17 Febrero 2011
Congresista boricua denuncia al juez federal Fuste
Congresista censura también la violencia policiaca en la UPR
por José A. Delgado / jdelgado@elnuevodia.com
WASHINGTON - La orden de encarcelación del juez federal José A. Fusté en contra del presidente del Colegio de Abogados de Puerto Rico, Osvaldo Toledo, le colmó la copa al congresista boricua Luis Gutiérrez.
Después de haber seguido de cerca los choques de policías con estudiantes y miembros de sindicatos durante manifestaciones de protesta en Puerto Rico, decidió hablar ayer en el hemiciclo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
“Les llamo la atención urgente sobre una crisis de derechos humanos y civiles”, dijo Gutiérrez, en uno de los mensajes que miembros del Congreso suelen ofrecer en las mañanas antes del inicio formal de una sesión y que son transmitidos por la estación C-SPAN, que llega a millones de hogares.
Al lado derecho de su atril, Gutiérrez colocó una gigantesca foto del juez Fusté, cuyas actuaciones le dieron el marco federal a una denuncia que consideró refleja una nueva afrenta del sistema colonial estadounidense. Su tono fue intenso.
“La semana pasada, el juez Fusté, un juez federal con lazos políticos estrechos con el partido de gobierno y una historia personal de oposición al Colegio de Abogados, ordenó el encarcelamiento del presidente del Colegio de Abogados. ¿Cuál fue su delito? Educar a sus miembros sobre la forma de desvincularse de una demanda motivada políticamente con el objetivo de destruir la organización”, indicó Gutiérrez.
“Me había impuesto silencio”
En entrevista con El Nuevo Día, el congresista demócrata por Illinois dijo que por meses se impuso evitar intervenir en la difícil situación en la que considera se encuentra el ejercicio de los derechos civiles en Puerto Rico.
Pero una de sus hijas, que de hecho hizo estudios por intercambio en la UPR, le cuestionó su silencio. “No le tuve una buena contestación”, afirmó.
La orden del juez Fusté -quien es un funcionario federal - le convenció de que no debía ser más un observador. “Por ser juez federal no está exento de las críticas, tiene que entender que sus acciones tienen consecuencias”, indicó el congresista, quien nació en Chicago de padres puertorriqueños.
El líder de los abogados, Osvaldo Toledo, salió de prisión el pasado lunes por razones de salud. Para poder quedar en libertad tuvo que pagar la multa de $10,000 que le impuso Fusté, por obviar una orden de mordaza que prohibía explicarles a los abogados cómo salirse de una demanda de clase que amenaza la solidez económica de la institución.
No es Egipto
Al comenzar su discurso, Gutiérrez hizo la salvedad de que el país sobre el cual hablaría ayer para acentuar que el ejercicio de los derechos civiles está amenazado no era Egipto, donde el viernes de la semana pasada una revolución pacífica que cobró fuerza a través de las redes sociales de la internet logró sacar del poder al hasta entonces presidente Hosni Mubarak.
“¿En qué tierra lejana se han prohibido las manifestaciones estudiantiles, los manifestantes sindicales golpeados y defensores de la libre expresión encarcelados? En la colonia estadounidense de Puerto Rico. ¿Suena escandaloso? Lo es. Pero es cierto y está bien documentado. Les pido a mis colegas que presten atención a Puerto Rico”, expresó Gutiérrez.
Al referirse a los actos violentos cometidos por la Policía en contra de estudiantes y miembros de sindicatos, Gutiérrez mantuvo que “los derechos de protesta y expresión de todos los ciudadanos son denegados con macana y gas pimienta”.
También aludió a los controvertidos momentos en que el Senado ha prohibido la presencia del público en las sesiones legislativas, una garantía que otorga la Constitución de Puerto Rico.
Gutiérrez dijo que estuvo en Puerto Rico -donde tiene casa y pasa una buena parte de su tiempo- el verano pasado cuando la Policía reprimió a estudiantes y líderes sindicales frente al Capitolio de San Juan, en momentos en que buscaban entrar a presenciar una sesión del Senado.
“Atacar la libertad de expresión no funciona en una democracia”, sostuvo.
Hasta el mismo martes en la noche revisó varias veces el lenguaje que utilizaría en el discurso.
“Me pesa en el corazón”
Y aseguró que mientras caminaba al centro del hemiciclo pensaba en lo difícil que le resulta ir a criticar las cosas que pasan en la Isla.
“Me pesa en el corazón tener que ir al hemiciclo de la Cámara de Representantes a describir un Puerto Rico como el que describí. Pero era una obligación”, insistió el congresista.
Se suponía que el mensaje se extendiera por cinco minutos.
Ayer en la tarde tenía dudas de si los congresistas republicanos le permitieron hablar todo el tiempo que se le había concedido.
No le dio tiempo a leer el último párrafo del discurso en el que prometía mantenerse atento y regresar al hemiciclo a fiscalizar la situación de los derechos civiles en la Isla.
Sobre todo, dijo que quiere estudiar a fondo las actuaciones del juez Fusté. Por el momento, dijo Gutiérrez, “quise advertir que ha actuado impropiamente”.
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