
Aroma a rutina
Lunes, martes, miércoles… ¡Odio esta vida!, gruñía todos los días. El marido, los niños y hasta los vecinos la tenían harta. “Los mandaría a toditos a la mierda”, sentenció. Cuando llegó a su casa en la tarde, estaba desierta; un nauseabundo olor la arropaba.
Sonrió…
Ana María Fuster
adaptación de Zuleyka en Verdades Caprichosas, para Edición Mínima, Revista Sotano 00931, y publicado en Claridad, pág. 30 en noviembre de 2004
3 comentarios:
Ja ja, si amiguita, la rutina es una parte inevitable, pero que irónicamente nos divierte y nos brinda historias, y esa espontaneidad... otro abrazo
Sí!!!! Yo también sonreí...
Blanca
Gracias Blanca, sí, nos tenemos que reír de las rutinas... para no enloquecer sin remedio... un abrazo a Claudia
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