blog de la escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavin --gestión cultural, cuentos, poesía, ensayos, fragmentos de textos y vivencias desde las sombras de una ciudad silente-- “Tengo miedo de mi voz y busco mi sombra en vano. ¿Será mía aquella sombra sin cuerpo que va pasando?...” Xavier Villaurrutia
miércoles, septiembre 06, 2006
Desde la ciudad de las sombras 24: llega desde Italia -Latebiosas
¿Por qué tenés que estropear siempre todo?
Era media noche, una profundamente tranquila, en un septiembre igualmente tranquilo; y ella estaba muy cansada, como si todo el peso del universo, del mundo, se hubiese puesto a gravitar sobre sus espaldas; cansada como si la estructura entera, compleja y complicada del teorema de Gödel y su resolución hubiesen fracasado sobre su cabeza... Decidió bajar a la playa.
Siguió la línea de sus pensamientos, las huellas horizontales de sus reflexiones que buscaban un baricentro constante que le permitiera caminar siempre de manera recta...horizontal como era el escenario del cielo que caía en el mar, en una indefinición plana: un panel negro, inmenso, eso era para ella el cielo...y un enorme círculo de cartón de leche, pegado a la derecha, la luna, blanca, anónima, apática, calma, sin alma...la arena cruelmente luminosa como esa luna...
Miró ese silencioso panorama bicolor y bidimensional....¿bicolor? El blanco y el negro no son colores, se regañaba a sí misma, sonriéndose con bondad...y ¿bidimensional?, ¿panorama, realidad, mundo bidimensional?
Dio un paso en la arena cristalina y se detuvo en el punto en que el mar acaricia la tierra, como un amante tierno después de la pasión.
Sus pies mojados...¿bidimensional? No. Para ella la realidad siempre había sido unidimensional: su dimensión, la única, blanca como su piel, clara, luminosa como el sol, como una idea recta...Para ella no existía el negro, ni el norte y el sur, ni el acá-allá, ni esto ni aquello: su mundo era suyo, sin diferencia a turbar la superficie de sus afirmaciones; ninguna negación, todo igual. Todo era blanco, verdadero, cartesiano. El mundo entero descansaba sobre coordenadas x y, por lo tanto, si algo era así era porque así debía ser. Este mundo era mejor del mundo mejor de todos los mundos posibles. Las x y nunca se equivocan.
Sin embargo, nunca había pensado que el punto puesto en un plano cartesiano es, sí, una entidad lógica, pero apoyado en coordenadas reales, exactamente como sus pies en la arena....
...y de repente....un dolor......fijo, puntual, directo en el corazón, una puñalada helada y un hormigueo que, desde los pies, subía por su piel blanca, deconstruyendo, desmontando su cartesiano punto de apoyo...
¿Qué es eso? Miró los pies que estaban tomando espesor en el agua...redondos dedos, acariciados por el agua, el sensual movimiento de la arena que circunnavegaba sus talones, los tobillos, lentamente...suavemente...tomando forma de carne...todo...el agua...su pie....su carne...el agua...el agua...agua...
Por primera vez sentía algo: placer...por la primera vez sentía sus pies...Salió inmediatamente del agua....corrió....se paró...
Los miró...
Claro, decía, el agua fría ha causado el principio de un proceso de...¡Cállate! ¡Siente!
Estaba entrando en el pánico...y entró en ello cuando levantó los pies y miró la parte de abajo, aquella parte que a casi nadie interesa ver...empezó a frotar con las manos, desesperadamente....pero nada: las plantas de sus pies se habían vueltas negras...no, no exactamente negras...eran sombras, sombras grises que teñían su piel, unas ligeras sombras grises, homogéneas, delicadas, olvidadas pero presentes.
Puede ser una ilusión óptica...la luna crea, con su luz, una sombra que, con la inclinación del pie...entonces, por debajo...¿o no?
Volvió a correr hacia el agua, y se mojó las manos para lavar esas horribles manchas... pero...oh...oh...dioses...que maravillosa sensación...con los pies y las manos jugaba, haciendo pasar el agua entre los dedos, gozando de esa caricia sensual, moviéndose, girándose suavemente, como un árbol en el viento, lentamente, levantaba el agua y reía, reía, reía...
De repente....miró sus manos y salió, corriendo, del agua..se viró con las espaldas a la luna para mirar mejor...esas terribles manchas también allí...¿en las manos?
¿Posible que sea el agua?....¿Otra odiosa base naval que nos ha contaminado? Tiene que ser una reacción al...¿¡ Pero, querés callarte ya!? ¿Por qué tenés que estropear siempre todo? (como le había dicho su ex marido, el día en el que se había ido de casa para vivir con una mujer de veinte años más joven que ella....¿Qué tiene ella que yo no tengo?...Está viva, fue la respuesta).
No era una ilusión óptica. Se fijó en su sombra proyectada en la arena: no tenía ni manos ni pies...
Se viró...miró intensamente el mar...empezó, caminando lentamente, a desnudarse: un arrebato repentino, rápido, una mano que le agarraba el corazón, corazón que dolía, despertaba, violento, brutal...visceral pasión, pasión, encendida pasión...y sus piernas querían correr para nadar en el viento, en el agua primordial del intercambio del calor. Por primera vez, como una bacante, pedía que alguien bebiera de su amor, y tiraba sus nervios como una cuerda y bailaba, bailaba, entrando en el agua...lentamente, sintiendo el placer de dos brazos tibios que rodeaban sus muslos, que subían hasta la cadera...y se dejaba llevar por ese dulce movimiento en el que deseaba, deseaba acuclillarse, empaparse; ese movimiento al cual quería ceder su cuerpo, abandonándose, por una vez, completamente, y completamente entregándose...cerrar los ojos y dejarse ir...lentamente...los brazos grises, grises como su sombra que ahora teñía su piel toda, la abrazaba y la amaba...y ella subía, con el agua, hasta el pecho, el cuello, los labios, los ojos, el pelo...
Desde entonces ella habla con su sombra. Era la noche del 27 de septiembre.
Latebiosas
escritora italiana
Visita el Blog de la autora con extraordinarios poemas y cuentos en italiano
Aiutami, Schopenhauer!!!!!!
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3 comentarios:
Que hostoria tan maravillosa que por fin hizo vivir, sentir a esta chica, cuantos ni siquiera sabemos que tenemos sombra, o quienes la conocen le temen.
Excelente recomendación Ana María.
Un abrazo grande.
Qué mezcla maravillosa de sensaciones, imágenes, de diálogos internos. Es una prosa apasionada de mucha imaginación. Me resultó muy interesante la idea del cuerpo que se consume por las sombras , el dialogar con ellas...fantástico! Y el título me pareció muy sugerente, me dejó pensando.
Excelente!
un abrazo a la autora
Ana María, como siempre termino comentándote, sigo fascinada con este tremendo proyecto (aunque últimamente estoy llegando tarde). Qué se siga expandiendo este banquete de letras!
un abrazo y brindo por las sombras y por la palabra escrita que nos engloba y nos une.
Hola Coral, recibe mis caríños, sí es un cuento divino y fascinante el de esta amiga italiana.
un abrazo también para ti.
Hola NO apta, si este mundo impresionante de imagenes y sombras seguirá creciendo, para mi ha sido una experiencia inolvidable y enriquecedora..
un beso
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