sábado, octubre 06, 2007

Del Carril “desnuda” a los hombres / Arroyo la mujer, la palabra y los ciclos menstruales

Del Carril “desnuda” a los hombres

Con su primer libro, el escritor pretende difuminar la idea de que todos los hombres responden a un prototipo dominado por el machismo.


Por Leyra E. González / lgonzalez@elnuevodia.com

Expresar las debilidades masculinas como una mujer lo manifestaría -abiertamente y sin tapujos- es la tarea que emprendió hace dos años el escritor puertorriqueño Emilio del Carril y cuyo resultado quedó plasmado en su reciente publicación 5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares, publicado por la editorial Pasadizo.

Con su pieza literaria el autor persigue su propósito de acabar con los mitos más comunes sobre los hombres que trascienden entre las mujeres.

“Lo que quiero es quitar un poco esa imagen de que todos los hombres son unos Ulyses o como Arnold Schwarzenegger y dejar claro que somos tan débiles como las mujeres”.

Emilio del Carril considera que este libro busca acomodarse dentro de la literatura femenina porque ha logrado abrir un espacio para la discusión en ese contexto. (Mariel Mejía Ortiz)

“La superioridad del hombre no es cierta. Considero a las féminas mucho más fuertes en lo emocional”Emilio del Carril

Mediante once relatos -“cuatro fantásticos, cuatro eróticos y tres heterosexuales”- Del Carril recorre temas que van desde la sexualidad masculina, la disfunción eréctil y la infidelidad en el matrimonio hasta el homosexualismo; todos asuntos que, a su juicio, “son evadidos por los varones”.

“En Puerto Rico hay cierta antipatía en cuanto a ciertos temas y otras cosas aún son tabú. Si hablas de relatos históricos o políticos, a la gente le encanta, pero le pones algo que toque la fibra íntima de sus secretos y ahí quedamos; es como un botón que se activa porque es el pánico. Sin embargo, es interesante cómo, aunque no es lo mismo por tratarse de una obra de teatro, la pieza de Los Monólogos de la Vagina ‘pegó’ en su momento, aún cuando el público conocía sobre los temas que trataría”, expresó el autor.

Inspirado en experiencias ajenas, así como de ideas que nacen de su día a día, Del Carril -quien es profesor de la Universidad del Sagrado Corazón-, recopiló una colección de vivencias de las que partió al momento de redactar sus relatos.

“Los cuentos son historias que se me iban ocurriendo. Por ejemplo, la idea de uno de los escritos la obtuve de un programa de televisión español sobre un foro de hombres que descubrieron su homosexualidad después de los 70 años. Yo me imaginé cómo sería esa historia. También, me cuestioné qué ocurre con los hombres que nunca comentan sobre sus dimensiones fálicas. Es muy común escuchar a una chica decirle a su amiga su interés de aumentarse el busto, pero en un hombre eso no se ve porque está involucrado el machismo”.

Y es precisamente ese concepto de machismo el que pretender “derrumbar”.

“Cuando se mira el libro los lectores se darán cuenta que son once personajes trágicos los que utilizo para presentar al hombre. No hay ninguno que sea un ‘supermacho’. La superioridad del hombre no es cierto. Considero a las féminas mucho más fuertes en lo emocional”, enfatizó Del Carril quien al momento, cursa estudios de doctorado en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.

El lenguaje que trabaja es cotidiano, fácil de leer y entender; entrando en ocasiones en lo descriptivo y manifestaciones eróticas. Si es fuerte o no, al escritor no le provoca inquietud ya que según manifiesta “escribí este libro con inocencia”. “Lo juro”, asevera. “Cuando la gente lo lee y me dice que les parece fuerte yo me asombro porque no lo escribí con esa intención. Tampoco creo que sea tan novedoso e impactante. Me han comentado que el lenguaje oscila entre lo romántico y luego un poco descarnado. Esa bipolaridad literaria me parece fascinante”.

5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares salió a la luz pública hace un mes y medio. Según asegura su creador, ha recibido buena acogida y puede ser adquirido en cualquier librería.

“Creo que este libro busca acomodarse dentro de la literatura femenina porque entiendo que ha logrado abrir un espacio para hablar abiertamente sobre su vida y sexualidad algo que los hombres nunca han hecho”, concluyó Del Carril sobre el texto que anoche tuvo su última presentación, en el marco de un conversatorio en la librería Borders, de El Escorial, con su colega Ángela López Borrero.

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Nunca dará “autoayuda”

En su nuevo libro de cuentos, “Ojos de luna”, la autora vuelve a “darles una vindicación a los que luchan”. (Primera Hora / Ana María Abruña Reyes)

sábado, 6 de octubre de 2007

Héctor Aponte Alequín / Para Primera Hora

posee un sistema para medir el tiempo muy exacto, muy parecido al ciclo menstrual de la mujer, y ¿casualmente?, erradicado de los calendarios actuales. Con ella, muchas culturas adquieren un conocimiento que no encaja dentro de los patrones científicos de la occidentalidad, un saber que se rechaza, que se pierde.

Por eso, Yolanda Arroyo Pizarro se pone la luna en los ojos y explora, con su tenue luz, narrativas que escindan “a los marginados, a los que no se pueden defender”.

“Trato de escribir desenlaces que les den una vindicación a los que luchan”, afirma la escritora boricua que lanza su segundo libro de cuentos, “Ojos de luna” (Terranova Editores). Esta intencionalidad se refleja, por ejemplo, en “Los ojos de la luna”, cuento histórico en el que las taínas formaban ejércitos de guerra y elaboraban armas lacrimógenas a base de sus flujos menstruales y otros humores.

“No puedo evitar partir de lo mujeril como ejercicio de vehemencia ante la vida. Igual que hoy hay mujeres con luchas de las que todavía queda mucho que decir, esas mujeres tuvieron que haberse planteado: ¿Cómo vamos a defender lo nuestro?”, establece al tiempo que explica por qué es natural que haya , en una misma colección, cuentos históricos y otros de temática actual.

Descubrir que los escritores latinoamericanos andan en la misma onda es una de las satisfacciones que trae de Bogotá, Colombia, tras participar en agosto en un congreso de 39 escritores menores de 39 años –ella tiene 37–, escogidos de entre 2,000, como parte de las actividades de Bogotá Capital Mundial del Libro, título otorgado por la Unesco.

“Siempre se nos ha dicho que en Puerto Rico vamos unos pasos más atrás, pero vi que no es así”, cuenta.

En esta isla, además, se lleva un buen ritmo en cuanto a la producción literaria atemperada a “la vida tecnológica” de las generaciones jóvenes.

“Leemos cantitos en Internet, vemos películas fragmentadas, estudiamos y trabajamos con dos part-times... Pues la literatura también se vuelve fragmentada, irónica. El lector no quiere que le llenen los blancos”, enuncia la profesora de tecnología educativa.

Reconoce, en ese sentido, que ese modo de crear aún no ha sido aceptado del todo por el canon ni por los amantes de “la autoayuda”. Señala como autor representativo de este género a Paulo Coelho.

“Los que escribimos no podemos dar autoayuda porque no somos personas normales. Yo escucho una noticia en radio y me echo a llorar”, ilustra al insistir en que su motivación para escribir no es el dinero ni la fama.

Y es que, de la luminosidad de las “estrellas” bestsellers, a la autora de la novela “Los documentados” (2005) le interesan únicamente los flashes de las cámaras, sólo porque le sirven de apoyo a la memoria.

Hace cuatro años, su madre falleció con Alzheimer y, desde entonces, Yolanda Arroyo adoptó la costumbre de fotografiar para documentar, como lo habrá constatado el lector asiduo a actividades literarias en Puerto Rico.

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