miércoles, junio 06, 2007

Escritora Invitada -- Maribel Sánchez Pagán




Canto IV

como las desposadas
puse mi mano firme
sobre su parte sagrada
toqué con hambre de esclava
para beber del néctar
la promesa de los dioses
acerqué mi boca lentamente
con mi lengua quise arrancar
la savia de la vida
el principio y el fin
llevarme lo que no era mío
lo que era de mi señor
él se compadeció de mí
se despojó de sus prendas más íntimas
me obsequió la miel
en un largo silencio
luego
me miró a los ojos
y me dio la libertad
pero
desde ese día
vivo soñando la esclavitud
y que vuelva a comprarme
por el precio de la mirra y los dátiles
mientras lentamente mastico
el higo de la nostalgia

Maribel Sánchez Pagán


Reseña Crítica

Más palabras liminares para Ese hombre

Daniel Torres
Ohio University


En el poemario Ese hombre de Maribel Sánchez-Pagán asistimos a la compilación deliberada de un hombre esencial. Así como los poetas provenzales en algún poema intentaron crear a la mujer ideal de todos aquellos fragmentos de las mujeres bellas, suspiradas y concebidas en su imaginación; así mismo la poeta Maribel Sánchez-Pagán, construye a ese hombre que será “carne quemada de tanto deseo” y del cual “[s]u esclava habría sido”. Se trata del acto de subvertir la tradición heteronormativa haciendo que la mujer ahora pueda concebir a ese hombre bello como su objeto del deseo, visto desde la sencillez del torso de un David adolescente o desde toda la grandeza de un dios Ra.


La voz poética es capaz de “seguir leyendo mientras lo mont[a]” o de insistir en el acto de la creación hermanado a la cópula como dos caras de una misma moneda porque “ese hombre” es de papel como ese “lienzo final” del poemario que las manos de la poeta “deseaban crear”. Es así, como se cierra todo el circuito de masculinidades que han transitado por su periferia (deteniéndose en el padre y los hermanos), que la han marcado desde todos los frentes hasta llegar al amoroso. Con las menciones deliberadas de algunos nombres se completa este libro de poemas que como la magia del bolero convoca el cuerpo del amado hecho de todos y de uno.
La escritora puertorriqueña de los 80, Maribel Sánchez-Pagán nos sorprende con una gran madurez lírica en éste, su primer libro. Se nota que es producto de tantas lecturas, vivencias y experimentos poéticos publicados anteriormente en las revistas Triángulo, La Otra Columna, Filo de Juego, Zona de Carga y Contratiempos. Así también de su labor como antóloga de un volumen de poetas de su generación. Su participación activa en encuentros literarios la ha llevado hasta España desde donde nos llega con este producto de la prestigiosa editorial Ediciones Torremozas, con elegante diseño de J. Herrero y una sugestiva foto de cubierta de Felipe Venâncio, en la cual aparece un modelo masculino desnudo en penumbras. Y esta gráfica enmarcaría el proceso de todo el poemario. Es decir, la develación lenta de ese hombre que va cautivando a la hablante lírica desde el deíctico del “Canto I” (“Ese hombre que no es mío/ está sentado” [como en la fotografía de portada]) hasta la apropiación del sujeto en el “Canto XLIV” (“me miras siempre con tus ojos de colores”). En todo el libro podemos apreciar esa eterna búsqueda del hombre perfecto que en el comentario de contraportada nos dice: “lo busco con los ojos, con los sentidos, por la piel, por los poros, lo persigo entre los rincones, lo descubro entre las sábanas....”. Y he aquí la mejor ars poetica que nos regala Sánchez-Pagán como toda una poeta erótica o para decirlo en boricua, toda una poeta bellaca (en el buen sentido del término). Siendo que en este nuevo siglo estamos estrenando marginalidades que poco a poco se han ido apropiando de un lenguaje anquilosado para redefinirlo. Tarea propia del proyecto poético liberador de los poetas de los 80 y de los 90 en Puerto Rico y de la cual Sánchez-Pagán forma parte. Tal vez el mayor extremo de esta tendencia lírica puede ser el bendito reggaetón que nos agrede con su machismo a ultranza por las calles y los centros comerciales o en las avenidas de carro a carro entre la “pobre diabla” machista, el “dile que te conocí bailando” a tono con la dichosa “dale más gasolina”, en la cual las mujeres son “gatas”.
Recordemos lo que nos dice la teórica argentina Beatriz Sarlo al respecto: “El agrietamiento de las tradiciones tiene un efecto liberador, democrático y laico respecto de autoridades y rasgos culturales arcaicos”. Ese hombre de Maribel Sánchez-Pagán hace precisamente esto: agrieta la tradición femenina de que la mujer debe callar sus urgencias de la cintura para abajo en una cultura donde el macho siempre ha tenido la luz verde de vivir de la cintura para abajo. Se trata de un cambio de guardia o de conversación. La hablante lírica de Ese hombre lo busca y lo encuentra entre las sábanas, en el lenguaje del sexo, el amor y la pasión, el único lenguaje de los cuerpos, y lo hace de manera descarnada y humana. Busca ese “efecto liberador, democrático y laico” frente a la autoridad y al poder de la ley y el orden patriarcales que siempre han reprimido la sexualidad femenina frente a la masculina. Se pasa de largo esos rasgos culturales arcaicos y nos declara en el “Canto XVIII”: “tú eres el hombre de este poema” y en esa interpelación designa su objeto del deseo que hace también sujeto y proclama como: “tú eres ese aroma a tierra/ que se descubre en tus poros”. Llega al límite de feminizar el cuerpo del amado así como lo ha hecho toda la poesía tradicional con el cuerpo femenino, pero Sánchez-Pagán va mucho más lejos y nos regala a “ese hombre” de papel que al final del canto vuelve a ser “el poema de todos los hombres”.

Me atrevería a decir que con Ese hombre, la poeta Maribel Sánchez-Pagán continúa y amplía toda una tradición de poesía escrita por mujeres en esta isla de 100 por 35, donde una Julia de Burgos campeó por sus respetos junto a una Clara Lair y una Ángela María Dávila o una Dalia Nieves o una María Arrillaga o más recientemente sus compañeras de generación, Mayra Santos Febres y Madeline Millán Vega, que también han marcado el discurso poético isleño con la bellaquera femenina. Porque Sánchez-Pagán porta aquella tea en la mano que llevaba la “otra” Julia de su famoso poema “A Julia de Burgos” donde la poeta se desdoblaba en la señora y en la mujer liberada de tabúes de “mentira social”. En el caso de Maribel, percibimos en el “Canto XXXI” una buena síntesis de todas estas posturas: “descalza,/ traspasé el umbral de tu casa salvaje/ y me brotaron alas/ aguanté el vértigo y sus formas/ reí, dancé,/ recorrí las habitaciones vacías/ me miré en tus espejos... ya ebria, de camino a la salida/ encontré tus ojos poéticos detrás de la ventana/ y me desnudé porque la casa estaba habitada”.

Celebremos, pues, la publicación de Ese hombre en la colección “Libros del Jacarandá” de Ediciones Torremozas como lo que es: un acto de desnudarse, todo un acontecimiento editorial en el cual se estrena con su primer poemario, la escritora boricua en el exilio Maribel Sánchez-Pagán. ¡Enhorabuena!

Daniel Torres

El autor es profesor de Español y Estudios Latinoamericanos en Ohio University (Athens).

****
Brindis por Ese hombre de Maribel Sánchez Pagán

por Maribel R. Ortiz

En el principio era el caos y la soledad, y un viento de Diosa aleteaba por encima de las aguas. Y Diosa creó a la poeta a su imagen, a imagen de la Diosa la creó. Y dijo Diosa: No es bueno que la poeta esté sola, le haré ayuda idónea para ella. Y de la costilla que Diosa tomó de la poeta, hizo un hombre, y la trajo a la poeta. Y dijo con complacencia, la Diosa: "¡He aquí que el hombre ha venido a ser como una de nosotras, en cuanto a conocer el bien y el mal! Luego plantó la diosa un jardín de palabras, al oriente de Jacarandá, donde colocó a la poeta que había formado. La diosa hizo brotar del suelo toda clase de metáforas deleitosas y buenas para construir más hombres. Y dijo Diosa a la poeta: Te revolcarás con Ese hombre porque tuya es tu entrepierna y el poder que emana de ella y del fruto de tus revuelcos se inflará tu vientre por los siglos de los siglos. Esto dijo la diosa y desde entonces, Ese hombre pretérito y sus muchos hombres fragmentados, duplicados y eternizados por la poesía, que es la sustancia de la que están hechos, acompañan a la poeta. Y la poeta que fue hecha a imagen y semejanza de la diosa transmutó a Ese hombre en una bestia fiera y mansa, un puma y un licántropo; antropomorfo, incorpóreo, zorro viejo, inatrapable y escurridizo. Ese hombre que se nos mete en el cuerpo, en la piel, en los poros, en la entrepierna, en los sentidos y sinsentidos. Ese hombre ajeno y anhelado que invocamos en los sueños. Ese hombre protervo y sagrado saturniano y salomónico: culto, sabio, irracional. Ese hombre universal que nos canta en sefardí o en suahili, guaraní, o eslavo. Ese hombre de estos poemas que es el poema de todos los hombres. Brindo por Klimt, Van Gohg, Gandi, Satán, Altazor, Ra, Cristo, Nietzsche, Baudalaire, Salomón, Marx, Heidegger, Adonis, Absalón, Miró, Ungaretti, Pasternak, Vallejo, Neruda, Roque, Hudson, Whitman, los padres, los hijos, los esposos, los amantes, los que fueron y los que faltan, los nacidos, los no nacidos y los mal nacidos, por todos.

Y brindemos por la poeta, amiga y tocaya Maribel Sánchez Pagán. Por su brillante virtud creadora en este poemario Ese hombre; reflejo de una voz poética madura, excepcional y de una vasta cultura libresca. Que la diosa continúe derramando bendiciones sobre ti. Salud.

Maribel R. Ortiz
escritora puertorriqueña

http://www.geocities.com/narrativa_puertorriquena/Arte-lugios_6.html

No hay comentarios.: