martes, marzo 14, 2017

sobre escribir en Mariposas negras... comentario del escritor y profesor Ricardo Rodríguez-Santos

 
 
Comenta el poeta y catedrático Dr. Ricardo Rodríguez- Santos
(UPR-Carolina)
Mariposas negras es una intensa y dolorosa historia de los abusos sufridos por una joven. Pero  también es un canto al poder liberador de la palabra. 
Fuster Lavín trabaja acertadamente un discurso en el que la palabra es el puente que nos vincula como lectores con la trama y logra que sintamos, suframos, odiemos y amemos con y como Mariana, su  protagonista
 
 
 
 

 

Algunas citas sobre escribir en
Ana María Fuster Lavín, Mariposas negras , Ed. Isla Negra, 2016
(novela):
 
 
"Escribir poesía es lo único que disfruto cuando estoy sola. Es como si al juntar una palabra con otra pudiera entender el sentido de mi vida, de mis pensamientos. Tener esperanzas y volar." pág. 46
 
 
"Ahí fue cuando comencé a vengarme y esa mujer de las alas negras comenzó a vivir dentro de
mí. Ya la escucho, trato de escribir para ahuyentarla, pero es inevitable; poco a poco seré siempre ella."
pág .120.
 
 
“—La poesía… Son simples palabras que salen de mis manos, para no quemarme.” Pág. 73
“Divago. Paso mi mano sobre el cuaderno. Todos tenemos un cofre de secretos y pesadillas en las manos y con la llave adecuada puede cambiar el tiempo, hasta tener vida propia. ¿Cuáles serán los suyos? Un diario, dos diarios… Podemos leer los trucos, mas en el fondo siempre podemos pescar las certezas de la sangre. Leeré sus dos diarios antes de que amanezca a la misma hora y vuelva a cambiar el matiz de mis sospechas. Abrir una página de palabras ajenas es como entrar en las pisadas de otro cuerpo, encontrar que no estamos solos en la noche. Viviré en el cuerpo de sus meditaciones como si mis manos recorrieran su piel bajo la ropa, bajo lo que nadie puede ver.” Pág. 107
 
“[Lunes, 27 de octubre] Escribir me mantiene viva. Mariana, tú escribes para liberar tu soledad y sensibilidad, yo escribo en este otro diario cuando no puedo controlar las voces. […]    Escribo para que estas voces se duerman.” Págs 142-143
 
“el destino siempre me ha salvado de la propia muerte y de mí misma. ¿Acaso es una broma del destino ser solo un personaje del que una autora perversa se desquita de sus propios dolores?” pág. 173
 
 
 
 
 
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