miércoles, julio 20, 2016

poeta invitado: Angel Antonio Ruiz Laboy

…allí donde juré haber sembrado un árbol
sembré un camino
cavé una gruta
lloré mi sed…
Ángel Antonio Ruiz Laboy



paracaídas

me faltas como el vértigo pertenece a las alturas
porque me asomo al recuerdo de tu boca
y no hallo maroma que encarne tu saliva

entonces doy un salto
y tu pecho es un bastión para caídas

de un golpe el vértigo despierta lastimado
estremecido sobre engendros de maromas

caigo

y el vacío yace retenido de memorias

cuelgo

y el vacío muere

como esta caída
me mata la ausencia de los vidrios.

(de El tiempo de los escarabajos)


escarabeo

la piel es un sarcófago que apresa transparencias
y el resultado suele ser un corazón momificado
un insecto de papel que ya no vuela letras
y que anida en el suicidio de unos versos negros
de una secuencia de cuerpos primitivos
que escudan sus alas y que retornan a la larva
para renacer en la promesa de sueños eternos
y justificar la existencia de la circularidad del tiempo.

(de El tiempo de los escarabajos)




la tristeza de las formas

el júbilo de la humareda se transporta
como un eco del viento atosigado
de penumbras líquidas
de memorias sin placenta y sin ovario

el humo entonces se atraganta
como fusil de axiomas tristes
como velo de identidades que se rompen
de banderas deformadas por el fuego

nos devela que hemos sido
juego a la verdad y carnaval de mentira
aire muerto menstruando la noche sosegada
desde la cortina de un cigarrillo poblado de ansiedades
que nos calma la tristeza de las formas.

(de Hemisferio de la sombra)





lo posible

podríamos lamernos las dagas de la carne
de cara al precipicio y hacer un laberinto
de piernas que se rompan para dar paso a las alas

podríamos compartir el sudor de nuestras sábanas
besar la madrugada desde la misma estación
sorber el sol desde una misma taza y retomar
las faenas de la carne, los peligros del olvido

podríamos agrietar el ojo a la tristeza
cuidar de la ceniza el paso de esta llama doble
y tejer el silencio una y tantas veces
que comulgue tu sueño con mi almohada

podríamos desistir de ser gaviotas y volvernos ala
naufragar la nostalgia y volvernos escama que cincela
un camino de agua o un viaje de humo y sal

podríamos, por decir algo, ser felices.

(de Hemisferio de la sombra)



huecos

tener el alma arrodillada ante el silencio
tener la piel queriendo ser fantasma
tener algo temblando desde el ojo y ver
que todo cuanto llovizna es rabia abierta
mirada embrutecida y golpes ciegos
que lloran por los cauces sin corrientes

tener sed hecha una grieta sobre el cuerpo
y un par de promesas que humedecen la palabra
tener tinteros que se alojan en el pecho
y carecer de plumas que describan soledad

tener sino vacios que pululan
tener sino cenizas y carencias

no tenerse.

(de Canto a la ceniza)


juramento

allí donde juré haber sembrado un árbol
duelen las cicatrices fútiles en la tierra

queda solo el tatuaje de una sombra
y la piel de la semilla casi intacta

quedo yo germinando atardeceres que se abortan
quedan el fruto dormido
y la posibilidad de primaveras moribundas

allí donde juré haber sembrado un árbol
sembré un camino
cavé una gruta
lloré mi sed

allí donde juré
sembré cenizas.

(de Canto a la ceniza)


1 comentario:

dorisanliterat dijo...

Ángel querido , tu poesia es sublime ... da gusto leer tus textos desde el primer libro que me dedicaste aquella vez siempre que puedo leo tus versos en voz alta para escuchar esa musicalidad que se desprende de cada verso. . Ese libro es hermoso pero veo que tienes otros libros y son tan buenos como el primero . Te deseo lo mejor en este quehacer literario. Felicidades y muchos abrazos .
Doris