miércoles, abril 11, 2007

Un poema para Kattia Chico y Un día cualquiera, parte 9- Marioantonio Rosa



Recado para Kattia Chico

Porque tus versos nos hacen nacer siempre.

Ya lo ves poeta, volví a jugar a las palabras;
hice costas desnudas a tu viento de soledades.
Me fui desnudo, soñando la cercanía de tus ecos,
un gato como tu sombra, me esperaba en el aliento,
otros libros desde tus ojos, me hicieron transeúnte.

¿Cómo sucede tu resplandor? ¿Tu cera entre figuras de asedio?
¿Cuántos hombres de arena lloran bajo tu luna de viaje?
Parece que no esperas ni el mar, ni sus espejos,
te lanzas tu misma contra la inmensidad desconocida,
así que el mar nace como un niño desde tu costado.

Déjame pensar ese regazo del agua,
cansada de esperar, sus hambres sobre el prisma.
Déjame esperar ese juguete de tus palabras,
como el tambor de un sueño sediento,
como la seda extraña de los viajeros,
hecha pan, con cielo de azules increíbles.
Quiero que no llores, sonríe derramada en amapolas,
Dueña de ti misma, oro de abrazos sin duda.

Ya lo ves, amiga poeta, el silencio,
el mismo silencio del mar, los gatos, las escalera,
el gemido del próximo poema, el gemido de tu sueño,
las palabras futuras, la hechura de tu voz,

todo me silencia a escucharte,
como un infinito que se acerca.


Marioantonio Rosa.
Leído en Noche de Poesía en el Chateau Rouge, dedicada a la poeta y amiga Kattia Chico- sábado 7 de abril de 2007.
cuadro de Alfred Gockel
*****

La suma de los días: Domingo

Primavera de máscaras, 1996


En la tarde de un Domingo la lluvia es fuerte;
ya sea llamarada, o una mesa sin ídolos.
Los pies del agua sin visitas;
tu hambre por las revistas, y el sol de los tigres,
Lamiendo el seno con sospecha de sombra.

Uno sabe que el poeta ha muerto otra vez,
¿lo adivinas? huele a sangre de un mural contra el pájaro
huele a celo de una navaja contra una palabra de amor
comienza la desnudez a buscarte,
a engañar la retina con la charca de un astro.

Se puede morir de amor sin relicarios.

Luces muy bien caída del silencio;
tus niñas pasajeras abren un deseo de luces,
se irisa la larga carretera de tus canciones,
Billie Holiday se queda afónica por el resplandor,
Ignacio López Tarso, rompe en película sus vasos de profecía
hay pares y nones en el caleidoscopio

me preguntas, ¿tienes hambre?
me quito esta madrugada y te visito.

Sí, allí estuvo el mar, girando su herida en rompeolas;
las mareas del ataque clamaron en su rostro de relojes
sintiendo lo que siente la lluvia contra sus sombras,
un hombre extraño con una sien de mariposas,
rodando en la seducción de un incendio,
luego el calor, el grito roto, el alto jal de chispas,

la cama, como el óleo de las huellas junto al olfato

y ya tan blanco el insomnio del poeta
dormido siempre desde ti,

como cualquier domingo

tuyo y para nadie.


Marioantonio Rosa.

(1996) Derechos reservados.
poeta puertorriqueño

Visita el blog
Sur para caminantes
http://marioantonio-rosa.blogspot.com

1 comentario:

Ana María Fuster Lavin dijo...

Gracias por el maravilloso tributo a la amiga infinita Kattia, lo merece, como te dijimos Mairym y yo en el Chateau, qué envidia!!!!
Sobre suma de los días, intenso en las sensaciones y dominio de las imagenes, hermosamente dramático...
Salud!!!