántico. No. Es una poesía para un tiempo muy complejo y reflejaba la complejidad de ese tiempo. Otro ejemplo que puedo dar fue la sección “Una voz para la mujer”, allí se muestra todo un itinerario de la mujer, desde las décadas en las cuales significaba muy poco en la sociedad, hasta el acceso al mundo profesional como hoy día; todo esa lucha está reflejado en la poesía.

Hay que tener en cuenta que la poesía se ocupa de todos los seres marginados de la sociedad. Así, por ejemplo, antes hablé de las mujeres, pero también hay que poner a los niños, los niños sin infancia. En ese número de Mairena también hay una sección

dedicada a ellos para mostrar la situación, los grandes problemas, los atropellos que

los niños están sufriendo dentro de la sociedad contemporánea. El espacio para los

marginados se amplía con el capítulo relacionado con los indios, los negros, los pobres; los que padecen la injusticia. Finalmente, otro reflejo de la época es el capítulo que trata sobre los enfermos de sida.

El poeta mismo es un ser que está marginado en la sociedad, por el mero hecho de

que no se valoriza su poesía como tiene que ser valorizada. Ese puesto relegado se observa incluso en el espacio que el mundo editorial le da a la poesía ante los otros

géneros literarios.

Mairena llegó a tener un amplio canje, un intercambio con revistas de muchas partes

que formábamos una red de poesía, una red de cultura, conocimiento y amistad.

La revista concluyó con un volumen que incluía 20 estudios que se tituló: Veinte poetas

puertorriqueños del siglo XX. Para confeccionarlo se puso una limitación: que todos los

poetas incluidos estuvieran ya fallecidos. Por una parte esto permitía que fuera más fácil la selección, porque ya esos autores tenían un puesto muy firme; estudios que los habían afianzado en la estima crítica poética, y, por lo tanto, era más fácil bregar así, de esa manera. Ya en el breve prólogo, advertí que si son 20 poetas fallecidos y si fácil es la alabanza de los difuntos lo más importante es que ellos viven a través del testimonio de su espíritu. La poesía no es para muertos.

Llegó el momento en que se había hecho difícil la continuación de Mairena, primero por

los costos, era una revista de muchas páginas, y también porque pensé que una de las

motivaciones principales de Mairena, la de dar un espacio a la crítica poética, de alguna manera se estaba cumpliendo en otras revistas. Sin embargo aún deseaba continuar ofreciendo un espacio para la poesía y quise cambiar, pensando en una revista con más atractivo visual; que no fuese tan sobria, tan clásica como lo era Mairena, y que tuviese, pues, un atractivo para distribuirla, no solamente en las librerías, sino también en las farmacias y en los supermercados. Eso dio paso a la revisa Julia.

NACE JULIA

Con Julia se pretendía llegar a un público mucho más amplio. Fue por eso que los temas que aparecieron en los números de Julia eran temas familiares, el mismo tema de la familia en el núm. 2, el tema del amor, el de la vida, el tema de la poesía misma.

Temas que me parecían que podían resultar atractivos, sin por eso perder de vista lo que tiene que haber siempre en una revista, una poesía de calidad; una poesía que tenga los atributos necesarios, relacionados con los valores perennes de la poesía, pero, al mismo tiempo, con los valores de contemporaneidad.

Con Ernesto Alvarez y con Magaly Quiñones, colaboradores de siempre, se habló de que en las páginas centrales incluyeramos una especie de dossier y así lo hicimos. Concluímos la revista con un número dedicado exclusivamente a Julia. Ella es la que le

da nombre a la revista; nosotros nos habíamos entusiasmado con la idea porque era tenerla como mentora. Ese número especial recogió escritos dedicados a Julia por

muchos poetas de Puerto Rico y de otros países que han puesto su amor por Julia. Y ese era también nuestro reclamo: mover el nombre de Julia. Julia es nuestra poeta más estimada hoy por hoy en Puerto Rico, y su poesía es una poesía comunicativa

que puede llegar a toda persona de mediana cultura.

Decidí concluir con ese número porque no la podía mantener indefinidamente. Por una

parte, el acrecentamiento de los costos de envío, pues el correo quitó esa franquicia, para mí era importante que saliera a hispanoamérica y a España. Por la otra todavía tenía entre cuatro o cinco proyectos que no estaban concluidos. Quería dedicarle tiempo a mi propia producción crítica y poética.

Poética

No pienses para quien labras la PIEDRA;

domina su aspereza, el lento

pareo de la LUZ y de los golpes

del cincel, y que el estudio baste

a tu contento. No apresures

el orden de los días y sus noches

con el FUEGO

QUEMANTE DELRELAMPAGO.

La catedral finada y la custodia

de fina orfebrería,

en donde BRILLAELORO altivo

del ingenio,

sean la pausa.

Estiliza la imagen. Subordina

lo frívolo. Argumenta

con simetría el rostro de la idea,

y las palabras: exiguas,

-laboriosos delfines

que acceden a la LUZ y la manejan,

como quien baja un ASTRO

ante la misma puerta del asombro.

De Reparos en el espejo

Yo creo que siempre la poesía es una forma de defenderse frente a las condiciones

poco amistosas, poco favorables, que encuentran las personas dentro de la sociedad

contemporánea. La poesía es como un refugio; muchos poetas lo han expresado y es

evidente. Pero en esto hay que evitar una mera contemplación narcisista; el poeta tiene

que estar comprometido con su tiempo, con los problemas, y, especialmente, con las

personas que tienen menos voz y con las víctimas de la sociedad y la época.

Yo creo que no es una característica de nuestra época la torre de marfil, así como se sintió en las últimas décadas del siglo XIX. Yo veo en los poetas contemporáneos, mas bien un verdadero compromiso con su entorno y los marginados. El mismo compromiso personal que los obliga a definirse, a hacer que su poesía sea un arma de carácter activo frente a toda agresión que constantemente se recibe del ambiente, de los que tienen el poder, de los que administran el dinero, de los que distribuyen las armas, en fin, los que de una forma u otra condicionan la vida del escritor.

La caricia espontánea: inicios en la poesía

Empecé a escribir durante mis años de la escuela superior. Un amigo y yo empezamos

a hacer una revista que se llamó Alborada. Eran los comienzos, naturalmente era la

época de las imitaciones. Mis influencias fueron más que nada un fervor por Bequer,

por Antonio Machado, por Leopoldo Lugones. Todo esto correspondía a la época de

mis estudios en la Argentina. Ruben Darío también... José Martí... Eran los años de

entusiasmo por ciertos poetas. Lo tuve además por un poeta Lituano que escribió en

francés, Milos Ludwig; leí de él una obra de teatro, que era sobre el personaje de Don Juan, y era tan lírica que me gustó mucho.

Convertime en poeta fue enteramente espontáneo. Sin lugar a dudas fue posible gra-

cias a ese contacto con la poesía. Primero fue la lectura de unos autores y después, así como el agua que se mana sin que la obliguen, fueron brotando los versos. Esas primeras poesías las hice, como dije antes, siendo estudiante de la escuela superior. Claro, de eso no queda nada; sé que eran simplemente ejercisios poéticos.

Comenta sobre su Obra

Unos apuntes líricos

1972

Mi primer libro se publicó en el año 1972 y resultó ser algo así como una selección de

la poesía que había escrito, no sé si diez años antes o más .

Yo pasé muchos años sin atreverme a llamarme poeta. Escribía y publicaba en revistas. No era miedo sino una especie de modestia. Pensaba que llamarse poeta significaba tener otro lenguaje: el dominio de la poesía. Bueno, tengo que reconocer que había también algo de cobardía al público. Por eso le puse a ese primer libro, Unos apuntes... unas notas; no era por lo tanto una poesía pretenciosa, sino, la poesía humilde, la poesía sencilla.

Entre los poemas que puedo mencionar están Apuntes de una cena místicaque es

reflejo de una temporada en la que sentí una inclinación de orden místico; temas religiosos como Apuntes para una navidad blanca, y Canción para mecer a un niño. En

una sección titulada Para decirnos antes de tiempo, hay un responso lírico por Gabriela

Mistral. Apuntes del viajetrata sobre un viaje que hice a Europa; estuve estudiando

seis meses en Francia.

Ese libro es más que nada una visión poética de lugares, pero no tanta descripción,

sino, realmente el apunte lírico, la transformación de objetos, cosas o circunstancias,

todo transformado a poesía.

Romances para decir en las calles de Río Piedras

1978

Ese libro fue más que nada un deseo de experimentar con la forma del romance. Vino a ser una adaptación del romance a ciertas circunstancias; un recurso de la imaginación acerca del entorno mío, como estudiante primero; después durante mis primeros

años como profesor en Río Piedras.

En Romances hay algo de crónica, de exteriorizar cosas que recogía como vivencias

del ambiente; dentro del mundo puertorriqueño en el que entré con toda facilidad y con

toda satisfacción. Traté de recoger en esas páginas esa convivencia que me resultó

una experiencia hermosa.

Poesía militante puertorriqueña

1979

Primero fue un estudio y después una antología de la poesía que tuvo tanto impacto en

la década del 60 y primeros años del 70. Realicé Poesíamilitanteutilizando particular-

mente las revistas Mestery Guajana, y algunos libros como los de Manuel Torres

Santiago y Jorge María Ruscalleda.

No es desamor tu viaje

1986

Este poemario estuvo motivado por el fallecimiento de mi primera esposa, Carmen Julia Camacho. En el mismo se expresa lo que es propio de una elegía: el sentimiento

por la desaparición de una persona querida. Pero, bien mirado el libro, más que nada

es la afirmación de la perduración del ser querido en el recuerdo, en la memoria, y tam-

bién es un verdadero canto al amor.

El libro está concebido de acuerdo a la estructura clásica de la elegía, que primero presenta el motivo, luego una plegaria. Después la recordación del ser querido. Hay otras

partes que tratan el elogio a la persona, y, finalmente la consolación filosófica, que en

este caso es más bien una consolación de orden psocológico porque es la perduración

de ese ser querido dentro de la memoria.

Anillos de amor y de muerte

1991

Es también una elegía, pero ya no tiene la misma estructura. En ese libro hay dos partes: en la primera, es la voz mía; expresando el sentimiento del dolor y también el amor

hacia la poeta Alicia Fernández Gil, mi segunda esposa.

En la segunda parte he recogido su voz, porque ella, cuando descubrió que lo que tenía era cáncer empezó a ver la muerte como si fuese un celaje; la muerte que se venía, y así empezó a escribir su libro que se titula Ese perfil que avanza. Entonces yo, sin decírcelo a ella, fui escribiendo también esos poemas que eran la interpretación de sus sentimientos. Esos poemas fueron hechos durante ese proceso. Esa parte la escribí simultáneamente cuando ella hacía sus versos; la primera fue posterior.

En vez de dejarme aplastar por la muerte, escribí poemas. Poemas en los que expreso

mi amor, en los cuales comunico la continuidad de la vida en mí como una presencia

constante.

Sencillamente el mar

1995

Mi actual esposa me inspiró este libro. Ella vivía en España, y entre esa distancia en la

que se desarrolló el noviazgo, ella allá y yo en acá en Puerto Rico, escribí este libro.

Por eso hay una serie de poemas que se titulan Distancias. Este poemario fue premiado con el premio Odón Betanzos Palacios.

Los reparos del espejo

1997

Ese texto fue un homenaje lírico motivado por el centenario del fallecimiento de Sor

Juana Inés de la Cruz en 1995. De la estima por la obra de esta poeta, he pasado, gradualmente, al entusiasmo por su persona.

Me identifico con Sor Juana en las manifestaciones de rebeldía -y de los silencios

heroicos- frente a las ataduras religiosas y sociales; frente a la condición humillante,

injusta, de la mujer; y sufro por causa de las limitaciones de su época que no puede

superar: la servidumbre ante los poderosos; la conformidad afectada frente a las convenciones sociales; la aceptación de los gustos y restricciones del ambiente literario.

Mi identificación con Sor Juana se expresa en un plano de intimidad en el que intercambiamos libremente palabras y pensamientos.

La lucha con el ángel

1998

Esos poemas los tenía desde mi época en Argentina. Yo los había escrito cuando tenía

37 años. Ynacen de una crisis espiritual muy fuerte. Tenían un contenido demasiado íntimo y los guardé; no me atreví a sacarlos. Pero un buen día me dije que, por esa

fidelidad a la poesía, había que sacarlos. Dediqué un verano entero a corregirlos.

Habrá sido en el 97. Lo corregí dos veces, y la corrección consistió principalmente en tachar, tachar y tachar.

Palabra virgen

2004

Se trata de un libro que empecé hace 40 años cuando una de mis hermanas estaba

encinta. Son unas prosas líricas, casi un diario; un itinerario cronológico, mes a mes,

de ese mismo proceso en la Virgen María; un intento de aproximación a sus pensamientos y emociones que me permitió introducirme en el mundo de la mujer encinta. Y por esa maternidad, María, fue transformada. La unión con Dios se constituyó en presencia viva y fue, en la práctica, su embarazo, el primer ejemplo de unión mística del cristianismo.

Por la ruta de los pájaros

2004

Titulé inicialmente “Porta Coeli” a este conjunto de poemas para expresar el acceso feliz que he tenido a la belleza natural y humanizada del paisaje de Puerto Rico. Para significar, al mismo tiempo, el entusiasmo, la alegría de ese encuentro, en un momento especial.

Otros títulos

Antología Cósmica

Frente de Afirmación Hispanista

México

2001

Diálogos de Amor

(suplemento antológico Torre Tavira)

Cadiz, España

2002

Pertenezco legítimamente a este País, no sólo por las raíces de sangre -mis hijas-

sino porque lo siento, lo conozco y he trabajado sin cansancio por el acrecentamiento de su cultura.

No de lágrimas o despojo

del nido destrozado sea mi verso.

No de nieve.

Con la fibra del roble y del perfume

del pino sea hecha

la palabra incorruptible.

Pugne como la vida

que llamea en las puntas de la rama;

como la alondra bajo el azul

sostenga el vuelo.

Pido la desnudez del pez

y el tono

del agua que musita entre la hierba;

la limpieza del espejo

en la mañana.

Opiniones sobre don Manuel de la Puebla

**

Qué decir de un mentor, de un maestro.

Cuando nadie sabía de mí, cuando mis

poemas eran páginas dobladas,

Don Manuel de la Puebla me abrió las

puertas de su casa y discutió conmigo

aquellos escritos de mi primer libro

Poemas para no morir.

Sus palabras me impulsaron a publicar.

Lo vimos muchas veces

asistir al Grupo Puertas,

el intento de una generación de

hermanarse y dar voz.

Lo escuchamos en la radio,

hablaba de poesía y a veces de nuestra

poesía. Su búsqueda íntegra de lo más puro

del arte lo ha hecho una de las

personas que más admiramos

en el marco de la isla.

Como aquel amigo que

te sirve de espejo, Don Manuel me devolvía

la poesía en mí. Ante esta figura

que ha luchado con el ángel,

inclino mi cuerpo y hago reverencia.

Mairym Cruz-Bernal

**

La revista Mairena y luego la revista Julia,

dirigidas ambas por Manuel de la Puebla

fueron el foro abierto a múltiples

posibilidades donde se presentó

no sólo mi producción poética sino la de

cientos de jóvenes que como yo

pugnaban por expresarse.

Gracias a mi exposición en Mairena

recibía con frecuencia cartas de otros

escritores, editores y críticos

de latinoamérica y España. Gracias a Mairena

y a Julia he podido alzar mi voz

más allá de estas fronteras.

Por más de dos décadas

he acompañado a este Quijote moderno

en la ardua y gustosa tarea de crear, editar,

pulir y divulgar ambas revistas.

Tarea nada fácil en nuestro medio,

tarea que sólo un espíritu tenaz,

noble y laborioso como el que él posee

podría realizar.

Para mí es motivo de orgullo el que

don Manuel me haya permitido ayudarle en

esta gestión tan necesaria como encomiable.

Por eso me complace enormemente

el unirme a este merecido reconocimiento.

¡Gracias y que sea enhorabuena, poeta!

Magaly Quiñones

Foto de Don Manuel de la Puebla: Daniel Mordzinski

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