miércoles, mayo 18, 2011

Bitacora del celular I, el juicio final y otras bicherias


Un miércoles cualquiera para el juicio final

O divagaciones de una bicha

Las cosas que ocurren en el ombligo de la semana. Me texteaba en el fin de semana con una de mis mejores amigas e ir con mi hijo a comer una pizza después de su partido futbol. Ella me dijo, bueno eso si llegamos al sábado porque un predicador dijo que el juicio final iniciaba ese día. Un tal Tadeo le había llenado su muro del feisbus con noticias apocalípticas. Decidí buscar en la fuente mayor de sabiduría, la wikipedia. Pues así es, bajo 21 de mayo, puedes leer claramente Juicio Final. Fuck, si lo dice la wiki...

Compré un café. Respiré profundo y oriné. Eso último lo hice en el baño del tribunal. Le envié otro text a un amigo. Oye, un predicador gringo predijo que el 21 de mayo comenzará el juicio final. Send. Nos jodimos. Send. El puto juicio final comienza el sábado. Espero que sea como aquel soap opera gringo que duró más de 20 años y salió hasta Ricky Martin. Send. Por cierto, ¿qué es una ópera de jabón? Send. ¿Una ópera de jabón? Esa fue su respuesta. Le dije, lee los mensajes anteriores.

A veces eres medio bichita. Me llegó otro mensaje de uno con el que salí par de veces y corté porque me daba caspa soportarlo. Y eso fue hace meses, pero sigue con el taca taca y como el celo de las perras, el susodicho aparece cada 3 meses. ¿Por qué no se ubica? Ya tuvo su momento, y sólo porque me cogió en baja. Como dice otra amiga, la Yola, el aburrimiento nos lleva a hacer tantas tonterías.

Escribí: ¿Medio? De medios nada, bicha completa. Send. Me sale con ¿y tú sabes lo que es ser bicha? No le contesto. Y me llega otro mensaje: vamos, se que te das puesto, eso le gusta a las mujeres. Cabroncita. Miro la pantalla del celular. Se me subió la bicha suprema que me habita. Le envío “Ok. En el RAE, la 2da acepción de bicho –a: Persona ávida, de malas intenciones. Bajo la entrada bicha, es el príncipe de los ángeles rebelados. Una bicha es el diablo. En inglés to be a bitch, es una perra, bruja, hija de puta, etc. Pues, sí, soy todo eso, mi cabronería no tiene límites. Así que cuídate de mi bichería. Send. Silencio total. Además, como a mi madre, me saben a mierdita los diminutivos. O todo o nada. Dice mi compadre, quería bicha, coja ahora.

Y seguimos con lo del juicio final paquí y pallá. Otro comenzó a enviarme mensajes de Dios y la esperanza. Le dije que nene soy agnóstica y me contesta que si eso era lo de leer letritas al revés. ¿? Send. Su contestación: Y no crees en que algún día sí llegará el encuentro con la divinidad. Ese lo borre sin darle cráneo. Es hora de mi segundo café de la tarde. Decidí contestarle. Mira, si hay gente que cree en la iglesia del dinosaurio, que los latinos son inferiores, que las mujeres somos propiedad de los hombres, que los homosexuales son enfermos, que Fortuño y la mayoría de los legisladores son homo sapiens, que las telenovelas son arte, que los whopper son deliciosos; en efecto, tiene que llegar el juicio final. Send. Otro que no me vuelve a escribir.

Le reenvío mi contestación a otro amigo. Y se ríe, el pobre estaba aburrido en una reunión de staff (en inglés suena más chic, pero te pagan la misma miseria). Dice que el jefe les hablaba de motivación, de trabajar felices y mayor producción. Pero si están todo el día trabajando números en cubículos diminutos y con la temperatura en 45 grados. Le escribo. Me invitas a tu trabajo y les doy un discurso una o dos veces al mes, sobre crítica social, algo que sea graciosito, es mas hasta cito manuales de autoayuda, vamos. 30 minutos por $175, por $200 les reparto condones y chocolates y por $225 añado pasajes de la biblia y el eróscopo del empleado del mes. Send. Respuesta. Estás loquita, so blasfema. Maldita sea, otro diminutivo.

¿Sabes, que? Le escribo a la amiga, a la del primer text. Que nos lleve el maldito juicio final. Total aquí les daremos la bien/venida a los ángeles del infierno, del cielo o de donde sea. Que si les conviene podrán tomar los cargos en vistas fast-track a modo de jueces del tribunal supremo del más allá.

Me escribe mi amiga Maldes, y ¿quién fue el capullo que te escribió eso? Se, refiere a la bichería, que a ella también le envié el forward del text. Soy muy discreta. También los remití a mi compadre José, a Pancho, a Ane, a la Dodó, a Manuel. La de Ponce me dijo, es que las bichas nacen, no se hacen, para él eres la Sra. Bicha. Al menos tengo sus amigos solidarios, desde la bichería común de no soportar que nos traten de meter cualquier idea como cucharita de papillas Gerber.

En fin, que se me adelantó la regla. Tengo el escritorio lleno de papeles por corregir. Las noticias escupen necedades en la radio. Cerré la puerta de la oficina de un tirón con mi dedo índice afuera. Es un miércoles cualquiera en este paraíso a mitad de precio. Qué llegue el juicio final, mientras me tomo un café y pago la cuenta de mi celular.


Ana María Fuster Lavín


1 comentario:

Angie Mercedes dijo...

JAJAJAJA Ana eres tremenda para no usar disminutos. Me gustaría tener una vecina-comadre-amiga como tú, y mira que no tengo "AMIGAS" por eso de que: las mujeres son malas, y claro, opté por gustarme los hombres de amigos (ellos si saben darte un ride, defenderte a capa y espada, o invitarte unos tragos para la amargura. Abrazos en bits desde mi Polo Norte