lunes, agosto 28, 2006

Desde la ciudad de las sombras 22 : Xavier Valcárcel




Mi sombra y yo

Me detuve sin pensarlo. El día hervía, al asfalto hervía, creo que era la primera vez que me sabía agua, que temía evaporarme. Nunca me había visto así. Estaba dibujado en blanco y negro, sobre la calle, la imagen de mi sombra fotográfica, tuve que detenerme. Miré a mí alrededor conteniendo el cuerpo, aguantando las piernas que hubieran preferido caminar, salir del centro de la intersección, huir de los mareos de los autos. Fue entonces cuando alcé los ojos y lo vi. Un halo solar techaba todo, descendía hasta mí, me encerraba en un círculo cromático perfecto. Debajo mi sombra, con las facciones dibujadas, la ropa puesta, los pliegues de las venas en una escala color gris. Después la risa, mi otro yo moviéndose bajo mis piernas como las manecillas de un reloj cualquiera. Era mi yo contando el tiempo, mi tiempo, me estrujé los ojos, habían pasado tres días desde mi aparte y mis últimas bocanadas de yerba. Imposible. Tocaron bocina. Luz verde. Mi sombra y yo en el medio.

Siempre me pasa, salgo del cuerpo de los hombres y la conciencia me atrofia, me daña, me hago un taco de peros, de miedo, de mierda en la garganta del mundo. Nada. Terminé de bañarme, le di el último beso, estrechamos la flacidez de las manos, nos dijimos adiós. Ya había pasado demasiado tiempo en su cama como para soportar algo más. No todo el tiempo estuvimos haciendo esas cosas. Hablamos. Hablamos un poco. Le conté, por ejemplo, lo del encuentro de esta tarde con mi sombra. Me dijo «ay loco, deja de estar fumando tanto». Ni lo miré. A pesar de todo creo que fue un buen encuentro. «Alguna partida le sacaré a la imagen», le dije. «Quizás pintar un poco, mi primer autorretrato, un nimbo de luz sobre mi cielo, una sombra hiperrealista, mía, rotando el tiempo bajo mis pies.» Le dije también lo de la fuga. «Con el bocinazo la sombra se me fue. Se me escapó. No la volví a ver.»

Llegué a mi casa hace un rato. Amo mis cuatro paredes, este silencio tan mío, este hogar vacío a la espera de unos niños que jamás nacerán. Mierda. De niño uno planifica tan bien la vida, se la sabe completita, se prepara un plan perfecto, se sabe de antemano donde se va a vivir, con quien, cuantos hijos, de qué sexo, los nombres, los perros, el color de las cortinas del baño. Pero uno crece. El cuerpo crece. La piel hace lo que le da la gana. Nunca hay consistencia entre las manecillas del cuerpo y las manecillas de acá, de lo que se piensa. Yo hubiera querido tener mis hijos, Antonio y Sebastián, hubiera querido amanecer junto a una mujer, la misma mujer que recorté una vez en un periódico, a la que le pinté los labios de rojo, de la que nunca supe el nombre propio. Pero no. Amo a los hombres. Abrí la puerta. Mi yo estaba allí.

En una página cerca, acá en el Internet, encontré que los halos solares son fenómenos ópticos. Fue la mejor contestación. Se lo grité desde la sala. Fenómeno óptico. No existes.

Mi sombra era más hombre que yo. Se había adelantado. Se atrevió. Desnudo él, en blanco y negro, haciéndole el amor en carne viva a una hembra. Fenómeno óptico. ¿Me oíste? Y él seguía allí, me ignoraba, detrás de mi puerta, preñando a una mujer multicolor, como soñaba yo, el de verdad, desde chiquito.

Xavier Valcárcel
escritor, fotógrafo puertorriqueño

* Age: 21
* Gender: male
* Astrological Sign: Aquarius
* Zodiac Year: Rat
* Location: Loíza : Puerto Rico

Favorite Books

* Animal tropical
* Trilogía sucia de La Habana (Pedro Juan Gutierrez)
* Buffet para canivales (Pastor de Moya
* Striptís y otros despojos (Javier Bosco)
* Papi (Rita Indiana Hernandez)
* Candido o el optimismo (Voltaire).

Visita el Blog del autor
Tendido Negro
http://tendidonegro.blogspot.com/

10 comentarios:

Yolanda Arroyo Pizarro dijo...

Amigo, el talento que hay que tener para escribir una genialidad como esta es pletórico. Tengo mis partes favoritas:

“Siempre me pasa, salgo del cuerpo de los hombres y la conciencia me atrofia, me daña, me hago un taco de peros, de miedo, de mierda en la garganta del mundo.”

“La piel hace lo que le da la gana. Nunca hay consistencia entre las manecillas del cuerpo y las manecillas de acá, de lo que se piensa.”

Y “preñando a una mujer multicolor.”

Me encantan las mujeres multicolores, como a tu sombra. Me suena a folclor, me suena a mujeres labradas en artesanías de pieles y barros, me suene a escape de hombres sedientos de latidos que van más allá de un cuerpo que se preña y pare. Me encanta tu escrito.

Mi-borrador dijo...

Wow, me encanto tu escrito de principio a fin, pero de todas los parrafos este fue para mi el mejor.

"Yo hubiera querido tener mis hijos, Antonio y Sebastián, hubiera querido amanecer junto a una mujer, la misma mujer que recorté una vez en un periódico, a la que le pinté los labios de rojo, de la que nunca supe el nombre propio. Pero no. Amo a los hombres. Abrí la puerta. Mi yo estaba allí."

Anónimo dijo...

Hombre muy buen escrito.
La parte final me agrado muchisimo, la forma en que la manejaste, como nos cambias la perspectiva por momentos.

Un abrazo felino.

Yiara Sofía dijo...

Me encanta como escribes, nunca me canso de comentártelo. Me fascina por demás la sección de la alucinación, la fantasía óptica, el ver la sombra del cuerpo moverse como manecilla de reloj. Cuantas veces la sombra se nos adelanta en tiempo, eh?! Es otra explicación para los deja vú! Un abrazo desde el sur Xavier...y un abrazote inmenso a tí Ana María!

El Navegante dijo...

Xavier, nos has obsequiado un verddera obra de arte, sobre un tema que de por así es apasionante, tú le adicionaste algo más.
Tus propias convicciones que no se escriben sólo para adronar una obra, sino para desnudar el alma.
Y lo has hehco de maravillas, por que creo sin equivocarme que te hs ganado mucho más respeto áun que el qe tenías como artista, ahora también te sabremos respetar cono persona de bien, de hablar sin pelos en la lengua.
Y seguramtne la rebeldía de tu sombra, se debe a que le cuesta aceptar una entereza como la tuya, no te olvides que es un esprendimeinto de ti, no eres tú reflejado tan sólo, es un ente que proviene de tí pero t eha dejado cubieto por ese halo de sol para vivr su vida.
Debes aceptarla como es, com uno acepta al amor de su vida que sabe que no podrá desprenderse fácilemte , sin sufrir.
Tal vez algún ´dia, tengas la dicha de sentirte comrpendido hasta por tu propia sombra.
Un fuerte abrazo, y realmente se extrañan tus visitas por el barco.

El Navegante dijo...

Anita, no recuerdo si te agradecí tu cordial visita y tan afectuosos cmentarios, lo hago ahora, , igual lo que abunda no daña, decimos por aquí.
Un beso para tí y tu querida familia-
PD>: DE HABER SABIDO EL NIVEL DE LAS OBRAS QUE SE PUBLICARIAN LUEGO DE LA Nº 1, HUBIERA PEDIDO MEJOR EL ULTIMO LUGAR.
CON TANTOS ARTISTAS BORICUAS Y CARIBEÑOS DEL NIVEL QUE LEO, YA TENGO GANAS DE DEDICARME A OTRA COSA.
ESTA TRANSCURRIENDO EL EVENTO EN FORMA MAS QUE DIGNA, ESPETACULAR, LOS FELICITO ANITA Y GATTO.

Andres dijo...

Primera vez que leo un texto de Xavier y me gusta lo que encontré en sus líneas. Este desvarió entre la sombra y las cuatro paredes.

Un beso para ti Ana Maria.

Miguel A. Ayala dijo...

Hola Xavier:

El relato es excelente , me encantó. El ver como los sueños de la infancia chocan con las realidades y poco a poco cambian
convirtiéndose en un recuerdo lejano.
Que tengas buen día, Miguel.
Saludos Ana María que tengas buen día.

Abdiel Echevarría Cabán dijo...

Entre el deseo de lo que es y lo que no es este texto esgrime lacerante en unos momentos, pero con un tono sublime lo utópico contra lo real. Ese estudio sobre como debería ser el sujeto masculino contrpuesto a lo que es, es intenso, sublime, cómico, tu relato se introduce por las venas para no dejarte escapar. ¡Bravo!

Ana María Fuster Lavin dijo...

Queridos amigos, lectores, escritores y sombras anónimas
reciban todo mi amor, sigamos brindando por la creatividad, la camaradería, la palabra, siempre, siempre...