Amarilis Tavárez Vales:De la ciudad, la mujer y los versos…Ana María Fuster LavínESPECIAL PARA EN ROJOhttp://www.claridadpuertorico.com/articulo.php?id=4510“Nosotras.
Millones.
Ondeando el ritmo de la tierra
que se mece en la órbita de nuestro baile secreto.
Sin que importe el suelo que pisamos
la tierra es una.
Nosotras también."
Amarilis Tavárez Vales, poema
Mujer.
La poeta se desnuda y su poesía provoca, condena, su palabra es espada, espejo, grito y seducción... inconformista ante la sociedad, una voz prematuramente madura que conoce la piel de sus palabras, el erotismo fino de las pasiones y la locura. La dualidad de una mujer seductoramente controlada en un mundo de situaciones paralelas, realidades que son tan simples como complejas, las seducciones del Hades, pero siempre ilumina la esperanza. “
Loca, única, imitadora, multirrítmica Amarilis Tavárez Vales”, añade la poeta y amiga Mairym Cruz-Bernall.
Nos encontramos ante el mundo de la poeta puertorriqueña Amarilis Tavárez Vales (1974) en sus
Realid(h)ades, poemario recién publicado por
Isla Negra editores, desnuda de idealismos, pero cargada de esa vida que se ha encontrado de frente y “sólo dispuesta a vivir plenamente”, “me presento ávida de placer, de amor / de justicia, de paz, de razones.”. (Me presento, pág. 15.)
Dijimos desnudez, sin ropa ni complejos para quitamos el antifaz ante el objeto del deseo, así como para enfrentarnos ante unos versos que plasman un control absoluto del ser. “
La desnudez es el autoconocimiento y la autoaceptación, es tal vez como quisiera verme, totalmente desnuda ante la moral de turno, ante la sociedad, ante mí misma, entonces sin miedo a esa desnudez, a pocas cosas le tendré miedo”, comenta la escritora camuyana, perteneciente a la junta editorial del colectivo literario El Sótano 00931 (dirigido por el poeta Julio César Pol).
“Aterricé fulminada de historias,
cuentos de asaltos
temor de su agua con sabor a cobre.
Traía una maleta para pocos días,
un monedero listo,
un corazón sin sueños.” (
El otro suelo, pág. 17).
Es la mujer poeta frente a la sociedad, la ciudad, su país, como espectadora y actuante, con su tarjeta de residencia que no es rosa ni verde, tal vez multicolor o multitudinaria como sus versos mismos, marcando un tempo apalabrado de versos largos y cortos, desde la famosa clave al bolero y el reggaetón. “Por alguna razón llegué a este país. / Una ciudad en(s)cementada, alumbrada y divertida / que se mece entre la risa y el llanto.” Nos referimos a
El otro suelo (pág. 17), poema urbano a los ojos de la joven escritora, que cuenta con estudios de sociología y sicología en la Universidad de Puerto Rico), nos sumerge en su música, ruidos, olores, es una ciudad tan lejos y tan cerca. ¿Y la poeta que hace con su “ciudadanía” o su “nacionalidad de hojas”? Respuesta obvia, escribirle a la ciudad que se le viene en las manos, con sus calles multinacionales, multiculturales, multiplicantes…
“El memo decía / claramente que el maquillaje es indispensable…” / “El memo dice claramente / si no eres como ellas / serás como todas.” (Memo, pág. 23)
Tacones, maquillaje, azul, violeta, no, mejor aún colores arena, según la moda impone para la mujer trabajadora de hoy, máscaras, la moralidad según el cristal con que se mire, del gobierno de turno, o del país que según la jugada del destino la haya tocado a cada mujer. “Por cientos de años, por milenios, la sociedad y la religión nos conducen a utilizar máscaras. Más que una imposición, es una respuesta”, añade la propia bloggera de
http://letrasdetrapo.blogspot.com Y es que otro de los grandes aciertos del poemario es la posición de la mujer en esa ciudad, Amarilis Tavárez trabaja con seguridad y naturalidad, sin encasillarse en la llamada poesía feminista.
“No quiero enclaustrarme en lo que es el feminismo, considero que aun cuando quiero evitarlo mi denuncia es social. La imagen de la mujer es importante, porque es lo que soy y las experiencias cotidianas nos inundan. Creo en la equidad, creo en la necesidad de atrevernos a transgredir nuestros espacios y comenzar a aportar con algo a que la perspectiva social cambie”, nos comenta la escritora. Esto nos lleva a pensar que más que en usar la poesía cómo denuncia feminista, a través de su poemario Realid(h)ades, construye versos que denuncian o convocan la libertad del ser interno.
“Oculto mi debilidad imperdonable: mi cordura / Entrego mi única arma de guerra: mi verso. / Ofrezco mi única señal de vida: mi locura.” (
Loca, pág. 24)
Es un libro que nos invita a la relectura, para descubrir otras dimensiones, divididas con efectividad --sin indicarlo en su índice-- en los tres tiempos de un concierto, tres espacios, tres temas, la trinidad de la poeta, brillando las múltiples interpretaciones y estados de ánimo. La primera parte se conjugan los versos desde una ciudad (des)equilibrada (poemas urbanos: Me presento, El otro suelo, Precipitación. Plaza, Mis líneas, Memo). Como poema de transición, Amarilis moldea los versos de De otra forma, para caer en su segundo movimiento en tempo allegro ma non tropo, o un bolero, donde la mujer nace, crece y se libera, para tomar el control de su vida y su cuerpo.
Aquí encontramos tres poemas que, leídos en conjunto, son excelentes obras que merecen un sitial en la nueva historia literatura puertorriqueña aún por construir. Son los poemas Niña, Mujer, Anciana, un viaje por la ilusión, la reafirmación, la nostalgia. Aún cuando la propia poeta, en su humildad, o inconciencia acertada, desconoce la trascendencia de su obra, virtud esencial de una gran escritora en proceso, la humildad de la que lamentablemente se carece en el mundo literario. Amarilis Tavárez nos comenta:
“
Esta trilogía encierra tres poemas que me gustan mucho. Cada uno nacido en un momento diferente, con mucho tiempo de diferencia, no tenían unidad conciente, pero luego la adquirió… Se me hace difícil explicar mis letras, porque son un grito interno, una búsqueda de aire, quizás por eso escribo tanto… Nunca dejaremos de ser niñas, somos mujeres que llegamos a ancianas. Esas son nuestras edades… Eternas.”
Con la misma seguridad llegamos a la tercera parte del poemario, donde la sensualidad es sinónimo de seguridad, y los versos son autoritariamente eróticos, dominando la estructura a tal grado que la economía de palabras juega con el lector y lo reta con poemas ahora mucho más cortos que en los poemas anteriores de libro. Amor y soledad, pasión y control, seducción y reto aparentan ser las nuevas armas de lucha. “Para olvidarte / prohibiré a mis senos que te contemplen. / Llevaré / tu mejor abrigo / gris.” (
Para olvidarte, pág. 54) u “Olvídalo / ese espacio entre mis jeans y mi piel / está tomado.” Concluye el libro con su homónimo Reali(h)ades como una recapitulación y reafirmación de esta mujer y poeta o poeta-mujer.
Aquí llegó Amarilis Tavárez Vales, para quedarse, formar parte de la nueva época de la poesía puertorriqueña, versos ricos, multirrítmicos, nítidas imágenes con mucha seguridad, una poeta imprescindible, para que la leamos: “Desnuda / para enfrentar el renacer de mis pecados.” (
Realid(h)ades, pág. 58). Aceptamos su reto, esperando sus próximos versos.
La autora Ana María Fuster es narradora y poeta puertorriqueña..
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amfuster@prtc.netinformación adicional sobre cómo adquirir su poemario, a través de la autora, y
http://www.islanegra.com