lunes, abril 14, 2008

Desde los plieges de un bosque deshojado


Acróstico para la bien/venida de un poema

Amasando la palabra desde sus pliegues
Revuelco sus pendulares estaciones, y no es pecado,
Transito la piel de la piel sobre piel sedienta
Sed de esa palabra, sed emboscada, sed de la sed.

Ese es el secreto que no se dice, pero se humedece
Rozando la espesura desde la lengua hasta la punta
O, tan sólo, al ras del vértigo y el grito silente
Todavía te columpias y juegas al billar con una letra
Implacable pasas los dedos del verbo a través de los labios
Comienzo ahora a perversar un verso desde la gruta
Ahora podemos beber el misterio del poema.
ana maria fuster

3 comentarios:

Rosa Silverio dijo...

Buenísimo, Ana María.

Me encantó este poema. Muy sugerente y evocador.

Espero que estés muy bien.

¡Ya nos veremos en la feria del libro!

Un abrazo cálido.

Anónimo dijo...

¡!!!!!!
*****
C E C

Anónimo dijo...

Esto es ingenioso y really hot...