blog de la escritora puertorriqueña Ana María Fuster Lavin --gestión cultural, cuentos, poesía, ensayos, fragmentos de textos y vivencias desde las sombras de una ciudad silente-- “Tengo miedo de mi voz y busco mi sombra en vano. ¿Será mía aquella sombra sin cuerpo que va pasando?...” Xavier Villaurrutia
lunes, junio 05, 2006
Cuatro estaciones, dos amantes y una mariposa
Cuatro estaciones, dos amantes y una mariposa
1. Sonata de primavera: Rita y la mariposa
Las mariposas danzan hacia el final de un camino de sueños, también pueden marcar el inicio del arco iris. Julio mira a Rita a través de la reja que divide los jardines de sus casas. Quisiera ser el aire que escapa de tu risa, es también una canción en la radio, y a los doce años es tan difícil saber lo que siente el pecho de los amantes. Julio seguía observando a la niña brincando la cuica, y su transformer cayó entre los helechos. Aquella odiosa chiquilla, ya no lo era en un jardín bañado de miradas que parió la magia, y, ahora, el amor despierta. Rita se acercó sonriente a Julio y le prestó su cuica. Brincaron juntos el mundo de las sensaciones. El atardecer amenazaba y los llamados maternales a cenar. Un mano a mano de despedida y se juntaron sus labios. Un beso y el alma de niño se inunda de hormigas, pétalos, el sol, dos sonrisas. Julio, mami y yo nos mudamos a Nueva York en mayo. La primavera también ahogó el espíritu de las mariposas. Sólo una lágrima marcó el primer adiós.
2. Preludio de verano: La erótica de Julio
Una golondrina no hace verano, dice el refrán, pero Julio no lo entiende, en estos momentos suda nervioso y excitado. Diez años no son nada o lo son todo en un viaje sin puertos. Le quedan doce monedas, y sus deseos comienzan a emprender vuelo, mientras Rita saluda a su mínimo público sumergida en una copa de martini del tamaño de un jacuzzi. La música grabada ronronea un violín desafinado, el trino de su espera, aún así ella se contorsiona rítmica y en cada compás mueve los aromas amargos con pétalos plásticos perfumados con summer breeze en aerosol. Recordó su primer beso. Otras cuatro monedas. Julio comienza a deshidratar sus fluidos y feromonas, mira a su alrededor, no es que sea celoso, bueno sí… Tampoco no puede evitarlo, el calor exterior, otra calle abandonada de un suburbio de Atlantic City, es refrescante ante el mundo de Rita en su copa, toda una estrella que lo deslumbra, y es que su sexo y los pezones están cubierto por brillantes, ella es una diosa, y él se deshoja frente a tanta belleza. Bajan las monedas adicionales y Rita se acaricia los muslos con una mano, mientras lacta su índice derecho antes de acercarlo a sus luces inferiores Julio quisiera ahogarse en la copa y poder lactar hasta el último poro de esa piel de nácar saciarse del líquido de aventuras añejas, destiladas y otras nuevas que manaba aquella hermosa cueva rosada. Miraba a su alrededor, no quería que nadie más la llenara de ojos. Toca nervioso su bolsillo en el piso, quedan pocas monedas y sus calzoncillos amarillean gelatinosos. La puerta se abre y Julio se levanta veloz a cerrarla, aunque la erección golpea la butaca y se retuerce del dolor, pero nadie podía aspirar a tanta belleza sólo él… Rita mírame, el jardín de las mariposas y la primavera todavía son nuestras… Una sola luminosa mirada azul bastó para que Julio comenzara a convulsionar, la cortina se cerraba, y no le quedaban monedas, el verano estaba por comenzar.
3. Réquiem de otoño: dueto para un café
Más allá de los recuerdos está el mar de las esperanzas, Cupey, Atlantic City, ahora Miramar, son lo mismo para Rita que va sumando las cuentas del restaurante que administra mientras recuerda cómo se va quemando el corazón de la soledad y es que la magia duerme poco en la cama de un amante. Ella sabe que el tiempo de las mariposas ya quedó en un rincón oscuro como aquel hombre tembloroso que toma un café con tostadas, y ya no tiene sueños. Podemos ningunear dos dólares cincuenta centavos cuando las intuiciones susurran nombres de la infancia. Señor, hoy la casa invita. El hombre que se cae al bajarse de su silla y se golpea en el trasero, puede recibir dolores de alma aún más duros. Él se levantó sin levantar la vista, contó sus doce monedas, luego salió silente moviendo las manos hacia el cielo. No hay cortina que cierre treinta años, tampoco el recuerdo de un beso. Rita lo observó alejándose intrigada, esa noche abandonó a su amante y renunció al restauran, en la mañana se sentó en una cafetería. Aquel hombre se acercó enchaquetado, se acercó a ella, ¿conoces al dueño de tus pasos? Rita no comprendió. Nada, ¿la puedo invitar a un café? Hoy es mi turno. Asintió temblorosa, ¿habría visto antes a ese hombre? La ciudad también está perdida, pero yo vivo desde un julio hace 40 años en el duelo de las almas perdidas, sigo buscando mi amor. Ella rió pensando en su diario de aventuras y desventuras, ¿dónde se podría encontrar ese amor?, fue lo único que le murmuró. ¿Regresarías en primavera al jardín de las mariposas? Rita no comprendió, se tomó el café y se marchó.
4. Vals de invierno: Rita y Julio, encuentro final
“Un, dos, tres, un, dos tres. Marquen bien el paso, ahora cambien de pareja. Un, dos, tres, un, dos, tres.” ¿Te he visto antes? No crees que estás muy viejo para ese rapeo adolescente. Han pasado diez, treinta, o veinte, podríamos tener doce años y darnos el primer beso o setenta y dos y bailar nuestro primer vals. Ahora nos salvamos, un viejo cursi…
“Un dos tres, un dos tres.” El vaivén del baile marea bastante. Sí, Rita, es el tiempo de las mariposas, de pintar golondrinas sobre el caparazón de la tortuga, de olvidar un martini, o un café sin pagar, bailemos esta pieza. Pero, ¿qué cosas raras dices? Tienes corazón de joven poeta, Siempre me sentí como un naufrago tras tus pasos… ¿Cómo puedes decir eso? Ni me conoces, mira viejo loco, si ya acabó la clase.
“Un, dos, tres, un, dos, tres”. Nuestra pieza no vuelve a terminar, ni siquiera cuando vuelva la primavera. Soy Julio, ¿recuerdas nuestro beso en el jardín? ¿Beso? Olvidando, que te seguí a Nueva York, y no estabas.., Atlantic City, también en Miramar cuando administrabas aquel restaurante y yo me había dejado la cartera, o el café al día siguiente… ¡Me mareo!
“Un dos tres. ¡Ay, alguien ayude a la señora que estaba asomada en la ventana, se cayó! Sí, llévenla a la enfermería. No, no se apuren, es doña Rita, siempre está sola, no habla con nadie, lleva viviendo en esta égida muchos años, a veces llora, siempre luce triste y melancólica. Llévenla rápido, luce inconsciente, al menos sonríe.”
Todavía podemos volar en nuestros recuerdos, también amarnos, Rita. ¿Amarnos? Sí, ese es mi nombre, ahora recuerdo, Julio… Yo tampoco te olvidé, no supe dónde buscarte. Ya te encontré, mi amor, no te dejaré ir… Sí, recuerdo, Julio, bésame de nuevo… ¿Escuchaste amor? La canción de las mariposas….
Ana María Fuster Lavín
**Cuadro Encuentros cercanos de Talantbek Chekirov
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9 comentarios:
PERFECTO, ...
Hola!!! Muy triste, pero hermoso, es como un resumen de una novela, ¿alguna vez se reencontraron Julio y Rita?
Me encantó, también a mami.
un beso
Blanca
Saludos Ana. Exquisito ese cuento. Te dire que me puso a llorar, ya que me puse a pensar en esa pareja...tantos años queriendose y no poder consumar su mas puro amor. Es una tragedia que se repite en muchas ocasiones. Me encanto...realmente me sacudiste los sentimientos y pensamientos con tu escrito.
Eres todo un exito...sigue asi, felicidades y un brindis a tu don de plasmar en letras los sentimientos.
Blanca, ¿tú también escribiste el primer anónimo? en todo caso muchas gracias, a ti o a quien fuese... ay chica,estoy muy muy lejana a la perfección, tenemos demasiado por aprender... Como siempre mándale mis cariños a tu mami. No es un resumen de una novela, pero puedes recreártela en tu imaginación. Sobre Rita y Julio ¿qué tú crees? un beso.
Jinete del Resplandor, siento mucho lo que me dices, pero adelante... gracias de corazón por tus palabras
Peregrino, me conmueve el haber provocado tantas sensaciones, y sí, es una historia triste de desencuentros... un abrazo y te agradezco mucho, de corazón, tus palabras, estimulan a seguir escribiendo, que es igual a seguir viviendo ¿no crees?
Solo una palabra: HERMOSO!!!
:( que intenso y triste
Un beso.
Gracias Gatto!!!! Un abrazo
Coral, así ocurre tantas veces en el amor... intenso y triste... que el amor, la sensibilidad y la felicidad nos arrope!!! otro beso
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»
Pregunta:
Leyendo su blog me encuentro con este cuento... Pregunto; De donde sale esta inspiración... Esos dos los conoce?
Recuerde por favor para saciar mi sed de curiosidad...
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